Contra Espa?a

La estelada¡ªestrellada, con estrellas¡ª que invent¨® el coronel Maci¨¤ como s¨ªmbolo secesionista, en la estela de la emancipaci¨®n cubana, es una bandera defectuosa.

Es facciosa, porque representa solo a una facci¨®n de la ciudadan¨ªa catalana. Es antinacional, porque se pretende opuesta al s¨ªmbolo nacional catal¨¢n por excelencia, la senyera, consagrada como oficial en el Estatuto. Y carece de tradici¨®n democr¨¢tica, porque durante la dictadura los j¨®venes rebeldes nos congreg¨¢bamos a la sombra de las cuatro barras (y de la bandera roja): y su competidora, h¨¦las, nunca comparec¨ªa.

Pero las personas que la llevan, la ondean y se enorgullecen de ella merecen todos los respetos. Porque en su nombre no se ha cometido ning¨²n crimen. Y porque constituye emblema de un sue?o pel¨ªn disparatado y bastante nocivo, pero que no engendra violencia. De modo que entonemos, con Voltaire: ¡°No comparto tu opini¨®n, pero dar¨ªa mi vida por defender tu derecho a expresarla¡±.

La prohibici¨®n de la estelada en la final de la Copa no encaja en los supuestos previstos en la ley contra la violencia en el deporte. Porque no ¡°incita, fomenta o ayuda¡± a ¡°comportamientos violentos o terroristas¡± (art. 2, b): nunca lo ha hecho, a diferencia de la bandera nazi o la franquista. Y porque tampoco supone de por s¨ª un ¡°acto de manifiesto desprecio¡± a los participantes en el partido de f¨²tbol.

Al contrario, su exhibici¨®n est¨¢ protegida por la libertad de expresi¨®n consagrada en la Constituci¨®n (art. 20), que tanto cost¨®. Quien la restrinja, act¨²a contra la Constituci¨®n democr¨¢tica. Es lo que ha hecho la delegada del Gobierno en Madrid, Concepci¨®n Dancausa. Y el Gobierno constitucional a¨²n no la ha despedido.

Pero ?qui¨¦n es esta Dancausa? Es una segundona de Ana Botella que justific¨® el desastre del Madrid-Arena; una enemiga de los derechos de las mujeres y los homosexuales; una exmandataria del postsindicato vertical. Y una detractora del cambio de callejeros franquistas. Y con raz¨®n: as¨ª preserva en una calle de Burgos el nombre de su padre, Fernando, el falangista de segunda hora oportunista, el cofundador de la Fundaci¨®n Francisco Franco, el militante contrario a la reforma pol¨ªtica de Adolfo Su¨¢rez.

Nadie es culpable por tener un padre fascista. Pero s¨ª por obrar como ¨¦l. Contra Espa?a.