¡®Vovicaciones¡¯: esas equivocaciones tan graciosas de los ni?os

Elisa, que tiene casi cinco a?os, est¨¢ muy contenta porque el viernes le ha tocado bailar con Marcos en la fiesta de chuletas y chuletos del colegio. No, no es que vayan a organizar una barbacoa por San Isidro. As¨ª es como cree que se llaman los trajes de chulapa y chulapo, t¨ªpicos de San Isidro, el patr¨®n de Madrid. Su padre y yo la mantenemos en la ignorancia del t¨¦rmino correcto, que ya aprender¨¢, porque es tan mona... Es una de esas vovicaciones, como dir¨ªa Jaime, de su misma edad, tan divertidas de los primeros a?os.

Cada familia tiene las suyas, as¨ª que hemos recopilado unas cuantas con las aportaciones de compa?eros de la redacci¨®n y de mi grupo de teatro del cole, en una suerte de cat¨¢lgolo o locabulario que pod¨¦is ayudarnos a ampliar envi¨¢ndonos las vuestras en los comentarios.?

Cervantes y Sexil murieron el mismo d¨ªa. Natalia, 7 a?os, tras el bombardeo de actividades del D¨ªa del Libro.

?Mar¨ªa, tu amigo es un t¨ªo gachas! No, Natalia, el amigo de tu hermana no est¨¢ cachas, es m¨¢s bien tirillas. Ni tampoco es Sexil.

Dios no existe. El mundo lo cre¨® el Big Ben. David, ateo y prolondinense, cuando ten¨ªa 7 a?os.

Se acab¨® la mozzarella. Beatriz, 5 a?os, mientras canta al ritmo de Gente de Zona ("Se mont¨® la gozadera").

Mam¨¢, ?cu¨¢ndo vas a empezar a hacer pistacho y salmorejo? Elisa, 4, con ganas de sopas fr¨ªas de tomate antes de tomar chuletas y chuletos.

?Vamos a merendar a Tobillo? En realidad Gabriel, de 9 a?os, quer¨ªa ir a por s¨¢ndwiches del Rodilla.

?Al bizcocho! Gabriel, mientras jugaba con su familia a tirarse encima unos de otros. Se ve que en Tobillo no ten¨ªan bollos.

La abuela quiere que busque esp¨¢rragos Piol¨ªn. Silvestres, Gabriel, eran silvestres...

Mam¨¢, ?t¨² qu¨¦ eres, sorda o muda? Alonso, con 6 a?os, quer¨ªa saber con qu¨¦ mano escrib¨ªa su madre.

Mira, ?un pato-serpiente! El mismo Alonso, la primera vez en el Retiro, a los 3 a?os. La nueva especie que descubri¨® era un cisne.

Yo hablo dos idiomas: el mendocino y el espa?ol. Ferm¨ªn, de 4 a?os, que se mud¨® hace un a?o de Mendoza (Argentina) a Madrid.

?Ah¨ª va un biciclista! Nicol¨¢s, de 6 a?os, aplicando la l¨®gica m¨¢s pura.

A esta camiseta le faltan las rayas rojas. Leo, a los 5 a?os. ?A qui¨¦n se le ocurre regalarle una camiseta del Real Madrid si el ni?o es del Aletis?

Mi comida favorita es la sa?a. Leo, no comas tanta, no te vaya a sentar mal...

Hoy no he tenido psico(motricidad) porque hemos tenido simbulario. Jaime, de 4 a?os, practicando por si hay que evacuar el cole.

Ma?ana es el d¨ªa de Salamanca. Eva, de 5 a?os, compa?era de clase de Elisa. As¨ª no se tiene que vestir de chuleta.

Vale la pena apuntar estas vovicaciones, porque la memoria es d¨¦bil y un repaso tiempo despu¨¦s siempre arranca una sonrisa. Mi compa?ero Javier Salvatierra lleva apuntando las de sus dos hijos desde hace mucho. Tiene algunas tan graciosas como micorrondas (microondas) o pututa (pelota). Me ha prestado tantas que incluso se pueden unir para formar una historia. Quedar¨ªa algo as¨ª:

"La misterrusia nave allen¨ªgera aterriz¨® en medio del bosque. Con el estruendo, los colifr¨ªs, las bel¨²libas e incluso las lelartijas huyeron aterrados. Todos los animales se fueron, menos las Tortugas Yinya, una especie de superables, como Superman o Spiderman, que acudieron presurosos a bordo de su coche descatopable a ver qu¨¦ ocurr¨ªa".

Si lo entiendes a la primera, has ganado un gallifante. Y otro si recuerdas en qu¨¦ concurso se daban al acertante.

Efectivamente, era Juego de ni?os, que se emiti¨® en TVE entre 1988 y 1992, que inaugur¨® el fil¨®n de las frases de ni?os. En aquel programa, los concursantes ten¨ªan que averiguar a qu¨¦ se refer¨ªan los peque?os con "es como partir un chorizo por la mitad" (divorcio). M¨¢s recientemente, Pablo Motos tambi¨¦n ha hecho una divertida secci¨®n de recopilaci¨®n de frases infantiles en El Hormiguero.

Pero los ni?os no solo cometen equivocaciones graciosas. Las definiciones de palabras recopiladas como un juego por el profesor C¨¦sar Bona entre sus alumnos de 10 y 11 a?os son una mezcla de l¨®gica e imaginaci¨®n de las que, como dec¨ªan nuestros compa?eros de Verne, deber¨ªa tomar nota la RAE.?