Catalexit

La preocupaci¨®n crece en el palacio de la Generalitat, porque seg¨²n se acerca el momento de la votaci¨®n que decidir¨¢ si va a haber o no Brexit, es decir, un abandono de la Uni¨®n Europea por parte del Reino Unido, no aparece una preocupaci¨®n similar a la que se detecta por la posibilidad de la marcha de Inglaterra. En relaci¨®n con Catalu?a y el intento de los nacionalistas catalanes, entre los cuales est¨¢ Puigdemont, nadie de la Comisi¨®n Europea ha dado muestras de gran alarma por el trabajo secesionista que lleva adelante el Gobierno catal¨¢n.

Y eso que algunos de los pasos son graves. El intento de acabar con el castellano en Catalu?a, puesto a¨²n m¨¢s de manifiesto por el borrador de Constituci¨®n, que declara que all¨ª solo habr¨¢ dos lenguas oficiales: el catal¨¢n y el aran¨¦s. Eso, por s¨ª solo, tendr¨ªa que haber generado una alarma importante en Europa. Asusta en Europa en general que Hungr¨ªa vire de una manera tan fuerte a la xenofobia, o que en Polonia y en otros pa¨ªses del antiguo ¡°Este¡±, se perciban movimientos similares. ?Y no asusta el que la mayor agresi¨®n que se intenta infligir a una parte de la poblaci¨®n, como es enterrar su lengua, siga adelante con la indiferencia de muchos partidos que gustan de llamarse dem¨®cratas?

Carles Puigdemont tiene razones para sentirse agraviado. Los pasos que est¨¢ dando, aunque m¨¢s educados que los de su predecesor, Artur Mas, van en la misma torcida direcci¨®n. Porque solo por eso, por sus intentos de liquidar una lengua, merecer¨ªa figurar en la lista de los xen¨®fobos m¨¢s peligrosos de la Uni¨®n. Yo propondr¨ªa en el Parlamento europeo una moci¨®n para llamar la atenci¨®n a Catalu?a por su falta de contundencia. Por ejemplo, deber¨ªa proceder a una quema de libros en castellano en cada pueblo de los que han decidido izar la bandera estelada. Con eso habr¨ªa una demostraci¨®n suficiente de que se quiere, al final del proceso, una poblaci¨®n libre de contaminaci¨®n castellana.

La quema de libros siempre ha sido una buena herramienta para llamar la atenci¨®n. Podr¨ªa adem¨¢s ir acompa?ada de un decreto por el que los castellano hablantes llevaran una estrella amarilla en el pecho.

Salvemos el aran¨¦s.