Los j¨®venes no son el problema, sino parte de la soluci¨®n
Las nuevas generaciones de zonas rurales de El Salvador transforman su pa¨ªs labr¨¢ndose un futuro
Cuando hace tres a?os llegu¨¦ por primera vez a El Salvador, qued¨¦ impactado por las condiciones de vida de la juventud rural, sin apenas posibilidades de labrarse un futuro por la falta de perspectivas econ¨®micas y educativas en las zonas rurales del pa¨ªs. Y tambi¨¦n por las constantes situaciones de violencia provocadas por las maras o pandillas. Gran parte de ellos emprend¨ªa el camino de la emigraci¨®n. Todo hab¨ªa contribuido a generalizar la idea de que la juventud rural era uno de los grandes problemas de El Salvador.
Pens¨¦ que este enfoque no conduc¨ªa a ninguna parte. Hab¨ªa que centrarse en lo positivo, en lo que pod¨ªa funcionar. Si no, solo cab¨ªa espacio para la resignaci¨®n.
Decid¨ª que la juventud ten¨ªa que ser un tema prioritario de mi gesti¨®n del programa del Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola (FIDA) para El Salvador. Todos nuestros proyectos ya ten¨ªan un componente de juventud, pero hab¨ªa que ir m¨¢s all¨¢, haciendo de la atenci¨®n a j¨®venes rurales un eje de nuestro trabajo en el pa¨ªs.
As¨ª fue como pusimos en marcha el Programa Juventud Rural Emprendedora. Trabajamos junto con el Ministerio de Agricultura y Ganader¨ªa y la ONG PROCASUR en la puesta en marcha de redes de j¨®venes en 13 departamentos del pa¨ªs y de un comit¨¦ de j¨®venes ind¨ªgenas a nivel nacional. Luego, a trav¨¦s de esas redes, entregamos fondos-semillas para apoyar sus iniciativas productivas y sus peque?as empresas.
Desde el comienzo, los j¨®venes nos manifestaron que no quer¨ªan ser considerados beneficiarios, sino corresponsables de los proyectos. Nos dec¨ªan que estaban dispuestos a asumir riesgos y participar en la toma de decisiones. Nos sorprendieron mucho las ideas que tienen, los planes de negocios que elaboran y su capacidad de gesti¨®n. FIDA les ha facilitado recursos y capacitaci¨®n, pero las decisiones sobre temas clave las toman ellos.
Actualmente, muchos de los miembros de las redes juveniles rurales salvadore?as est¨¢n involucrados en actividades de voluntariado en las comunidades y esparcen buenas pr¨¢cticas ambientales. Otros, con un nivel acad¨¦mico de bachillerato o universitario, son t¨¦cnicos gerenciales de las cooperativas donde sus padres son asociados.
Miembros de las redes juveniles rurales salvadore?as hacen voluntariado y esparcen buenas pr¨¢cticas ambientales
Un trabajo menos visible ha sido la promoci¨®n de las cuestiones que afectan a la juventud rural en la agenda pol¨ªtica, participando en procesos de di¨¢logo con las autoridades locales, las ONGs y otras entidades de la sociedad civil y de la cooperaci¨®n internacional como FIDA, MAG, Instituto Nacional de la Juventud (INJUVE) y la ONG Visi¨®n Mundial, entre otras instituciones.
El fruto de todo ese trabajo se pudo ver en la I Semana FIDA en El Salvador, en noviembre del a?o pasado. En este marco se cre¨® la Asociaci¨®n Integral de Redes Juveniles Rurales de El Salvador (AREJURES), con la participaci¨®n de 110 j¨®venes rurales que representaron a las 13 redes juveniles departamentales y al comit¨¦ de j¨®venes ind¨ªgenas. Su primera asamblea apoy¨® un plan de acci¨®n que est¨¢ fundamentado en cuatro ejes: participaci¨®n, formaci¨®n, emprendedurismo y cultura y medio Ambiente.
Estos j¨®venes rurales forman parte de una generaci¨®n que est¨¢ transformando su pa¨ªs, ya que ellos y ellas son el presente y futuro de El Salvador. Y hay infinidad de historias que lo demuestran.
Arte y pintura como alternativa a las maras
Waldo Heriberto Flores, de 25 a?os, es un joven emprendedor que vive en el cant¨®n Agua Zarca, del municipio de Ilobasco, en el departamento de Caba?as. All¨ª trabaja como dibujante y serigrafista, pinta cuadros al ¨®leo y se ofrece para pintar caritas en fiestas de cumplea?os y ferias.
A finales de 2012, Waldo y otros once j¨®venes conformaron el comit¨¦ juvenil Gota Azul. En ese momento eran un grupo en riesgo, con alta probabilidad de integrarse en una pandilla de su comunidad. Ese mismo a?o, participaron en un concurso de emprendimientos promovido por PROCASUR y financiado por el FIDA. El comit¨¦ de selecci¨®n de proyectos les adjudic¨® 1.250 d¨®lares que les sirvieron para abrir un taller de serigraf¨ªa y pintura decorativa.
El apoyo del FIDA a su trabajo les ha permitido rescatar a m¨¢s j¨®venes en riesgo. ¡°Ahora son parte de nuestro grupo y ha disminuido el peligro para ellos¡±, me explicaba Waldo hace poco. ?l ha hecho de su arte una forma de vida y quiere ir m¨¢s all¨¢: ¡°Ahora estoy estudiando una carrera t¨¦cnica en arte y pintura, para poder crecer y hacer mejor las cosas. Soy un ejemplo de que cuando se quiere se puede¡±.
La producci¨®n de miel, fuente de superaci¨®n
Ingrid Elizabeth Hern¨¢ndez, de 23 a?os, integra el comit¨¦ de j¨®venes de la Asociaci¨®n Cooperativa de Producci¨®n Agropecuaria El Guarero, en el departamento de Santa Ana. Los 19 miembros del comit¨¦ se dedican a la producci¨®n y comercializaci¨®n de miel de abeja con el apoyo del Proyecto Amanecer Rural, implementado por el Ministerio de Agricultura y Ganader¨ªa y cofinanciado por el FIDA.
Para ella, incluir a los j¨®venes en actividades productivas hace que tengan sue?os y la visi¨®n de un futuro mejor para sus vidas. ¡°Eso ayuda a mitigar los problemas sociales y a fomentar el desarrollo de su comunidad¡±.
La experiencia de participaci¨®n en la red nacional de j¨®venes le encanta. ¡°Me he dado cuenta de la grandiosa capacidad que tenemos la juventud salvadore?a cuando estamos articulados y hacemos que nuestras voces sean escuchadas¡±.
Como ven, la juventud salvadore?a no s¨®lo la componen inmigrantes y mareros, sino tambi¨¦n j¨®venes que tienen, como dec¨ªa Ingrid, ¡°verdaderas ganas de sacar adelante el pa¨ªs¡±.
Glayson Ferrari es gerente del programa de pa¨ªs del Fondo Internacional de Desarrollo Agr¨ªcola (FIDA) para El Salvador.
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