Cuando los gorilas surgieron de la niebla
La pol¨¦mica en torno a la muerte de Harambe en Cincinnati refleja la fascinaci¨®n por los animales m¨¢s cercanos a nosotros
Fue necesario esperar hasta mediados del siglo XIX para que lo que hasta entonces hab¨ªa sido solamente un rumor en Occidente, la existencia de inmensos monos de aspecto humano en el coraz¨®n de las selvas de ?frica, se confirmarse. S¨®lo a partir de 1850 los gorilas comenzaron a llegar a los circos y zoos de Europa y Am¨¦rica, provocando una mezcla de empat¨ªa, temor, te?idos siempre por una infinita curiosidad. Eran exhibidos en circos y zoos bajo, como criaturas terror¨ªficas y sin embargo desconcertantemente parecidas a nosotros. Basta con sostener la mirada a cualquiera de estos grandes simios para comprender que no son un animal como los dem¨¢s y que nunca lo han sido. Todo eso explica el inmenso esc¨¢ndalo que ha generado el hecho de que el zoo de Cincinnati tuviese que abatir el pasado s¨¢bado a Harambe, un macho de espalda plateada de 180 kilos, despu¨¦s de que un ni?o de tres a?os se escapase y cayese en su recinto.
No es la primera vez que un ni?o logra escabullirse hasta la jaula de una de esas criaturas, pero en las dos ocasiones anteriores, los simios protegieron al menor accidentado hasta que fue rescatado ¨Cuna hembra en Chicago en 1996 y un macho en la Isla de Jersey en 1986, Jambo, que hasta tuvo una emisi¨®n de sellos con su silueta¨C. En este caso hasta los primat¨®logos m¨¢s importantes del mundo, como Frans de Waal, que se ha pronunciado en un art¨ªculo publicado en EL PA?S, o Jane Goodall han expresado en p¨²blico que no quisieran estar en la piel del director del zoo y han apoyado su decisi¨®n. ¡°Me da mucha l¨¢stima verle defender una decisi¨®n que seguramente desaprueba¡±, escribi¨® la experta en chimpanc¨¦s.
"Harambe ha pasado a engrosar la lista de los gorilas recordados y a veces venerados"
El comportamiento del simio parec¨ªa protector al principio, pero luego arrastr¨® al ni?o por el agua. El animal se muestra desorientado y nervioso y los gritos de la multitud no ayudan a calmarlo. Todo el episodio ha derivado en una pol¨¦mica no tanto sobre la decisi¨®n de disparar a matar ¨Cmuy pocos discuten la elecci¨®n de los responsables del parque¨C, como sobre la responsabilidad de la madre, que est¨¢ sufriendo la furia de las redes sociales, y sobre mantener en cautividad a estos animales. Un movimiento cada vez m¨¢s amplio lucha para que los grandes simios ¨Cgorilas, orangutanes, chimpanc¨¦s y bonobos, los parientes m¨¢s cercanos del hombre en el mundo natural¨C sean considerados ¡°personas no humanas¡±, una figura jur¨ªdica que les otorgar¨ªa derechos, entre otros a no ser exhibidos. Una juez de Buenos Aires ya ha concedido estos derechos a una orangutana llamada Sandra y hay fallos pendientes en Estados Unidos.
Harambe ha pasado a engrosar la lista de los gorilas recordados y a veces venerados. James L. Newman, profesor de la Universidad de Siracusa, escribi¨® un libro sobre la relaci¨®n de los seres humanos con estos simios, Encountering gorillas (Encuentros con gorilas, Rowan & Littlefield, 2013), un emotivo recorrido por la fascinaci¨®n de Occidente hacia estos simios, divididos en dos especies, una del oeste y otra del este de ?frica, que a su vez se dividen en los de llanura y monta?a. Newman se pregunta si los esfuerzos para proteger los gorilas en libertad ser¨¢n suficientes: ¡°Lo sabremos en muy pocos a?os. Si la respuesta es no, el ¨²nico lugar seguro para los gorilas ser¨¢n los zoos, donde la mayor¨ªa de ellos viven seguros y durante muchos a?os, aunque no de forma independiente¡±.
"El gorila en cautividad m¨¢s famoso que Gargant¨²a, que vivi¨® en EE UU en los a?os treinta y cuarenta"
Para este ensayista el gorila en cautividad m¨¢s famoso de la historia fue Gargant¨²a, que vivi¨® en EE UU desde los a?os treinta hasta despu¨¦s la Segunda Guerra Mundial en el circo Ringling Bross and Barnum & Bailey (que hace poco renunci¨® a los espect¨¢culos con animales). Era exhibido bajo lemas como ¡°La criatura viva m¨¢s terror¨ªfica¡± o ¡°El gorila m¨¢s grande del mundo¡± en carteles de evidentes connotaciones sexuales (siempre se ha asociado a estos simios al rapto de mujeres). La prensa le llamaba el aut¨¦ntico King Kong.
En Espa?a, y seguramente en el resto de Europa, la estrella de los gorilas fue Copito de nieve, el amable gigante blanco que vivi¨® en el zoo de Barcelona entre 1967 y 2003, el ¨²nico ejemplar albino conocido. La portada en 1967 de National Geographic le dio fama mundial. Varias generaciones de espa?oles tienen fotos infantiles con la inconfundible figura de Copito en segundo plano.
Nadie hizo tanto por los gorilas en libertad como Dian Fossey, asesinada en 1985, la gran investigadora de estos animales en libertad en los montes Virunga. La pel¨ªcula Gorilas en la niebla recrea uno de los grandes momentos de nuestra relaci¨®n con esta especie cuando el joven macho Peanuts le toc¨® la mano. La emoci¨®n que produjo esa imagen nos acerc¨® m¨¢s profundamente a esta especie que el hecho de saber que compartimos el 99% de los genes.
El zoo de Cincinnati alberg¨® tambi¨¦n otro gorila muy famoso, en este caso una hembra: Susie, capturada por un traficante de animales alem¨¢n en 1929 y vendido al parque en 1931. Este animal, extraordinariamente amable incluso para una gorila, aprendi¨® a comer en la mesa y se dejaba tomar medidas para hacerle vestidos. Afortunadamente todas esas im¨¢genes de gorilas obligados a comportarse como humanos hoy nos parecen indignantes. Tal vez en el futuro tambi¨¦n nos parezca intolerable que los gorilas vivan cercados. Hoy por hoy, como recuerda el profesor Newman, su supervivencia puede depender de los ejemplares en cautividad.
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