Espa?a, la mayor jaula de delfines de Europa
M¨¢s de la mitad de los delfines del continente son controlados por empresas espa?olas. Mientras en los pa¨ªses del entorno se proh¨ªben las exhibiciones, Lanzarote abre un nuevo recinto
Buffalo Bill sirve hamburguesas con patatas y un cowboy salta dentro y fuera de su lazada mientras una familia brit¨¢nica se saca fotos en el agua junto a Fiona, una leona marina que les pasea por su piscina empuj¨¢ndoles con su hocico, entre muestras de afecto muy humanas. Los ni?os lloran entre papagayos y las cervezas viajan de aqu¨ª para all¨¢ en vasos de pl¨¢stico, un buitre en vuelo acaricia con sus alas las cabezas de los impresionados turistas a pocos metros del recinto en el que dos tigres albinos sestean aburridos ante los m¨®viles que les tiran fotos. Es un ambiente l¨²dico y festivo similar al de innumerables parques tem¨¢ticos y zool¨®gicos espa?oles, que reciben millares de turistas cada a?o. Pero el Rancho Texas de Lanzarote va a disparar sus visitas en breve. En la parte alta del recinto, junto a una carretera, se acaban de levantar tres gigantescas piscinas para su nueva atracci¨®n: los delfines.
Con el de Lanzarote, ser¨¢n 12 los delfinarios espa?oles, frente a los 19 que suma el resto de Europa; 100 animales en cautividad frente a los 183 del resto del continente
Cuando lleguen los animales, Espa?a tendr¨¢ exactamente 100 delfines en tierra, en espacios de ocio de todo pelaje: zool¨®gicos y acuarios con af¨¢n divulgativo y espect¨¢culos que son puro show,? adem¨¢s de un parque de toboganes acu¨¢ticos. La apuesta empresarial del Rancho Texas, que aspira a aumentar un 15% los visitantes (200.000 este a?o) en cuanto lleguen los delfines, es un paso m¨¢s en una tendencia indiscutible: Espa?a ya es el delfinario de Europa. Con el de Lanzarote, ser¨¢n 12 los delfinarios espa?oles, frente a los 19 que suma el resto de Europa. Sumaremos 100 animales en cautividad frente a los 183 del resto del continente, donde la tendencia que se puede observar es la inversa: Espa?a gana m¨²sculo cet¨¢ceo mientras el Viejo Continente se hace preguntas ¨¦ticas y cierra instalaciones.
En el mundo hay dos tipos de delfinarios: por un lado est¨¢n los europeos y norteamericanos, acosados por los activistas, pero con unos est¨¢ndares crecientes de bienestar animal y frente a ellos, instalaciones como las de Rusia, donde los animales sufren en circos ambulantes y piscinas tan peque?as que agobiar¨ªan a un humano. En Espa?a es habitual escuchar la expresi¨®n ¡°palo y hambre¡± para explicar los m¨¦todos que los entrenadores de cet¨¢ceos usaban hace a?os, mientras que ahora se apuesta por sistemas de entrenamiento basados en reforzar las aptitudes y actitudes de los animales. Del mismo modo, en Espa?a hay dos tipos de instalaciones: zool¨®gicos con proyecto y piscinas con show.
La ley? ¡°proh¨ªbe la exhibici¨®n p¨²blica con fines comerciales de espec¨ªmenes¡± como los delfines, ¡°salvo en caso de que est¨¦ justificada una excepci¨®n concreta con fines educativos, o para investigaci¨®n o cr¨ªa¡±
Hace un mes, un centenar de activistas hac¨ªa un piquete en la puerta de este zoo situado en T¨ªas, el municipio que dio residencia a Jos¨¦ Saramago hasta su muerte. Grupos animalistas de todo el mundo protestan para evitar la instalaci¨®n de una nueva ¡°c¨¢rcel de delfines¡± en esta isla canaria declarada reserva de la biosfera: ¡°La perfecta simbiosis lograda en Lanzarote entre el hombre y la naturaleza es, sin duda, el principal causante de este reconocimiento internacional¡±, asegura el Cabildo conejero. Los animalistas lo consideran un contrasentido ya que, adem¨¢s, en Canarias es f¨¢cil ver cet¨¢ceos en libertad.
El propietario del Rancho Texas, Nicol¨¢s L¨®pez, va a tener ocho delfines en su espect¨¢culo ¡°y eso que el recinto dar¨ªa para 18 o 20¡±, asegura, sin dejar de mencionar las extraordinarias condiciones en las que se encontrar¨¢n estos animales, con agua de mar purificada y unas instalaciones punteras que estar¨¢n listas en un a?o, tras una obra de siete millones de euros.?
Siete de los centros espa?oles con delfines pertenecen a dos multinacionales de los parques de ocio. Por un lado, Parques Reunidos, cotizada en bolsa, con 605 millones de ingresos en 2015, cuenta con el Zoo de Madrid (11 delfines), Aqu¨®polis en Tarragona (8) y Selwo en M¨¢laga (6). Esta empresa, que tambi¨¦n dirige el Parque de Atracciones de Madrid o el Parque Warner, compr¨® hace diez a?os el mayor zoo acu¨¢tico de Francia, Marineland Antibes, con 11 delfines y cuatro orcas. Sumadas a sus instalaciones en EE UU y M¨¦xico, Parques Reunidos controla 96 delfines y seis orcas en todo el mundo. La otra multinacional espa?ola es Aspro Ocio, que dirige Aqualand en Tenerife (11), Marineland Barcelona y Mallorca (6 y 7) y Palmitos Park en Las Palmas (5). Aspro, la empresa que m¨¢s delfinarios controla en Espa?a, se ha negado a colaborar en este reportaje, ni siquiera para confirmar cifras. Aspro ha comprado Boudewijn Seapark (9), en B¨¦lgica y el delfinario holand¨¦s Harderwijk, el m¨¢s grande del continente, con 36 delfines y 6 marsopas. Es decir, que las compa?¨ªas espa?olas controlan m¨¢s de la mitad de los delfines del continente: 156 de 283 (el 55%).
Gracias a las multinacionales Aspro Ocio y Parques Reunidos, las compa?¨ªas espa?olas controlan m¨¢s de la mitad de los delfines de Europa
Nadar a contracorriente
La hegemon¨ªa espa?ola contrasta con la tendencia europea a cerrar centros. Las leyes del Reino Unido provocaron que los delfinarios desaparecieran hace dos d¨¦cadas. En 2015, Finlandia cerr¨® el ¨²nico que ten¨ªa y Polonia fren¨® la construcci¨®n del que hubiera sido el primero. Italia cerr¨® uno de sus cuatro delfinarios tras aprobar una reglamentaci¨®n m¨¢s espec¨ªfica. Tambi¨¦n Alemania, que solo tiene dos, tras la presi¨®n popular. Y otros tres pa¨ªses m¨¢s de la UE han prohibido la exhibici¨®n comercial de delfines, algo que sucede de facto en Noruega e Islandia. Suiza los prohibi¨® en 2012 despu¨¦s de que dos delfines murieran de sobredosis en una rave que inclu¨ªa a los cet¨¢ceos en la sala de fiestas. M¨¢s all¨¢ de Europa, Costa Rica, Chile, Uruguay, buena parte de Australia y algunos estados de EE UU han vetado los delfinarios, algo que tambi¨¦n hizo el Gobierno de India en 2013 porque ¡°los delfines deben ser vistos como ¡®personas no humanas¡¯ y como tal deben tener sus propios derechos espec¨ªficos¡±.
¡°Es puro espect¨¢culo y puro ocio, y aunque se deber¨ªa no se est¨¢n rechazando los centros que son solo circo¡±, denuncia M¨ªriam Mart¨ªnez, portavoz de la campa?a de SOS Delfines, y activista de la Fundaci¨®n para el Asesoramiento y Acci¨®n en Defensa de los Animales (FAADA). Mart¨ªnez critica la situaci¨®n en que viven los cet¨¢ceos en los delfinarios, que no comparten la vida con su grupo natural, que las condiciones les crean estr¨¦s y sobre todo que ni siquiera se cumple el esp¨ªritu de la ley que los regula. La Asociaci¨®n Ib¨¦rica de Zoos y Acuarios (AIZA) responde que no conoce ¡°motivo cient¨ªfico y no tiene sentido distinguir¡± entre un le¨®n en cautividad, por ejemplo, y un delf¨ªn a pesar de la inteligencia, la autoconsciencia y otras cualidades cognitivas que se le atribuyen a estos cet¨¢ceos.
La normativa europea que oblig¨® a reformar la legislaci¨®n espa?ola en 2003 ¡°proh¨ªbe la exhibici¨®n p¨²blica con fines comerciales de espec¨ªmenes¡± como los delfines, ¡°salvo en caso de que est¨¦ justificada una excepci¨®n concreta con fines educativos, o para investigaci¨®n o cr¨ªa¡±. La ley de zoos que se aplica a todos los recintos con delfines les obliga a que el eje de su exhibici¨®n sea educar, conservar e investigar. Todos los expertos consultados, partidarios o detractores de los delfinarios, coinciden en que la normativa es laxa y que no se hace cumplir como debiera en inspecciones posteriores: algunos delfinarios se conforman con un cartel quemado por el sol ¡ªeso s¨ª, en ingl¨¦s y alem¨¢n¡ª como labor educativa. AIZA reconoce que hay ¡°distinto ¨¦nfasis¡± en su aplicaci¨®n por las autonom¨ªas y que ¡°no existen sistemas formales para medir los niveles de cumplimiento¡±.
En Espa?a hay zool¨®gicos y acuarios con af¨¢n divulgativo y espect¨¢culos que no pasan del puro show
¡°La ley es muy laxa y a veces el inspector veterinario no tiene formaci¨®n espec¨ªfica: viene del matadero, del restaurante y llega al zoo sin tener mucha idea de las necesidades de estos animales¡±, admite Daniel Garc¨ªa, responsable del ¨¢rea veterinaria del Oceanogr¨¢fico de Valencia, donde viven 13 delfines y dos belugas. Y denuncia: ¡°Pesar todos los d¨ªas a los delfines y sacarles sangre no puede bastar para decir que haces investigaci¨®n¡±. ¡°Hay que presionar para elevar los est¨¢ndares m¨ªnimos¡±, coincide Javier Almunia, portavoz de Loro Parque, un zoo tinerfe?o que no escapa del ojo del hurac¨¢n del activismo animalista por contar en sus instalaciones con seis ejemplares de orcas. Jes¨²s Fern¨¢ndez, director de Zoolog¨ªa de Parques Reunidos, defiende que acaban de lanzar un programa de estudio del bienestar animal junto a la Universidad de Barcelona y otro sobre el impacto educativo con la Complutense.
SOS Delfines realiz¨® un trabajo en los delfinarios espa?oles para mostrar que, del tiempo efectivo del espect¨¢culo con los cet¨¢ceos, apenas el 6% se dedicaba a divulgar informaci¨®n o valores. La propuesta de los animalistas es construir santuarios para los cet¨¢ceos, calas cerradas en las que los animales disfruten en semilibertad sus ¨²ltimos a?os dado que no sobrevivir¨ªan en el medio salvaje, sobre todo los nacidos en cautividad (el 60% de los delfines europeos). M¨ªriam Mart¨ªnez calcula que construir uno de estos santuarios costar¨ªa entre 17 y 43 millones de euros.
Aros de fuego y gestos humanos
¡°Un delf¨ªn no es un tibur¨®n: necesita est¨ªmulos, necesita jugar, el aburrimiento es el enemigo¡±, explica Garc¨ªa, del Oceanogr¨¢fico. ¡°El aro de fuego, el sombrero, eso ya no tiene cabida. Y no vale con garantizar el bienestar animal: la gente tiene que pasarlo bien, pero debe llevarse algo, un mensaje claro en favor de la conservaci¨®n¡±. Algunos delfinarios tienen delfinoterapia, una actividad que no cuenta con ning¨²n aval cient¨ªfico que reconozca su utilidad.
Hace un mes, un centenar de activistas hac¨ªa un piquete contra la "c¨¢rcel de delfines" en la puerta de este zoo situado en T¨ªas
Los animalistas creen que todo lo que un ni?o vea en un delfinario es una imagen antinatural y falsa del animal. ¡°Un pa¨ªs que pretende alimentar el turismo con animales en cautividad obligados a realizar espect¨¢culos con comportamientos circenses ajenos a su especie es un pa¨ªs con valores muy pobres¡±, denuncia Pedro Pozas, presidente de Proyecto Gran Simio, que reclama al Parlamento de Canarias que declare al archipi¨¦lago zona libre de delfinarios. Eso propuso para Lanzarote, sin ¨¦xito, el grupo local de Podemos, ¨²nico partido que se ha movido contra el nuevo delfinario.
La Asociaci¨®n Europea para los Mam¨ªferos Acu¨¢ticos (EAAM) pide que en la exhibici¨®n de los cet¨¢ceos no se hagan comentarios ¡°tontos¡± y que se eviten las actuaciones circenses, c¨®micas o con comportamientos antropom¨®rficos: delfines haciendo gestos humanos. En esto, como en otros muchos est¨¢ndares, se trata de gu¨ªas que afectan solo a los zoos que han querido asociarse. Los delfines del zoo de Barcelona, que pertenece a la? EAAM, ya no hacen espect¨¢culos y se exhiben como un animal m¨¢s en su piscina, ¡°fruto del proceso de modernizaci¨®n¡±, seg¨²n dice el Ayuntamiento barcelon¨¦s, que es el due?o del centro. Los activistas ejercen m¨¢s presi¨®n contra esta instalaci¨®n por depender de una administraci¨®n p¨²blica. Su pertenencia a la EAAM? puede ser adem¨¢s el final de sus delfines: o Ada Colau ampl¨ªa sus piscinas como dictan los est¨¢ndares de la asociaci¨®n, o los delfines tendr¨¢n que irse a otro sitio en 2019. Los animalistas piden ya su cierre. Ser¨ªa la primera derrota del nuevo imperio espa?ol de los delfines.
?De d¨®nde salen los delfines?
Aunque los convenios internacionales lo permiten, la UE impuso en 2003 que no se pudieran importar delfines cazados en libertad. De este modo, los delfinarios europeos tuvieron que ponerse las pilas en la ciencia reproductiva, que ten¨ªa poco ¨¦xito hace d¨¦cadas pero que ha mejorado enormemente. "Hoy los delfinarios europeos son excedentarios, nos falta sitio", asegura Javier Almunia, del Loro Parque. Los activistas antidelfinarios siguen diciendo que los delfines llegan desde la salvaje caza japonesa en Taiji, conocida por sus matanzas. La mayor¨ªa de los delfinarios ¡ªlos que quieren¡ª est¨¢n apuntados al programa de cr¨ªa en cautividad que obliga a hacer esfuerzos para garantizar el derecho natural de los animales a reproducirse y que proh¨ªbe comerciar con ellos. En Europa, est¨¢ coordinado por Niels van Elk, jefe veterinario del delfinario holand¨¦s Harderwijk, reci¨¦n comprado por la compa?¨ªa espa?ola Aspro. Van Elk es quien sugiere, con criterios cient¨ªficos, qu¨¦ animales deben moverse entre delfinarios para asegurar la conservaci¨®n gen¨¦tica de la especie y el bienestar de los delfines. Pero si un delfinario no quiere participar en el programa nadie le obliga a hacerlo, lo que le permite comerciar legalmente con los delfines, al margen del inter¨¦s de conservaci¨®n de la especie.
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