Mary Beard: ¡°Los romanos crearon el mundo globalizado¡±
NO ES HABITUAL que una latinista, autora de innovadores estudios sobre el triunfo romano o las religiones antiguas, se convierta en una celebridad global. En esto, y en muchas otras cosas, Mary Beard es una excepci¨®n. A sus 61 a?os, esta profesora de Cl¨¢sicas de la Universidad de Cambridge es una de las intelectuales m¨¢s respetadas, pero tambi¨¦n m¨¢s famosas, de Europa, a la que The New Yorker?dedic¨® uno de sus interminables perfiles titulado La liquidadora de trolls.?Por un lado, sus libros ofrecen una lectura novedosa y cercana del mundo romano, incluso de temas que pueden parecer manidos, como Pompeya, o ¨¢ridos, como el estudio de las creencias. Su ¨²ltimo ensayo, SPQR?(Cr¨ªtica), que acaba de publicarse en Espa?a, es un recorrido por la historia de Roma, pero su punto de vista y su capacidad para manejar los detalles y sacar petr¨®leo de cualquier fuente directa, no importa que sea una inscripci¨®n funeraria o un discurso de Cicer¨®n, lo convierten en un libro tan original como entretenido. Adem¨¢s de autora de numerosos ensayos, es editora de lenguas cl¨¢sicas en Times Literary Suplement?y mantiene un blog llamado Don¡¯s life.
Su popularidad comenz¨® con una serie de documentales para la BBC y diferentes apariciones en debates televisivos. Primero la prensa sensacionalista critic¨® de manera feroz (y en t¨¦rminos muy desagradables) su aspecto desa?li?ado y luego fue pasto de los abusadores (los famosos trolls)?en las redes sociales. Pero Beard no se dej¨® intimidar ni guard¨® silencio, y sus contundentes respuestas (llenas de humor e iron¨ªa) la transformaron en un s¨ªmbolo no solo feminista, sino del derecho de las mujeres a liberarse de est¨¢ndares est¨¦ticos impuestos e irreales. El encuentro tiene lugar en el hotel Grosvenor House de Londres, d¨ªas antes de ser galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Hab¨ªa viajado hasta aqu¨ª desde Cambridge para una velada literaria. Es tan amena y divertida como aparece en sus documentales, con una enorme capacidad para acercarnos acontecimientos no tan lejanos, pero que ocurrieron hace 2.000 a?os.
Por un lado, asegura en SPQR (siglas de Senado y pueblo de Roma que se inscrib¨ªan en monedas y blasones) que no podemos extraer lecciones de los romanos desde nuestra ¨¦poca. Pero, por otro, asegura que es posible aprender mucho de ellos sobre nuestro presente. ?No es una contradicci¨®n? Las dos cosas son verdad, se trata de lecciones muy diferentes. Muchas veces nos confundimos cuando miramos el mundo cl¨¢sico, decimos que los romanos tuvieron problemas cuando trataron de invadir Irak y que por eso nosotros vamos a tenerlos tambi¨¦n. Las comparaciones directas con Roma no tienen sentido, es un mundo muy diferente en demasiados aspectos. Pero, por otro lado, si uno piensa, por ejemplo, en la forma en que Roma debati¨® problemas como las libertades civiles, el concepto de ciudadan¨ªa, el terrorismo o los derechos del individuo, eso enriquece la forma en que miramos el presente. Si uno piensa en c¨®mo Roma defini¨® la idea de ciudadan¨ªa, no es algo que se pueda hacer en la UE actualmente, pero invita a reflexionar sobre otras formas de enfrentarse a los problemas, aprender de los argumentos que se usaron entonces sobre lo que significa ser un ciudadano o la vigencia de esl¨®ganes como civis romanus sum,?¡°soy un ciudadano romano¡±, que siguen resonando¡
Kennedy, cuando dijo ante el muro de Berl¨ªn reci¨¦n construido: ¡°Ich bin ein Berliner¡± [yo soy berlin¨¦s]¡ Sin duda. Ninguna de las personas que dicen ¡°soy ciudadano romano¡± parece recordar que el primer uso c¨¦lebre de la expresi¨®n fue por un tipo que acab¨® crucificado por Catilina y que la esgrim¨ªa para tratar de evitar ese castigo. Es un ejemplo claro de c¨®mo las lecciones directas pierden sentido. El pobre tipo no disfrut¨® de ninguno de los derechos que ten¨ªan los ciudadanos romanos, pero nos sit¨²a ante problemas que nos proporcionan un contexto muy importante para nuestro presente. Solo el hecho de saber de d¨®nde viene la expresi¨®n que Kennedy utiliza representa una lecci¨®n.
Su teor¨ªa es que las claves del poder de Roma fueron su capacidad para asimilar a los extranjeros y su enorme poder monetario, la plata de Espa?a. Aunque no debamos tomar lecciones al pie de la letra, resulta chocante si contemplamos nuestro presente en Europa. Lo que pienso sobre el Imperio Romano y la crisis actual de los refugiados es que es muy importante que la gente recuerde que hubo enormes y poderosos imperios, sociedades militares, que se defin¨ªan por la aceptaci¨®n de los refugiados. Roma representa un relato muy importante porque su leyenda fundacional es que fue creada por refugiados, como EE UU. En un mundo en el que tratamos de levantar muros con otros pa¨ªses es muy interesante ver c¨®mo Roma se enfrentaba a este asunto de forma muy diferente. Eso no quiere decir que debamos copiar a Roma, porque estamos en otra ¨¦poca y adem¨¢s los romanos tambi¨¦n levantaron barreras cuando lo consideraron necesario. Pero nos ofrece una versi¨®n diferente de Europa sobre la que merece la pena pensar. En Roma nunca hubiesen entendido el concepto de inmigrante ilegal, era algo que no pod¨ªa existir.
En su libro afirma que los legados m¨¢s perdurables de Roma son la red de carreteras y la ingenier¨ªa civil. ?Ninguna civilizaci¨®n lo hab¨ªa hecho antes? Incluso yo me qued¨¦ impresionada con el acueducto de Segovia y le aseguro que he visto muchos. Los romanos fueron los primeros que crearon un mundo globalizado, lo que nos lleva a una pregunta clave: ?qu¨¦ significa tener comunicaciones? La idea de que hace 2.000 a?os se pod¨ªa salir de Roma, seguir una carretera y acabar en Espa?a es totalmente revolucionaria. Nos hace reflexionar sobre c¨®mo Roma establec¨ªa conexiones entre la gente, mucho m¨¢s que impedirlas.
La pregunta clave a la que vuelve una y otra vez en SPQR es c¨®mo una peque?a ciudad que creci¨® en un cenagal lleno de malaria pudo convertirse en un imperio en pocas d¨¦cadas. ?Existe una ¨²nica respuesta? A todo el mundo le ha preocupado mucho explicar por qu¨¦ se derrumb¨® el Imperio, pero es m¨¢s importante explicar por qu¨¦ surgi¨®. Desarrollaron un concepto de lo que significa ser romano totalmente revolucionario en el mundo antiguo. Cada verano, te lanzabas con tus colegas contra la ciudad de al lado, a 30 kil¨®metros, y si ganabas te llevabas dinero, esclavos, mujeres y volv¨ªas a casa hasta el a?o siguiente. Lo que hace Roma es revolucionario: establece una especie de relaci¨®n permanente con las ciudades vecinas y muchas veces ofrece, incluso impone, la ciudadan¨ªa o forma una alianza. La conquista significa establecer una relaci¨®n que va m¨¢s all¨¢ de ¡°muchas gracias, volvemos el a?o que viene por m¨¢s esclavos¡±. Y esta estrategia le da una ventaja gigantesca porque acaba por tener m¨¢s soldados que nadie, ya que los nuevos ciudadanos se convierten en militares. Lo que te hace ganar batallas en el mundo antiguo es tener m¨¢s soldados, no tanto nuevas t¨¢cticas o nuevas armas. Roma pierde muchas batallas, pero gana guerras porque siempre tiene m¨¢s tropas, dispone de recursos casi infinitos.
En su obra muchas veces reconoce que no sabe algo o que puede estar equivocada o que tal vez la versi¨®n m¨¢s famosa de un episodio no sea la verdadera porque las fuentes son enga?osas¡ Claro. En cierta medida sabemos m¨¢s de los romanos de lo que podamos imaginar. Por ejemplo, la idea de que las cartas privadas de Cicer¨®n sobrevivan m¨¢s de 2.000 a?os es incre¨ªble. Pero eso no quiere decir que lo sepamos todo o que podamos contar la historia sin transmitir nuestras dudas. Sobre la conspiraci¨®n de Catilina tenemos toneladas de informaci¨®n, pero solo desde el punto de vista de Cicer¨®n. Nos falta el otro. Lo que siempre digo a los estudiantes: ?cu¨¢l es la otra versi¨®n? Ser¨ªa como tener la historia de Reino Unido durante los a?os de Margaret Thatcher escrita solo por ella. No quiere decir que est¨¦ mal, solo que si no te preguntas por el otro lado tendr¨¢s una versi¨®n muy unilateral.
Es la misma idea de cuando dice que nunca sabremos si Cal¨ªgula era malo y por eso fue depuesto, o convertido en malo tras ser depuesto¡ Muchas veces no nos atrevemos a ser esc¨¦pticos con el pasado. Tenemos mucha suerte de que haya llegado hasta nosotros la historia de Suetonio y lo aceptamos como tal. Pero hay que preguntarse sobre c¨®mo se forman las reputaciones en la Antig¨¹edad. Los emperadores romanos son un caso de manual. Los que mueren en la cama, y sus hijos se convierten en sus herederos, tienen buena prensa. Los que son asesinados puede ser porque eran villanos, pero, como vemos en la transici¨®n entre Cal¨ªgula y Claudio, una de las cosas que el nuevo r¨¦gimen ten¨ªa que hacer era cubrir de porquer¨ªa al anterior emperador para legitimarse.
Usted mantiene que el paisaje del sur de Espa?a es totalmente romano. ?Tan poco ha cambiado desde entonces? Es sin duda un paisaje romano. El monocultivo de olivos empez¨® entonces. Para Roma, Espa?a eran olivares y minas. Tambi¨¦n moldearon el paisaje de Gran Breta?a, las carreteras, el emplazamiento de las ciudades. Siempre nos quejamos de que Londres est¨¢ en el lugar equivocado: es por los romanos. Es ¨²til para las comunicaciones desde un punto de vista romano, no si eres brit¨¢nico.
?Qu¨¦ perdemos cuando arrinconamos el lat¨ªn en los planes de estudio? Una parte de la cultura occidental. ?Merece la pena leer a Virgilio en lat¨ªn si ha sido traducido al ingl¨¦s, al espa?ol, al franc¨¦s? No quiero decir que me parezcan mal las traducciones. Pero, al final, no existe ning¨²n sustituto para que cada generaci¨®n sea capaz de leer a autores latinos en lat¨ªn. Basta con tratar de leer una traducci¨®n del siglo XIX: ya no significa nada para nosotros. No creo que la gente quiera perder el contacto directo con el mundo antiguo.
?Cu¨¢l es el texto latino perdido que m¨¢s echa de menos? La autobiograf¨ªa de la madre de Ner¨®n, Agripina. Me encantar¨ªa leer la versi¨®n de esa historia en palabras de esta mujer.
?C¨®mo siente el haberse convertido en una hero¨ªna en la lucha contra los abusadores de Internet? Tuve mucha suerte de haber sido atacada cuando ya era bastante vieja y resistente. He pasado muchos a?os ense?ando y debatiendo, y cuando alguien dice algo con lo que no estoy acuerdo, le respondo, le digo lo que pienso. Y trat¨¦ a los trolls?as¨ª. Si alguien me insulta de una forma brutal, soy lo bastante mayor como para lidiar con eso, pero tambi¨¦n ten¨ªa el valor suficiente como para responderle, porque es lo que hago cada d¨ªa, y pedirle que borre ese tuit. Y, si no lo hace, lo retuiteo, que es una forma de utilizar el poder de la gente contra ¨¦l porque la mayor¨ªa de las personas sensatas no est¨¢ de acuerdo con que se trate as¨ª a los dem¨¢s.
?Es cierto que ha acabado escribiendo cartas de recomendaci¨®n para uno de sus acosadores de Internet? As¨ª es. Era un estudiante que se comport¨® de forma muy est¨²pida, estaba bebido, con sus amigos y no pens¨® que nadie llegase a mirar eso. Ha acabado bien, pero fue bastante duro. Le ped¨ª que lo borrase, no lo hizo, entonces lo retuite¨¦ y resulta que uno de mis seguidores conoc¨ªa a su madre. Inmediatamente lo quit¨®. Pero la prensa sensacionalista brit¨¢nica lo busc¨® y lo encontr¨® y se convirti¨® en un esc¨¢ndalo. Y, claro, si pones su nombre en Google aparece todo este episodio y ten¨ªa problemas para encontrar trabajo. Por eso escrib¨ª cartas de recomendaciones en las que dec¨ªa que se disculp¨®, lo acept¨¦ y para m¨ª es un caso cerrado.
?Cree que una de las herencias del mundo romano es el papel de las mujeres en la sociedad, el machismo? Si pensamos que la cultura occidental depende de su pasado romano y griego, en algunos casos es para peor. Est¨¢ muy bien admirar a Virgilio y estudiar sus debates, pero tambi¨¦n aprendimos del mundo antiguo c¨®mo oprimir a las mujeres y sobre las jerarqu¨ªas o el imperialismo. No hay ninguna cultura buena o mala sin matices. Tenemos que ser capaces de mirar a los romanos a los ojos, criticarlos, admirarlos, pero tambi¨¦n polemizar con ellos. Nos proporcionan unas lecciones bastante ¨²tiles. Hace unos a?os estaba grabando un programa de radio desde el Coliseo y escuchaba lo que los profesores les explicaban a los alumnos con los que visitaban el monumento. Los profesores de las diferentes nacionalidades ten¨ªan m¨¢s o menos el mismo discurso. En un momento les preguntaban a los ni?os: ¡°?Para qu¨¦ serv¨ªa el Coliseo?¡±. Y uno respond¨ªa r¨¢pidamente: ¡°Para matar a gente¡±. ¡°?Lo har¨ªamos ahora?¡±, replicaba el profesor. El ni?o respond¨ªa que no. El mensaje final es que vivimos en una sociedad que ha mejorado mucho ¨¦ticamente. Eso es cierto en algunos casos, sin duda, pero ten¨ªa ganas de intervenir y preguntar qu¨¦ les ocurre a los boxeadores. No matamos a gente ante nosotros, pero seguimos yendo a peleas por placer y, aunque no mueran ante nosotros, sabemos cu¨¢les son las consecuencias para ellos. Tenemos que resistirnos a la idea de que la comparaci¨®n con los romanos nos deje muy satisfechos sobre nuestra excelencia moral. Deber¨ªamos pensarlo dos veces cada vez que creemos que somos mejores que ellos. La esclavitud es otro caso claro. ?No tenemos esclavos? ?Estamos tan seguros?
Su nuevo combate es contra un grupo de presi¨®n estudiantil que pretende que sea obligatorio advertir en las universidades cuando se vayan a tratar temas pol¨ªticamente incorrectos, como la violencia o las violaciones. Usted, con Roma, tendr¨¢ mucho trabajo. Los estudiantes que est¨¢n promoviendo esa medida tienen buena voluntad, pero no han pensado en lo que significa. Las consecuencias ser¨ªan que en la universidad la gente no se enfrentar¨ªa a asuntos complejos. ?Tendr¨ªa que advertir a mis estudiantes que en la historia romana hay muchas violaciones? Es seguramente est¨²pido y adem¨¢s centrar¨ªa la atenci¨®n en eso m¨¢s que en otras cosas. Si est¨¢s en una cena social, no te pones a hablar de violaciones sin saber si alguien ha sufrido violencia sexual, pero una clase no es lo mismo. Mis estudiantes son j¨®venes y claro que me preocupo por ellos, pero cuidarlos no significa alejarlos de lo que ha ocurrido. Ser universitario implica la posibilidad de que te ofenda lo que vas a escuchar, pensar siempre es dif¨ªcil.
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