Las superbacterias que amenazan al hombre ignorante
La aparici¨®n de una nueva variante resistente a todos los antibi¨®ticos alerta sobre el progreso de infecciones intratables
Solo en Europa las bacterias resistentes a los antibi¨®ticos causan m¨¢s de 25.000 muertes al a?o. M¨¢s que el ¨¦bola en el ¨²ltimo brote que tanto hemos temido. Y, sin embargo, no somos conscientes de que al ritmo que progresan estas superbacterias en poco tiempo podemos encontrarnos en la situaci¨®n de nuestros tatarabuelos, a los que una simple pulmon¨ªa, una peque?a herida infectada, pod¨ªa llevarles a la tumba. La ¨²ltima alerta ha surgido en EE?UU. Una mujer de 49 a?os ha muerto por una infecci¨®n de orina causada por una E.Coli resistente a la colistina, un antibi¨®tico de ¨²ltimo recurso. Si resiste a este, resiste a cualquiera, y lo ha hecho gracias a una mutaci¨®n observada en cepas identificadas en cerdos que ahora infecta tambi¨¦n a humanos.
Las mutaciones que sufren algunas cepas bacterianas para sortear la acci¨®n de los antibi¨®ticos es objeto de intenso estudio cient¨ªfico. Algunos trabajos recientes apuntan incluso la posibilidad de que intervengan mecanismos epigen¨¦ticos que afectan al fenotipo. En cualquier caso, debemos entender este tipo de mutaciones como un mecanismo defensivo que estos microorganismos desarrollan para sobrevivir a la amenaza que para ellos suponen los antibi¨®ticos. La curva de mortalidad por infecciones comunes fue cayendo a partir de los a?os cuarenta del siglo XX conforme el uso de la penicilina se iba generalizando. Los antibi¨®ticos han jugado un papel clave en el hecho de que en menos de un siglo hayamos logrado duplicar la esperanza de vida. Ante la agresi¨®n que para ellas representan, no pod¨ªamos esperar que las bacterias permanecieran impasibles y se defienden mutando. Lo preocupante es que son m¨¢s r¨¢pidas generando resistencias que nosotros descubriendo nuevos antibi¨®ticos.
Pero no todo el m¨¦rito es atribuible a su capacidad de adaptaci¨®n. Las estamos ayudando con el mal uso que hacemos de estos f¨¢rmacos, tan familiares que ya les hemos perdido el respeto. Tomar antibi¨®ticos cuando no son necesarios y abandonar el tratamiento a medias ayuda a las bacterias a hacerse resistentes. Pero la mayor ayuda para las superbacterias ha sido el uso masivo e irresponsable de antibi¨®ticos en las granjas de animales, no para curarles, sino simplemente para prevenir las infecciones a las que son m¨¢s propensos dadas las condiciones de hacinamiento en las que son criados.
El mapa del abuso de antibi¨®ticos coincide con el del incremento de resistencias bacterianas. Grecia o Italia consumen tres veces m¨¢s antibi¨®ticos que Holanda, y tambi¨¦n son los que tienen m¨¢s resistencias. El resultado es que dos de cada 10 infecciones son ahora causadas por bacterias inmunes a los tres antibi¨®ticos m¨¢s habituales. La colistina se retir¨® en los a?os setenta por su toxicidad y ahora se ha recuperado para salir al rescate de los enfermos, pero sigue siendo un f¨¢rmaco muy agresivo. Lamentablemente se cumple lo que el propio Alexander Fleming dijo al recibir el premio Nobel por descubrir la penicilina: ¡°Llegar¨¢ un d¨ªa en que cualquiera podr¨¢ comprar penicilina. Entonces existir¨¢ el peligro de que un hombre ignorante pueda f¨¢cilmente tomar una dosis insuficiente y que al exponer sus microbios a cantidades no letales del f¨¢rmaco los haga resistentes¡±. As¨ª est¨¢ siendo.
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