Estados cleptocr¨¢ticos
El mundo ser¨ªa m¨¢s seguro y m¨¢s rico si dej¨¢ramos de lavar el dinero que ayud¨® a crear esos pa¨ªses
En la localidad de Bramley, Hampshire, una t¨ªpica finca rural inglesa se est¨¢ sometiendo a una renovaci¨®n importante. Desde la carretera puede verse una gran gr¨²a junto a los extensos prados y los ¨¢rboles vetustos de un elegante parque. Hace semanas unos lugare?os me se?alaron Beaurepaire Park y me dijeron el nombre de su nuevo vecino: Yuri Luzhkov, el antiguo alcalde de Mosc¨².
Fascinada al saber que Luzhkov y su esposa, Elena Baturina, la ¨²nica mujer multimillonaria de Rusia, hab¨ªan decidido experimentar la vida campestre inglesa, busqu¨¦ la casa en el registro catastral brit¨¢nico. Pero aunque el precio de compra estaba all¨ª ¡ª5,5 millones de libras esterlinas (7,1 millones de euros)¡ª no encontr¨¦ nombres rusos. El propietario es Skymist Holdings Limited, que es tambi¨¦n responsable de la amplia renovaci¨®n. Si se tratara de una empresa brit¨¢nica ser¨ªa posible comprobar si Luzhkov es el propietario. Desafortunadamente, Skymist est¨¢ registrada en las islas V¨ªrgenes brit¨¢nicas, en las que la propiedad puede ocultarse, y ah¨ª se acaba la pista.
Pens¨¦ en Beaurepaire Park esta semana, cuando al primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, se le oy¨® decir a la reina que los l¨ªderes de dos pa¨ªses ¡°incre¨ªblemente corruptos¡±, Nigeria y Afganist¨¢n, iban a acudir a la cumbre anticorrupci¨®n de la que ¨¦l iba a ser el anfitri¨®n en Londres. Esta ¡°metedura de pata¡± fue cuando menos considerada como un tanto insultante, a pesar de que, al ser preguntado sobre la misma, el presidente nigeriano, Muhammadu Buhari, dijo que Cameron estaba ¡°diciendo la verdad¡±. Buhari evit¨® educadamente dar la r¨¦plica obvia: si vamos a empezar a nombrar a los pa¨ªses ¡°incre¨ªblemente corruptos¡±, entonces Gran Breta?a, como EE?UU, tambi¨¦n tienen que estar en esa lista.
No es que la ¡°corrupci¨®n¡± tenga en Londres exactamente la misma forma que tiene en Abuya o Kabul. En Gran Breta?a la vida diaria no requiere del pago de sobornos; su sistema judicial es amplia y justamente admirado. Pero a lo largo de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas los contables y abogados de Londres han ayudado a lavar miles de millones de d¨®lares de dinero robado, entre otros territorios brit¨¢nicos de ultramar, a trav¨¦s de las islas V¨ªrgenes. El mercado inmobiliario brit¨¢nico ¡ªcomo el de Nueva York¡ª ha funcionado durante mucho tiempo como un banco suizo a la antigua usanza, proporcionando inversiones inmobiliarias seguras a propietarios que desean ocultar sus identidades y sus fuentes de ingresos. Tambi¨¦n varios Estados norteamericanos ¡ªDelaware, Nuevo M¨¦xico, Nevada, Wyoming¡ª hacen posible que propietarios an¨®nimos puedan registrar compa?¨ªas con escasas comprobaciones legales. Esas compa?¨ªas pueden emprender negocios, o comprar propiedades, en lugares tales como el Hampshire rural.
En Gran Breta?a la vida diaria no requiere del pago de sobornos; su sistema judicial es amplia y justamente admirado
Aunque tard¨ªamente, las cosas est¨¢n empezando a cambiar. La filtraci¨®n de los papeles de Panam¨¢ incomod¨® a Cameron debido a que su difunto padre aparec¨ªa en la lista como titular ¡ªlegal¡ª de un fondo de inversi¨®n en un para¨ªso fiscal. Esta semana anunci¨® en Londres que en adelante Reino Unido requerir¨¢ a los ¡°usufructuarios¡± de propiedades brit¨¢nicas que revelen sus nombres en un registro p¨²blico. En enero pasado las autoridades estadounidenses establecieron un similar paquete normativo, comenzando por Manhattan y por el condado de Miami-Dade en Florida.
El problema sigue siendo b¨¢sicamente de percepci¨®n: como no vemos tan f¨¢cilmente sus efectos en nuestras propias vidas, es f¨¢cil pretender que la mejor forma de explicar la corrupci¨®n en Mosc¨² o en Alma-Ata, Kazajist¨¢n, es por la debilidad moral de rusos y kazajos, no por la nuestra. Debido a que ¡°no hay cad¨¢veres en la calle¡±, como se?al¨® un investigador, lo tratamos ¡°como si no fuera nuestro problema¡±.
En vez de ello tenemos otras maneras de pagar el precio. Pensemos en el tiempo y el dinero que empleamos, en pol¨ªtica y en ayuda exterior, luchando contra la mala gobernanza y la corrupci¨®n en otros pa¨ªses. Pi¨¦nsese en el esfuerzo necesario para hacer frente a las consecuencias cuando los Estados cleptocr¨¢ticos ¡ªAfganist¨¢n, por ejemplo¡ª fracasan y se desmoronan, o cuando, como Rusia, se vuelven agresivos y amenazadores. El mundo ser¨ªa m¨¢s seguro y m¨¢s rico si dej¨¢ramos de lavar el dinero que, para empezar, ayud¨® a crear esas cleptocracias. Pero, como los drogadictos o los alcoh¨®licos, primero tendremos que admitir que tenemos un problema antes de que realmente podamos empezar a resolverlo.
Anne Applebaum es periodista.
? 2016 Washington Post.
Traducci¨®n de Juan Ram¨®n Azaola
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.