Hablemos de nuestros errores
- ?Cu¨¢ntas veces has fracasado en tu empresa? ¨C le pregunt¨® un posible inversor a un emprendedor, que se afanaba en hablar de las excelencias de su producto. - He montado antes dos empresas que no funcionaron. Esta es la tercera ¨C respondi¨®, serenamente. El inversor le sonri¨® y le dijo: ¡°Est¨¢ bien, sigamos hablando¡±.
Esta conversaci¨®n la escuch¨¦ en una ronda de inversores en Silicon Valley, uno de los lugares m¨¢s innovadores del mundo. Es la cuna de las empresas m¨¢s punteras de Internet, como Google, Facebook o Airbnb, entre las m¨¢s conocidas; adem¨¢s de otras m¨¢s entradas en a?os, como Visa, Levi?s o H?agen-Dazs. All¨ª el fracaso se vive como algo inherente al aprendizaje y est¨¢ tan asumido, que los emprendedores tienen a gala sus anteriores errores. De hecho, se calcula que en Silicon Valley fracasan el 78 por ciento de las start-ups (o empresas j¨®venes digitales). No est¨¢ mal. El fracaso est¨¢ a la orden del d¨ªa de la realidad empresarial, pero tambi¨¦n de la personal y de la propia naturaleza.
En los famosos documentales donde vemos c¨®mo la leona caza a la gacela en una carrera, la estad¨ªstica demuestra que la leona solo acierta en el 10 por ciento de las ocasiones (precisamente, lo que se ve en el documental). Y la leona no deja de intentarlo aunque le suponga fracasar el 90 por ciento de las veces. Ser¨ªa absurdo. Morir¨ªa, como nos pasa a cualquiera de los mam¨ªferos que vamos vestidos. Si el error nos impide volver a intentarlo, ¡°morimos¡±, quiz¨¢ no f¨ªsicamente, pero s¨ª nuestro esp¨ªritu de aprendizaje o de exploradores. Por eso, no es de extra?ar que cualquier iniciativa que ponga de manifiesto que detr¨¢s de nuestros aciertos hay un sinf¨ªn de errores, tiene un ¨¦xito incre¨ªble. As¨ª ha ocurrido con Johannes Haushofer, un profesor de Princeton, universidad de gran prestigio. Ha publicado su curriculum vitae de errores, donde recoge las universidades donde no fue aceptado como docente, los art¨ªculos que escribi¨® que le rechazaron las revistas cient¨ªficas y las becas o los fondos de investigaci¨®n que le fueron denegados. En fin¡ lo habitual que contiene un curriculum que no solo mostrara los ¨¦xitos, sino tambi¨¦n los esfuerzos y los errores. Y curiosamente, su CV de fallos ha tenido much¨ªsimo m¨¢s impacto en las redes sociales que todo su trabajo durante a?os. Y es que quiz¨¢, estamos cansados de mostrar una m¨¢scara sobre el ¨¦xito que nos cuesta mucho de mantener.
Todos nos equivocamos, porque somos mam¨ªferos, porque la vida no se somete a las hojas de Excel o a lo que deber¨ªa ser. La vida es y punto. Podemos dejarnos la piel y no conseguir nuestros objetivos, pero quiz¨¢ lo importante sea otra cosa, sea avanzar, atrevernos, aprender y saber que nuestros resultados tambi¨¦n est¨¢n sujetos a un porcentaje de azar o de decisi¨®n de otros. Y esto nos pasa absolutamente a todos. A m¨ª incluida. Yo tampoco consegu¨ª trabajos a los que optaba, he fracaso en dos empresas anteriores que mont¨¦, he perdido dinero en inversiones que han sido un desastre, he escrito alg¨²n libro que ha pasado sin pena ni gloria (por no hablar de alg¨²n post de este Laboratorio que no gust¨® demasiado aunque a m¨ª me entusiasmara) y me he equivocado en conferencias, en las que no he sabido llegar al p¨²blico. S¨ª, he vivido muchos errores y conf¨ªo en vivir muchos m¨¢s, porque significar¨¢ que estoy viva. Dejemos de dar una imagen de ¨¦xito a toda costa, porque es falsa, porque es cansina y porque, adem¨¢s, es mentira. Somos eternos aprendices de un proyecto que se llama vida. As¨ª que atrev¨¢monos a experimentar y a aprender, en vez de obsesionarnos con el ¨¦xito y con el fracaso en nuestra vida profesional y personal.
Comentarios
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.