Desaceleraci¨®n y empleo

Una vez que la econom¨ªa espa?ola ha entrado en una fase de crecimiento y que, por lo tanto, se aprecia una tendencia continuada a la reducci¨®n del paro, lo m¨¢s apropiado ser¨ªa medir la recuperaci¨®n del mercado laboral en t¨¦rminos de creaci¨®n y calidad del empleo. Pero esa herramienta estad¨ªstica no est¨¢ disponible con car¨¢cter mensual, sino trimestral, y se llama Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA). La informaci¨®n mensual facilitada por las oficinas de empleo es parcial y en alguna ocasi¨®n se ha visto corregida por la EPA. En el caso de abril, lo que se aprecia es que contin¨²a la creaci¨®n de empleo, calculada sobre la base de un aumento de la afiliaci¨®n a la Seguridad Social (158.038 cotizantes m¨¢s), y sigue la reducci¨®n del paro, en ese caso en 83.599 personas (el tercer mejor registro de abril desde 1996).

Los matices son tan importantes como las cuentas mayores. Tanto la reducci¨®n del paro como la creaci¨®n de empleo muestran una leve tendencia a la desaceleraci¨®n. Esta tendencia es coherente con la esperada ralentizaci¨®n (tampoco muy acusada) del crecimiento durante este a?o. El impulso principal para el empleo sigue siendo el sector servicios y en concreto la hosteler¨ªa, seguido por la construcci¨®n. Un mes es poco tiempo para ofrecer un diagn¨®stico, pero se puede asegurar que las llamadas reformas estructurales no han dado de s¨ª todo lo que se esperaba para cambiar el patr¨®n de crecimiento de la econom¨ªa.

La evoluci¨®n estad¨ªstica favorable es, como se suele decir, una buena noticia. Pero los problemas reales del mercado de trabajo ¡ªel elevado volumen de paro juvenil, el desempleo de larga duraci¨®n, la ca¨ªda persistente de la poblaci¨®n activa, la baja calidad de los puestos de trabajo creados y, en t¨¦rminos de decisi¨®n pol¨ªtica, los recortes en la protecci¨®n social¡ª deben todav¨ªa ponerse a la altura de las buenas estad¨ªsticas.