Nueva condena por los abusos laborales de Sara Netanyahu
El Estado israel¨ª deber¨¢ indemnizar a un exempleado de la residencia oficial por el trato humillante y las peticiones injustificadas de la esposa del primer ministro
Nuevo varapalo judicial para Sara Netanyahu, la esposa del primer ministro de Israel, Benjam¨ªn Netanyahu, que sigue enfrascada en demostrar su inocencia, a pesar de que otro fallo judicial dice lo contrario. Esta vez, la justicia ha condenado al Estado israel¨ª, como empleador, a pagar 100.000 shekels (unos 24.000 euros) por el maltrato laboral recibido de la mano de Sara. ¡°Las pruebas del caso no dejan lugar a dudas de que la actitud de la Sra. Netanyahu hacia los empleados de la residencia oficial, incluido el demandante, era intolerable, humillante y llegando a alcanzar niveles de abuso¡±, afirma en el fallo la juez Dita Pruginin.
Una sentencia en la que da la raz¨®n a Guy Eliyahu, un trabajador de la residencia del primer ministro que, siguiendo la estela de Meni Naftali, el exmayordomo de la pareja Netanyahu, denunci¨® al Estado por los supuestos abusos laborales. En aquella ocasi¨®n, la actitud de Sara Netanyahu le cost¨® a las arcas p¨²blicas cerca de 40.00euros. Ahora, en una sentencia pr¨¢cticamente calcada a la dictada el pasado mes de febrero por la misma juez, el tribunal reconoce que Eliyahu sufri¨® ¡°abusos, humillaciones y peticiones injustificadas¡± por parte de Sara.
Para el abogado de la familia Netanyahu, la juez no ha tenido en cuenta el testimonio de Sara ni ha permitido que se escuchara a los testigos de la defensa del Estado avalando las buenas formas de la esposa del primer ministro hacia los empleados de la residencia oficial.
La sentencia llega tan s¨®lo dos d¨ªas despu¨¦s de que se supiera que, en un informe sobre diferentes supuestas irregularidades investigadas en el ¨¢mbito dom¨¦stico de la residencia oficial de la calle de Balfour, en Jerusal¨¦n, la polic¨ªa israel¨ª recomienda imputar a Sara Netanyahu por cargar a las arcas p¨²bicas gastos privados de la familia. De acuerdo con lo publicado por la prensa israel¨ª, el texto de la polic¨ªa dice que se pidi¨® comida a reputados chef para actos familiares privados, que tambi¨¦n se carg¨® en los gastos oficiales el sueldo del empleado interno contratado para cuidar al padre de Sara y que se utilizaron repetidamente los servicios de un empleado de la residencia en Jerusal¨¦n, para llevar a cabo trabajos en la casa particular de la pareja en Cesarea, en la costa israel¨ª.
El primer ministro respondi¨® desde su p¨¢gina oficial en Facebook con un comunicado en el que exculpaba a su esposa de todo. ¡°Contrariamente a lo publicado, la Sra. Netanyahu no ha cometido ning¨²n crimen. Las acusaciones publicadas en los medios carecen de base, como siempre ha sucedido con este tipo de acusaciones contra la familia Netanyahu durante a?os¡±, rezaba el texto.
Hasta ahora, el Estado como empleador se ha hecho cargo de las multas impuestas por la juez por la conducta de la esposa del primer ministro con los empleados de la residencia oficial, pero, de prosperar la recomendaci¨®n policial, es posible que la pr¨®xima vez quien tenga que responder ante la justicia israel¨ª sea la propia Sara Netanyahu.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.