Lecciones austriacas

El canciller federal de Austria y presidente del Partido Socialdem¨®crata (SP?) se convirti¨® ayer en la v¨ªctima pol¨ªtica de mayor relieve ¡ªpor el momento¡ª de la crisis de los refugiados. Warner Fayman dimiti¨® como jefe del Gobierno y del partido por la debacle electoral sufrida en la primera vuelta de las presidenciales, en la que apenas obtuvo el 11% de los votos. La coherencia de este acto de responsabilidad no debe ocultar la gravedad de la situaci¨®n. En el D¨ªa de Europa, lo ocurrido en Austria es un mensaje para otros dirigentes europeos que pueden caer en la tentaci¨®n de sacrificar sus idearios y los principios fundacionales de la UE por temor a perder terreno frente al populismo de extrema derecha.

Al comienzo de la crisis de los refugiados, Austria se aline¨® con la pol¨ªtica de apertura e integraci¨®n liderada por la canciller alemana Angela Merkel. Sin embargo, meses despu¨¦s el Gobierno protagoniz¨® un giro inesperado hacia las posiciones m¨¢s duras ante la llegada de refugiados. Se sum¨® al cierre de fronteras y estableci¨® limitaciones a la pol¨ªtica de asilo. El viraje fue resultado de la presi¨®n del socio de Gobierno, el democristiano ?VP, y del temor a la competencia del partido ultranacionalista de Norbert Hofer.

Ahora paga las consecuencias. El cambio de posici¨®n no ha servido para disminuir los apoyos al populismo ultraderechista y, en cambio, le ha enajenado la confianza de buena parte del electorado progresista, que ha visto en el cambio de postura una traici¨®n a los principios del partido. El ultraderechista Hofer ha ganado la primera vuelta con el 35,3% de los votos, seguido del ecologista Alexander Van der Bellen, que ha obtenido el 21,3%. Los dos socios de Gobierno apenas han sumado el 22%. Con esta derrota no solo cae la gran coalici¨®n que ha dado estabilidad al Gobierno desde 2008, sino el sistema de alternancia que reg¨ªa el pa¨ªs desde la II Guerra Mundial. El terremoto pol¨ªtico que ha sacudido Austria deja un par de lecciones: los problemas est¨¢n ah¨ª, y no se pueden ignorar; y hacer concesiones al populismo xen¨®fobo, adoptando parte de sus postulados, no sirve para pararle los pies, sino m¨¢s bien para legitimar su discurso.