Michelle de Teruel

Michelle Jenner lleva delante de nosotros toda su vida, de forma casi literal. Fue una beb¨¦ prodigio. A los dos a?os anunci¨® flotadores, a los seis se inici¨® en el doblaje y a los doce prest¨® su voz al Giosu¨¨ de La vida es bella. Martine, su madre francesa, fue artista de music hall y su padre Miguel ?ngel era actor de doblaje. Lo suyo no hab¨ªa sido de pura chiripa.

Acaba de estrenar cuatro pel¨ªculas en tres meses, una marca de otra ¨¦poca. En Nuestros amantes, la comedia rom¨¢ntica de Miguel ?ngel Lamata, es Irene, una joven de Teruel. Ese detalle se?ala otro peque?o hito. A¨²n es m¨¢s raro tropezarse con alguien de Teruel en la ficci¨®n que en la realidad, que ya es decir. Cuando ella lo suelta en una escena, cre¨ª que no hab¨ªa o¨ªdo bien.

No conozco a nadie que haya trabajado con ella que le encuentre una sola pega, algo que todav¨ªa es m¨¢s extra?o que lo de Teruel. Michelle rompe el estereotipo de actriz neur¨®tica, caprichosa y m¨¢s pesada que un abanico de tablas. Ha interpretado personajes pegadizos: la Sara de Los hombres de Paco o la reina Isabel. Pero ella desaf¨ªa la sombra de cualquier papel.

Hace ocho a?os, cuando ten¨ªa 21, la entrevist¨¦, hablamos de religi¨®n y dijo: ¡°?Por qu¨¦ a los curas se les proh¨ªbe hacer el amor si resulta que Jesucristo no hac¨ªa m¨¢s que dar y predicar amor?¡± El circo nacional va sobrado de gente siniestra y es un alivio desviar la mirada hacia un ser que despide semejante alegr¨ªa. Michelle es una de esas chicas que gustan tanto, que siempre se piensa que andan con el hombre equivocado.