Alicia en el pa¨ªs de la moda
El ilustrador Fernando Vicente dota de una nueva perspectiva al personaje de Lewis Carroll
Modelos de Balenciaga, Dior y Givenchy parecen repetirse en numerosas ocasiones a trav¨¦s de las ilustraciones de Fernando Vicente (Madrid, 1963). Mientras atardece en su estudio, cercano al madrile?o Parque del Retiro, confiesa que sus d¨¦cadas favoritas son los a?os cuarenta y sesenta, y que se hubiera quedado ah¨ª a vivir. Por eso, no es de extra?ar que, viendo algunas de las siluetas femeninas que Vicente dibuja, la memoria se deslice hasta los a?os en los que se estren¨® Gilda (1946). Y que, en otras ocasiones, sean deliciosos vestidos y complementos los que nos transportan hasta la ¨¦poca del swinging sixties. Confirmando as¨ª que aquel tramo del siglo XX fue tan prol¨ªfico como deslumbrante e inspirador.
Para el ilustrador, Macarena Blanch¨®n ¡ªsocia y fundadora de la agencia Just Be Comunicaci¨®n¡ª es la culpable de que su relaci¨®n con la moda se estrechara: ¡°En los a?os ochenta, con 18 o 19 a?os, Macarena nos cogi¨® a varios ilustradores del TBO Madrid y nos hizo una sesi¨®n para la revista de Galer¨ªas Preciados. A partir de ah¨ª me pic¨® el gusanillo y poco a poco fui comprando cada vez m¨¢s revistas de moda. Ahora me gasto un dineral¡±, dice entre risas. Para Blanch¨®n, Vicente siempre ha sido un artista que le ha ¡°fascinado¡± y habla de ¨¦l como ¡°una referencia de buen gusto en el mundo de la ilustraci¨®n¡±.
Alicia a trav¨¦s del espejo (N¨®rdica), que se public¨® el pasado 27 de mayo coincidiendo con el estreno de la pel¨ªcula del mismo nombre, es el ¨²ltimo libro en el que Vicente despliega todo su talento. El encargo le lleg¨® al tiempo que participaba en la exposici¨®n del Museo ABC de Madrid en la que se conmemoraba el 150? aniversario de la publicaci¨®n de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas, de Lewis Carroll. Para el madrile?o hab¨ªa tres requisitos muy claros que quer¨ªa cumplir en este proyecto.
El primero, era encontrar a su Alicia. ¡°Cuando hice la ilustraci¨®n para el Museo ABC me invent¨¦ la cara de Alicia. Pero para el libro utilic¨¦ el rostro de la modelo Gemma Ward¡±, confiesa. La segunda condici¨®n era darle al Sombrerero un aire sofisticado: ¡°Buscaba que fuera un dandi¡±, dice. Y vaya si lo consigui¨®. El Sombrerero, que tiene un aire al dise?ador de tocados Philip Treacy, lleva el cl¨¢sico traje burgu¨¦s que luc¨ªan los hombres en la Inglaterra del siglo XIX con sombrero de copa, lazo al cuello, levita, pantalones de tart¨¢n y unas polainas blancas con botones negros sobre zapatos Oxford. El tercer prop¨®sito estaba claro desde el principio: ¡°Las flores pueden estar enfadadas, pero no pueden ser feas¡±, dice rotundo. Por eso, convierte a las flores y al jard¨ªn en el que estas toman t¨¦ en una suerte de editorial de moda propia del m¨ªtico fot¨®grafo Clifford Coffin.
La menci¨®n especial recae en la vestimenta de la Reina Roja y de la Reina Blanca. Sus atuendos son una lecci¨®n de historia del traje en la que convergen el siglo XVI, por facturar de forma estilosa el cuello Medici, el XIX, a prop¨®sito de los brocados y el cors¨¦ en forma de tri¨¢ngulo invertido, y el XX y XXI, porque no estar¨ªan fueran de lugar si se les incluyera en algunas de las colecciones de alta costura de John Galliano o Alexander McQueen.
El madrile?o es coleccionista de las ediciones italiana, francesa e inglesa de revistas como Vogue (para la edici¨®n espa?ola trabaj¨® haciendo figurines al principio de su carrera), Harper¡¯s Bazaar y Tatler: ¡°Ver revistas me entretiene, me distrae y me inspira. Warhol dec¨ªa que para inspirarse ojeaba una revista y se le ocurr¨ªan mogoll¨®n de cosas¡±. Preguntado sobre qu¨¦ le falta a las cabeceras espa?olas de moda, Fernando Vicente responde prudente y sin tapujos: ¡°Creo que falta una Diana Vreeland. Que cada n¨²mero se tomase de forma m¨¢s loca y m¨¢s espl¨¦ndida¡±.
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