?El supermercado es la nueva huerta?
?C¨®mo alimentar a la poblaci¨®n mundial, siempre creciendo, y hacerlo de manera sostenible, asequible y respetuosa con el medio ambiente? Como respuesta a esta pregunta los productores de comida van acerc¨¢ndose cada vez m¨¢s a los consumidores y los consumidores al producto. Cada vez parece m¨¢s obvio que las ciudades deber¨ªan ser lo m¨¢s aut¨®nomas posibles, en cuanto a producci¨®n y consumo de alimentos, si queremos combatir el cambio clim¨¢tico y consumir productos locales y de mayor calidad. Y si las ciudades producen cada vez m¨¢s para su autoconsumo ?por qu¨¦ no los individuos e incluso los supermercados?
?Somos los nuevos agricultores y la ciudad es nuestro campo de cultivo?. Esta es la carta de presentaci¨®n de Infarm, una start-up berlinesa que quiere cambiar la manera como producimos, consumimos y pensamos la comida. Y para ello utiliza la tecnolog¨ªa m¨¢s puntera en cultivo de interior. Acaba de cerrar un acuerdo con los supermercados Metro en Alemania para instalar mini-invernaderos verticales, de manera que el cliente pueda comprar una lechuga, por poner un ejemplo, de km. 0, en el sentido m¨¢s literal de la expresi¨®n, porque ha sido cultivada en el mismo interior del supermercado. De hecho, es el mismo cliente quien va a arrancar la lechuga del tiesto donde est¨¦ plantada.
Para los tres fundadores de Infarm, los hermanos Erez y Guy Galonska y Osnat Michaeli, la producci¨®n local es clave para combatir el cambio clim¨¢tico. En su web reproducen las palabras de un catedr¨¢tico em¨¦rito de la universidad de Columbia, Dickson D. Despommier, padre de la agricultura en invernadero vertical. Despommier sostiene que si cada ciudad de la tierra cultivara el 10% de su consumo, esto permitir¨ªa devolver 340.000 millas cuadradas de terreno cultivado al bosque. Y este aumento de masa boscosa permitir¨ªa a su vez absorber suficiente di¨®xido de carbono para que los niveles de la atm¨®sfera se redujeran a los de 1980.
Si est¨¢ claro el inter¨¦s ecol¨®gico por la producci¨®n local, tambi¨¦n hay un claro inter¨¦s econ¨®mico en la producci¨®n a trav¨¦s de mini-invernaderos verticales. Seg¨²n sus fundadores, tres j¨®venes israel¨ªes establecidos en Alemania, gracias a este sistema se consigue hacer un uso ¨®ptimo de la luz y del espacio y con un m¨ªnimo consumo de agua. Para paliar la falta de luz solar los invernaderos utilizan l¨¢mparas LED, que garantizan el sabor y los nutrientes. El cultivo es hidrop¨®nico, es decir, las plantas no est¨¢n cultivadas en tierra sino en una fina capa de agua, enriquecida con fertilizantes y ox¨ªgeno. Utilizan microsensores y un sistema de proceso de datos que garantizan las condiciones ¨®ptimas para el crecimiento de las plantas. Como que las plantas crecen en el supermercado, hay un evidente ahorro en transporte y log¨ªstica. Y puesto que es un cultivo de interior no hay riesgo de plagas y ninguna necesidad de pesticidas. Este tipo de cultivo de interior abre la posibilidad a hacer crecer plantas en sitios insospechados como el mism¨ªsimo desierto.
La pr¨®xima d¨¦cada ver¨¢ llegar la revoluci¨®n de los mini-invernaderos verticales. Es la afirmaci¨®n tajante de Ray Kurzweil, responsable de ingenier¨ªa de futuro en Google. Y los promotores de Infarm la han hecho suya. Su negocio consiste en dise?ar mini-invernaderos verticales, instalarlos y venderlos no s¨®lo a supermercados sino tambi¨¦n a restaurantes y empresas internacionales como Airbnb y Mercedes-Benz. Y su intenci¨®n a largo plazo es promoverlos en todo tipo de edificios e instituciones sin olvidar a los particulares. De hecho el primer producto que lanzaron en el mercado iba dirigido a estos ¨²ltimos : un invernadero en miniatura que permite hacer crecer ? mini-verduras ? para condimentar los platos. ?Y si el supermercado fuera la nueva huerta ? El super pero tambi¨¦n la oficina, y la empresa, y la f¨¢brica y la casa...
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