?C¨®mo desarrollar una industria de las renovables all¨ª donde no la hab¨ªa?
Las pol¨ªticas de apoyo a los combustibles f¨®siles dificultan el ascenso del sector de las fuentes limpias
Los pa¨ªses de la ribera sur del Mediterr¨¢neo poseen, en un principio, condiciones excelentes para el desarrollo de algunas energ¨ªas renovables. El viento no escasea, y menos a¨²n lo hace el sol. Sin embargo, el peso de estas fuentes es a¨²n escaso. Tanto, que en el caso de T¨²nez, ¡°las energ¨ªas renovables representan alrededor del 3% de la producci¨®n energ¨¦tica total¡±, explica Julien Mauduit, responsable de operaciones del Banco Europeo para la Reconstrucci¨®n y el Desarrollo (EBRD, en ingl¨¦s). Un proyecto coordinado por el EBRD y la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo (UfM, por sus siglas en ingl¨¦s) e intenta incentivar industria privada que pueda aprovechar este potencial.
La iniciativa se llama Marco para el Desarrollo de las Energ¨ªas Renovables en el Mediterr¨¢neo sur y este, o Spref, en sus siglas en ingl¨¦s. Dentro de esta, el Banco Europeo espera proporcionar 250 millones de euros en pr¨¦stamos para la puesta de proyectos privados de generaci¨®n de energ¨ªas renovables en Marruecos, T¨²nez, Egipto y Jordania. Al mismo tiempo, el Banco internacional proporciona asistencia t¨¦cnica a estos pa¨ªses para que adapten su legislaci¨®n y animen al sector privado a construir plantas de generaci¨®n de energ¨ªas renovables. Los expertos, sin embargo, apuntan a que a¨²n quedan obst¨¢culos importantes. Entre ellos, las subvenciones con las que a¨²n cuentan los combustibles f¨®siles y la capacidad de la red el¨¦ctrica para aguantar los cambios en la producci¨®n de electricidad de fuentes tan variables como el viento y el sol.
El Banco esperar aportar 250 de los 900 millones de d¨®lares necesarios para financiar el proyecto. El resto de la financiaci¨®n proviene de actores privados y entidades mixtas como el Fondo de Tecnolog¨ªas limpias (Clean Technology Fund, en ingl¨¦s), que aporta 35 millones; o el Espacio Global para el Medio Ambiente (Global Environment Facility, en ingl¨¦s), que se ha comprometido a proporcionar 15 millones. Kevin Bortz, representante del EBRD en el secretariado de la UfM, explica que el Banco aporta ¡°por mandato¡± un tercio de la financiaci¨®n, con la idea de que act¨²e de palanca para atraer al sector privado. ¡°Eventualmente, los bancos comerciales deber¨ªan sentirse m¨¢s c¨®modos asumiendo este tipo de riesgos¡±, prev¨¦.
Las subvenciones a los combustibles f¨®siles y la falta de un marco regulatorio adecuado para las renovables son algunos de los principales retos
La iniciativa liderada por la UfM cae en un momento propicio, despu¨¦s de la celebraci¨®n de la Cumbre del Clima en Par¨ªs. Los ejecutivos de la ribera sur del Mediterr¨¢neo, asegura Jorge Borrego, vicesecretario general de energ¨ªa de la UfM, han empezado a tomar medidas para reducir sus emisiones de di¨®xido de carbono. Cita el caso de la ley tunecina para las Energ¨ªas Renovables y la Producci¨®n El¨¦ctrica, as¨ª como la de Energ¨ªas renovables de Marruecos, que permite desde 2009 que los productores privados puedan vender energ¨ªa a otras compa?¨ªas privadas. Tambi¨¦n menciona la creaci¨®n de organismos como la Agencia para la Energ¨ªa Solar en Marruecos o la Nueva Autoridad en Energ¨ªas Renovables de Egipto. Con estos cambios, Marruecos quiere conseguir el 40% de su energ¨ªa a partir de fuentes renovables en 2020; y Egipto el 20%. Para esa fecha, Jordania prev¨¦ contar con 1.800 megavatios de energ¨ªa solar y e¨®lica instalada. En T¨²nez, la idea es que las renovables representen el 30% de la producci¨®n el¨¦ctrica total en 2030.
Sin embargo, algunos de los obst¨¢culos residen, precisamente, en la legislaci¨®n. El m¨¢s claro es el de los subsidios a las fuentes no renovables. ¡°Hace falta tiempo para aplicar las reformas [el fin de las subvenciones] y que la poblaci¨®n las acepte. Si los precios no son lo suficientemente altos, las renovables no ser¨¢n competitivas¡±, avanza Mauduit. Del lado de estas, adem¨¢s, a¨²n no existe un marco regulatorio que pueda favorecer el crecimiento del sector, a?ade el responsable de proyectos del EBRD.
Por otra parte, los inversores perciben m¨¢s arriesgado financiar cualquier proyecto privado. ¡°El Estado es quien tiene generalmente el riesgo menor. La empresa el¨¦ctrica nacional cuenta con un riesgo bajo, y las compa?¨ªas privadas con uno mayor¡±, recuerda Peter Gish, director general de UPC renewables North Africa, empresa especializada en la puesta en marcha de instalaciones renovables que ha tomado parte en el proyecto. Y, a mayor riesgo, mayor dificultad para establecer pactos de suministro rentables. De ah¨ª que el Banco Europeo ¡°intervenga para financiar el proyecto¡±, reduciendo esta incertidumbre.
En las condiciones actuales, ¡°hace falta contar con financiaci¨®n a largo plazo para que un proyecto sea rentable¡±, a?ade Abdelatiff Nasserdine, director general de Infra-Invest, empresa encargada de gestionar ARIF, un fondo de inversiones en infraestructuras de ?frica subsahariana y el norte del continente. En un mercado privado donde las energ¨ªas renovables apenas se han hecho presentes, los bancos solo se animan a financiar aquellas empresas que ¡°puedan asegurar un acuerdo [de compra de energ¨ªa] a largo plazo con grandes consumidores de electricidad¡±, asegura Nasserdine. Pocas son las compa?¨ªas pueden comprometerse a un acuerdo a tan largo plazo, normalmente ¡°grandes clientes industriales con una fuerte calificaci¨®n crediticia¡±. En el momento en que los bancos se atrevan a financiar acuerdos de compra a medio plazo, ¡°a cinco a?os¡±, es de esperar que las pymes tambi¨¦n puedan interesarse por las renovables.
En el caso de Marruecos, adem¨¢s, la normativa solo permite vender energ¨ªa renovable ¡°a clientes de alto y muy alto voltaje¡±, lo que en buena medida limita la comercializaci¨®n a las grandes negocios manufactureros.
Los bancos, por el momento, solo se animan a financiar a aquellas empresas que puedan asegurar acuerdos comerciales a largo plazo
Estas empresas, adem¨¢s, necesitan contar con un suministro ininterrumpido de energ¨ªa, lo que hace de ellas una apuesta m¨¢s segura. Uno de los proyectos en los que Infra Invest participa, la construcci¨®n de la central e¨®lica de Khalladi (Marruecos), de 120 megavatios, es un ejemplo de ello. Nasserdine explica que la instalaci¨®n tendr¨¢ como clientes a tres f¨¢bricas de cemento: ¡°En estos casos hay una demanda m¨ªnima, porque las plantas trabajan las 24 horas del d¨ªa. Pero si vendes a otros clientes [cuyas instalaciones no trabajan continuamente] es m¨¢s dif¨ªcil¡±. El caso de Khalladi, adem¨¢s, ilustra otra limitaci¨®n por parte de la normativa: ¡°Los inversores de capital y los prestamistas se vieron obligados a asumir riesgos que normalmente no se incluyen en los contratos, como cambios en las leyes, o el riesgo de vender cualquier exceso de producci¨®n en la red a un precio mucho menor¡±.
Otros retos tienen que ver con el funcionamiento de la red el¨¦ctrica, casi siempre en manos p¨²blicas. Mauduit, responsable de proyectos del banco europeo, apunta a que hay que reforzar la red ¡°para afrontar la variaci¨®n en la producci¨®n energ¨¦tica que se deriva de la fluctuaci¨®n en la generaci¨®n de electricidad procedente de fuentes renovables¡±. Y, pese a que algunas normas como la ley de energ¨ªas renovables de Marruecos permitan a las compa?¨ªas energ¨¦ticas privadas ofrecer electricidad directamente a negocios privados, ¡°estos no est¨¢n educados en acceder a los proveedores privados¡±. Asimismo, las normas para ¡°acceder a la infraestructura el¨¦ctrica¡±, la red el¨¦ctrica, ¡°var¨ªan de pa¨ªs a pa¨ªs¡±.
En todo caso, estos obst¨¢culos no parecen haber detenido la implantaci¨®n de fuentes alternativas. Y las reformas en la regulaci¨®n tampoco parecen detenerse. Nasserdine explica que Egipto permite acuerdos de tarifa regulada ¡ªen los que se cede electricidad al sistema, a cambio de una tarifa fija¡ª; y otros ¡°en los que productores privados podr¨¢n vender electricidad a clientes privados, a trav¨¦s de la red nacional¡±. De momento, ¡°m¨¢s de 40 proyectos¡± con una potencia de entre 25 y 50 megavatios han sido preseleccionados, y las empresas encargadas de su construcci¨®n han firmado acuerdos para repartir el coste de la construcci¨®n de infraestructuras entre las autoridades y las empresas. Y, en el caso de Marruecos, la central de Khalladi ¡ªque deber¨ªa empezar a funcionar en 2017¡ª representar¨¢ tan solo una peque?a parte de la producci¨®n e¨®lica del pa¨ªs para ese a?o: la previsi¨®n de Rabat es contar con un capacidad equivalente a un gigavatio a finales de ese a?o.
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