Limpieza versus fragmentaci¨®n (o al rev¨¦s)
FOTO: Jes¨²s Granada
?Es mejor exponer objetos en un local neutro y plano o romper el espacio para distinguir las mercanc¨ªas? El joven arquitecto riojano Pablo Ruiz opina que a esa variable hay que sumarle la ambici¨®n del cliente. Y el suyo quer¨ªa que la arquitectura proyectara el car¨¢cter innovador de los ba?os que vende. ?C¨®mo se construye esa impresi¨®n? Hay dos opciones: la verdadera innovaci¨®n y la imagen de la innovaci¨®n. La verdadera innovaci¨®n es una cuesti¨®n m¨¢s t¨¦cnica que arquitect¨®nica que, adem¨¢s, a veces no se ve. La imagen que como consumidores decodificamos como rompedora en el interior de los comercios tiene que ver principalmente con la limpieza y la osad¨ªa de los espacios, es decir, con la percepci¨®n de la innovaci¨®n. En esa l¨ªnea trabaj¨® Ruiz.
Partiendo de un bajo cl¨¢sico -profundo, estrecho, mal iluminado y con huecos muy reducidos en la fachada-, su primer reto fue llamar la atenci¨®n del transe¨²nte de la principal avenida de Logro?o. Se trataba de hacerlo entrar. Y la soluci¨®n que se le ocurri¨® fue convertir la tienda en un paseo, en un ¡°pozo horizontal¡±. As¨ª, son la transparencia y la profundidad lo que en este comercio invita a curiosear entre los elementos expuestos. La mejor baza del show-room Fiora es que funciona como una sala de exposiciones: es reconfigurable y flexible.
As¨ª, sobre un suelo neutro, de hormig¨®n pulido, un juego de contrastes entre marcos negros y muros blancos de cart¨®n-yeso, divide el espacio generando ¨¢mbitos, espacios expositivos, para mostrar modelos de lavamanos o duchas que acercan la organizaci¨®n del comercio a la de una galer¨ªa de arte.
M¨¢s all¨¢ del espacio, tambi¨¦n los materiales (el policarbonato ¨Cempleado en las puertas sin marcos como difusor de la luz- y el tr¨¢mex ¨Cuna rejilla met¨¢lica decorativa utilizada tambi¨¦n en el espacio polivalente trasero-) hablan de innovaci¨®n. Ambos transmiten la idea de actualizar las obras, de aligerar las soluciones. Todo esto quedar¨ªa en maquillaje si el trabajo no contara con otro factor, otra herramienta de futuro, menos vistosa pero igualmente importante: la econom¨ªa de medios y el precio ajustado. El coste por metro cuadrado de esta intervenci¨®n es, seg¨²n el arquitecto, de 520 euros.
La historia de Pablo Ruiz es la de cualquier joven arquitecto espa?ol pero con vuelta a casa. Tras acabar sus estudios en Navarra hace 10 a?os prob¨® suerte en Estados Unidos y trabaj¨® tambi¨¦n en Tokio en el despacho de Sou Fujimoto. Se qued¨® tres meses. Finalmente, el periplo supuso una buena formaci¨®n pero no le ofreci¨® mayores certidumbres que las de tratar de trabajar en su ciudad. Regres¨® a Logro?o y se asoci¨® a Irene Fern¨¢ndez Garijo. La experiencia en otros estudios le ha servido a Ruiz para tratar de convencer en lugar de imponer, dice, ¡°para solucionarle problemas al cliente en lugar de crearle otros¡±.
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