?Debo premiar a mi hijo por sus notas?

Ocurre cada a?o por estas fechas. El ni?o quiere un videojuego si saca una media de notable. La ni?a quiere irse de campamento si trae mejores notas que el curso anterior. Es habitual que los padres premien a su hijo por sus buenos resultados acad¨¦micos, pero el efecto puede ser el opuesto al que se desea. "El problema", alerta Horten Soler, coach educativa, orientadora escolar y profesora del m¨¢ster de Formaci¨®n del Profesorado en la Universidad de Nebrija, "es que ese incentivo es externo" y se corre el riesgo de que "se abandone la tarea por falta de motivaci¨®n ". En la misma l¨ªnea se muestra la Asociaci¨®n de Profesores de Madrid, cuyo portavoz, Carlos Fern¨¢ndez, se?ala que los estudiantes "deben ver el estudio como su responsabilidad, su obligaci¨®n en esa etapa de su vida; por tanto no deben ser recompensados de forma habitual por lo que debe ser su comportamiento normal".

?Cu¨¢l es, entonces, la manera de mantener motivada a la criatura? Para Soler, "la mejor forma de incentivar al ni?o es trabajar el autoconocimiento: que sepa qui¨¦n es, qu¨¦ fortalezas tiene, qu¨¦ metas quiere conseguir". De esta forma, apunta, "si ha aprendido competencias que le han ayudado a desenvolverse en el entorno acad¨¦mico, podr¨¢ ponerlas en pr¨¢ctica en otras ¨¢reas, como la social o la laboral". Fern¨¢ndez habla de compensaciones inmateriales: "Se puede y se debe halagar (verbalmente o con muestras de afecto) al alumno cuando se esfuerza o cuando consigue cualquier logro, por peque?o que sea", una opini¨®n que tambi¨¦n suscribe la coach. "La clave", enfatiza Fern¨¢ndez, "es que el premio no sea el motor para estudiar, sino una forma m¨¢s de que el alumno sienta que sus padres valoran sus esfuerzos y sus logros".

Otro m¨¦todo conveniente, valora Soler, es el que emplea Arantza Mariz con Sof¨ªa, una estudiante madrile?a de primero de Primaria: ella le compra un regalo a su hija no en funci¨®n del resultado obtenido, sino del desarrollo a lo largo del curso: "Nosotros valoramos siempre el esfuerzo, el trabajo y la constancia", explica. "Pero el feedback no son las notas, sino la dedicaci¨®n o que la profe me diga en una reuni¨®n que ha sido trabajadora o que se ha portado bien en clase". Como Sof¨ªa responde, su madre la premia con un juguete. Soler considera que este criterio "es positivo, porque la lleva al aprendizaje aut¨®nomo" y destaca que, si se incentiva la capacidad de esfuerzo, "aprender¨¢ una serie de competencias que son para siempre, no como los conocimientos puntuales".

Cuando se opte por alguna forma de regalo, no obstante, tanto la orientadora escolar como la Asociaci¨®n de Profesores de Madrid prefieren que se plantee de antemano y en familia: "Como casi todo lo importante, es mejor planificarlo. Adem¨¢s, contando con el alumno en esta planificaci¨®n, este puede sentirse m¨¢s implicado y con m¨¢s responsabilidad", observa Fern¨¢ndez. Esta negociaci¨®n previa puede evitar, adem¨¢s, la que, seg¨²n Soler, es otra de las grandes trampas de los premios materiales, es decir, que se creen "unas exigencias cada vez mayores" en los padres. Ella misma lo explica: "Primero quiere una mu?eca, luego una bicicleta, luego una moto y luego, a lo mejor, querr¨¢ un viajazo con sus amigos". Sin embargo, Soler y Fern¨¢ndez insisten en que la mejor opci¨®n es el halago y la valoraci¨®n del esfuerzo antes que el premio material. "Si yo decido, de manera externa, cu¨¢l ha de ser la recompensa de mi hijo por sus notas, no va a ser capaz de encontrarla ¨¦l y no ser¨¢ capaz de tomar decisiones propias", razona Soler.