Venezuela en campa?a
Los partidos pol¨ªticos espa?oles se retratan ante el r¨¦gimen bolivariano
Los viajes a Venezuela del expresidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, y del l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera, han obligado a los partidos a retratarse frente al r¨¦gimen bolivariano. Las declaraciones de los dirigentes de las cuatro principales fuerzas pol¨ªticas han aclarado las posiciones de unos y otros: PP, PSOE y Ciudadanos han salido en defensa de la democracia y contra la persecuci¨®n a los l¨ªderes de la oposici¨®n; Unidos Podemos ha apoyado al r¨¦gimen de Nicol¨¢s Maduro, llegando a insinuar que Leopoldo L¨®pez, encarcelado desde hace meses tras un juicio sin garant¨ªas dirigido desde la presidencia de la Rep¨²blica de Venezuela, es un golpista.
Se ha hablado de la conveniencia de que los pol¨ªticos viajen a Caracas en plena precampa?a, pero los casos est¨¢n plenamente justificados. Rodr¨ªguez Zapatero fue con una vocaci¨®n mediadora entre el Gobierno y la oposici¨®n venezolana; Rivera acudi¨® invitado a dar una conferencia por el Parlamento de ese pa¨ªs. En ambas ocasiones, las visitas han estado respaldadas por la embajada de Espa?a en Caracas. Por lo dem¨¢s, no vemos ning¨²n inconveniente en que los candidatos prueben el ¨¢rea de la pol¨ªtica exterior en un pa¨ªs de claro inter¨¦s, adem¨¢s, para los espa?oles.
Lo importante es el fondo de la cuesti¨®n. Venezuela atraviesa una situaci¨®n lo suficientemente grave como para tomar partido de forma clara e inequ¨ªvoca: tras unas elecciones en las que los ciudadanos dieron la mayor¨ªa absoluta a la oposici¨®n, el presidente Maduro se ha enrocado en el Ejecutivo, ayudado por un Poder Judicial controlado por ¨¦l y unas fuerzas armadas doblegadas, por ahora, a su control. Mientras tanto, el pa¨ªs est¨¢ sumido en la mayor de las miserias e inseguridades.
Ante este panorama, Mariano Rajoy (en un art¨ªculo publicado en EL PA?S), Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Albert Rivera (en sus viajes a Caracas) han hecho lo que se espera de tres l¨ªderes que defienden la democracia: denunciar la situaci¨®n y ponerse del lado de los ciudadanos que han votado el cambio y que sufren las consecuencias de un r¨¦gimen totalitario que encarcela a los disidentes y ha llevado al pueblo a la ruina.
La reci¨¦n creada coalici¨®n de izquierda populista (Podemos e IU) ha tomado posici¨®n por Maduro, como viene haciendo desde el principio. No hay que olvidar la votaci¨®n del a?o pasado en el Parlamento Europeo pidiendo la libertad de los presos pol¨ªticos en Venezuela, que se aprob¨® con el voto en contra de Podemos cuando su portavoz era Pablo Iglesias. El l¨ªder del partido morado quiso diferenciar entonces entre ¡°presos pol¨ªticos y pol¨ªticos presos¡±. Su nuevo socio, Alberto Garz¨®n, ha llegado a adherirse a la teor¨ªa de Maduro de que Leopoldo L¨®pez es un golpista, y el propio Iglesias ha afirmado que hay que respetar la legalidad.
Las posiciones est¨¢n claras. La ¨²nica duda es saber si Podemos defiende al r¨¦gimen bolivariano por convicci¨®n (trabajaron para ellos durante a?os) o por miedo a que un cambio de postura lleve a Maduro a explicar cu¨¢ntos millones entreg¨® su Gobierno a este partido para su fundaci¨®n. Eso es algo que tienen que aclarar Iglesias, Monedero y Errej¨®n si de verdad creen en la transparencia.
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