"Las fiestas en las que sufren animales mueven m¨¢s dinero que los toros"

Santa Fiesta no es un documental al uso. ¡°No soy amante de los bustos parlantes¡±, declara Miguel ?ngel Rolland, el director de Santa Fiesta, una pel¨ªcula diferente sobre la tortura animal. ¡°Soy una persona de digesti¨®n lenta y al pensar en c¨®mo realizar el documental, no me ve¨ªa dando una soluci¨®n¡±. Es un filme que recorre durante un a?o la geograf¨ªa espa?ola para mostrar c¨®mo son las fiestas patronales, aquellas que emplean animales, muertos o vivos.

La obra se detiene en doce casos concretos, con una factura visual y sonora ejemplar, sin utilizar la voz en off o el intertitulado. Solo vemos y escuchamos lo que est¨¢ sucediendo delante de nuestros ojos. Una labor de inmersi¨®n en un mundo que tenemos muy cerca. Un encuentro frontal con la realidad espa?ola, donde tradici¨®n y cultura se confunden con violencia y tortura

¡°Quer¨ªamos estar muy cerca de lo que estaba sucediendo¡±, describe este madrile?o, nacido en Suiza por azares del destino. En Santa Fiesta se recogen todo tipo de momentos, no solo aquellos m¨¢s escabrosos, sino tambi¨¦n los silencios previos a un linchamiento o el vac¨ªo que deja el decapitamiento de una oca, por poner dos ejemplos. Sorprende c¨®mo este tipo de ¡°actividades¡± est¨¢n totalmente normalizadas en una gran parte de la sociedad; a lo largo del documental vemos c¨®mo la normalidad se apodera de las im¨¢genes. ¡°Las fiestas en las que sufren animales mueven mucho m¨¢s dinero que las corridas de toros. No debemos olvidar que todos los pueblos tienen unos encierros y unas fiestas patronales que los protegen. Es significativo como muchas de estas fiestas dan comienzo con una procesi¨®n religiosa, parece que necesitaran este tipo de parabienes¡±, comenta con un tono de preocupaci¨®n.

Una fiesta sin pausa que sucede a lo largo de todo el a?o. ¡°Trabaj¨¦ con varias listas, a fin de documentarme. Mi prop¨®sito inicial era rodar 50, esa era la lista original. Pero todo iba a salir de mi bolsillo, por tanto tuve que reducirlo a doce fiestas¡±, informa Rolland, que cont¨® con un equipo de rodaje y postproducci¨®n de doce personas, m¨¢s ayuda externa de un mont¨®n de colaboradores que trabajaron de manera altruista. La canci¨®n principal, por ejemplo, ha sido hecha por los vigueses Def Con Dos.

La dificultad no solo estaba en la parte econ¨®mica, sino tambi¨¦n en las complicaciones inherentes a este tipo de rodajes. Algunas de estas fiestas se cayeron por el miedo y los riesgos que se iban a tomar. ¡°Aqu¨ª no existen los mismos seguros que en un largometraje convencional. Tuve que tomar muchas decisiones para que el equipo estuviera a salvo. Nos jug¨¢bamos no solo nuestro equipo, sino tambi¨¦n nuestra integridad f¨ªsica¡±, explica sobre el tipo de riesgos que tomaron. ¡°Hicimos varias salidas de prueba para comprobar las dificultades que se nos podr¨ªan presentar. Casi siempre ¨ªbamos unas 4 o 5 personas y cuando lleg¨¢bamos al lugar nos separ¨¢bamos para no volver a hablar hasta el final del d¨ªa. Nos escond¨ªamos entre los turistas¡±.

Las c¨¢maras actuales permiten una gran calidad, lo que ayud¨® a que no llamaran demasiado la atenci¨®n. ?Y qu¨¦ ocurr¨ªa con el operador del sonido? ¡°Le contaba a la gente que era un friki de las grabaciones de campo, que le interesaba recoger el sonido ambiente¡±. Pero exist¨ªa algo m¨¢s dif¨ªcil de disimular y que delataba su presencia: ¡°Se nota que no eres de all¨ª, porque tu forma de mirar es muy diferente a la de ellos. Humanamente es dif¨ªcil entenderlo. No oyes ni una voz que exclame: ?Madre m¨ªa! o ?Como sufre el animal!¡±

Rolland destaca el hipnotismo que generan este tipo de fiestas, ¡°la complicidad cavern¨ªcola¡±, en sus propias palabras. ¡°Sal¨ªa machacado¡±, expresa sobre sus sentimientos tras una jornada de filmaci¨®n. ¡°Hay que dejar claro que esto sucede en ciudades grandes y peque?as. No son cuatro ciudades. Uno puede pensar que esto se hab¨ªa quedado atr¨¢s, pero lo est¨¢s viendo. Es muy duro¡±.

El documental se sufrag¨® inicialmente con el dinero de Rolland y solo tras el t¨¦rmino del rodaje se inici¨® una campa?a de crowdfunding que dio muy buenos resultados. ¡°Decid¨ª iniciar la campa?a tras finalizar la toma de im¨¢genes por s¨ª generaba alg¨²n tipo de problema. Nunca sabes hasta d¨®nde puede llegar esto¡±, explica nuevamente su director sobre los miedos que generan este tipo de documentales.

El coste ¨ªntegro de Santa Fiesta ha estado por debajo de los 50.000 euros, consiguiendo la mitad, unos 24.000, mediante campa?as de micromecenazgo. El patrocinador principal es Animal Guardians y ha contado con la participaci¨®n de La Tortura No Es Cultura y la Red Internacional Antitauromaquia, junto a Vox ?nima y CAS. A lo largo del verano se podr¨¢ ver por diferentes ciudades mediante Screenly, una plataforma que permite la organizaci¨®n de proyecciones bajo demanda en salas de cine.

¡°Esto va a permitir dar una respuesta a las diferentes fiestas¡±, explica Rolland. De momento, Santa Fiesta se estrena este 31 de mayo en el Palacio de la Prensa? de Madrid y tiene pases en Barcelona (2 de junio), Valencia (4 de junio) y Zamora (10 de junio). Adem¨¢s, se promover¨¢ su difusi¨®n en redes sociales con para el hashtag #SantaFiestaYoVoy.