No te pierdas a Nativel
Nunca ha descuidado su rigor, equilibrio y delicadeza. Resulta chocante verla en las tertulias de la tele, enfrente de tipos con veneno en la boca
Entre los profesionales peor valorados por los espa?oles, los periodistas y los pol¨ªticos ocupan un lugar muy destacado. Nula sorpresa: salta a la vista que la mayor¨ªa no se f¨ªa un pelo de ellos. Nativel Preciado ha escrito un libro muy personal donde saca la cara por su oficio y ayuda a entender c¨®mo hemos llegado hasta aqu¨ª: Hagamos memoria. Pol¨ªticos y periodistas desde la Transici¨®n hasta nuestros d¨ªas.
En 1966, con 17 a?os, Nativel comenz¨® a publicar en Arriba, ¨®rgano de la Falange. Ella cuenta c¨®mo una noche un compa?ero se ofreci¨® a llevarla en su coche pero, en un descampado, la trat¨® de violar. Al poco tiempo, otro colega intent¨® lo mismo. Ingres¨® en el Madrid pero en 1971, Franco, contrariado con su l¨ªnea informativa, cerr¨® el diario, cuyo edificio fue dinamitado. Enseguida sufri¨® Nativel el lado oscuro del periodismo y el poder. A m¨ª me la descubri¨® mi padre, mientras ojeaba el Intervi¨²: ¡°No te pierdas a Nativel¡±.
Nunca ha descuidado su rigor, equilibrio y delicadeza. Resulta chocante verla en las tertulias de la tele, enfrente de tipos con veneno en la boca. Un mal periodista, como un mal pol¨ªtico, tambi¨¦n es aquel cuyas prioridades no son la verdad y la gente, sino su propio brillo, su ideolog¨ªa, sus man¨ªas, sus intereses o los de quien le paga. El periodista granuja, barriobajero, aparatoso, atrincherado, vendido, manipulado o manipulador se ha apoderado de una parte de nuestro paisaje. Hay un modelo de periodismo que logra colar la mentira o la media mentira como verdad y cautiva a una audiencia dispuesta a tragarse cualquier basura con olor a espect¨¢culo. Pero Nativel Preciado se sienta, justo, en la acera contraria.
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