Humanos
Venezuela se ha convertido en un pa¨ªs que ya tiene forma irremediable de programa electoral
Llorar es una actividad de prestigio que en pol¨ªtica resulta especialmente provechosa. Tanto es as¨ª que cuando un cargo p¨²blico llora suele decirse que eso ¡°lo hace humano¡±, una expresi¨®n que describe el divertido concepto que se tiene de la clase pol¨ªtica.
En su visita a Venezuela al candidato de Ciudadanos Albert Rivera le dio tiempo a llorar. El titular elegido por la mayor¨ªa de medios fue ¡°Rivera llora por el hambre en Venezuela¡± con su imagen llev¨¢ndose las manos a la boca. Pero en la noticia se explicaba que Rivera no lloraba por ¨¦l, Argentina, sino tras escuchar los testimonios de venezolanos que sufr¨ªan las consecuencias de las pol¨ªticas de su Gobierno.
Al regresar a Espa?a ¡ªal continuar su viaje por Espa?a, m¨¢s bien¡ª Rivera dio una entrevista en la que dijo que Venezuela no era una dictadura, sino algo peor. Las emociones suelen tener un lugar privilegiado aqu¨ª, sobre todo cuando se explican. Rivera no volv¨ªa de un pa¨ªs, sino de una estrategia electoral, y ese camino de vuelta se le hizo tan tortuoso como el de Martin Sheen cuando se meti¨® en el coraz¨®n de las tinieblas para conocer ¡°el horror¡±. As¨ª que Rivera dijo que en las dictaduras no hab¨ªa libertad pero s¨ª cierta paz y orden, cosa que no exist¨ªa en Venezuela, una ¡°tiran¨ªa arbitraria¡±.
Es curioso porque esa frase prueba que Venezuela efectivamente no es una dictadura, no porque se pase sino porque no llega. En las dictaduras no hay ¡°cierta paz y orden¡±; suele haber una extraordinaria paz y un extraordinario orden, producto precisamente de la primera premisa: no existe la libertad. Como los derechos est¨¢n conculcados, el Estado no s¨®lo se arroga el monopolio de la violencia sino el del terrorismo. Por eso en las ¨²ltimas d¨¦cadas espa?olas ha habido pocas sociedades con m¨¢s paz y orden en su interior que la banda terrorista ETA.
La declaraci¨®n en cualquier caso prueba que a falta del miedo han sido las emociones chavistas las que han cambiado de bando. A las entrevistas, los informes y el Orinoco triste a la muerte del comandante de Monedero, Iglesias y Errej¨®n antes de arrepentirse de los excesos y los asesoramientos ¡ªy hasta de la fiscalidad elegida¡ª, le ha sucedido la pantomima actual, en la que son sus adversarios los que explotan sus l¨¢grimas en un pa¨ªs que ya tiene forma irremediable de programa electoral. De ah¨ª que todo termine en forma de gag, desde Bert¨ªn Osborne prefiriendo entrevistar a Hitler antes que a ¡°delincuentes¡± como Maduro, hasta Rivera inventando una forma de Gobierno peor que la dictadura.
Pocas veces los que necesitan ayuda han servido tanto a los que se la quieren dar.
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