Cat¨¢logo
El programa es de est¨¦tica socialdem¨®crata para un partido socialdem¨®crata, aunque haya sido un hallazgo de ayer mismo
Yo, desde luego, pienso gastarme los casi dos euros que cuesta el cat¨¢logo-programa de Podemos. Vistos los primeros anuncios, me parece una idea muy positiva y muy pr¨¢ctica.
La admiraci¨®n hecha p¨²blica por Pablo Iglesias, por Julio Anguita, se ha materializado en esta acci¨®n de propaganda. La obsesi¨®n del viejo comunista por el ¡°programa, programa, programa¡± hecha, por fin, realidad. Un programa que no es para tirar sino para guardar en el revistero de al lado del retrete, para que resida all¨ª, como permanente recuerdo del compromiso adquirido.
La idea parti¨® de alguien que vio un programa de Ikea, que es algo que el partido no ha ocultado.
Una virtud es que la materializaci¨®n del programa es, en s¨ª misma, socialdem¨®crata: materiales sencillos, democr¨¢ticos, mucha luz, y personajes que son como vecinos de los buenos, no de los que te llevan cada semana al juzgado. Una est¨¦tica socialdem¨®crata para un partido socialdem¨®crata, aunque haya sido un hallazgo de ayer mismo. La socialdemocracia es n¨®rdica, y huele a madera de pino.
Eso tiene, de todas maneras, algunos puntos arriesgados. El que primero que se me viene a la cabeza es que yo he estado en Ikea, y no he encontrado la manera de salir, sin completar todo el circuito, como est¨¢ pensado evidentemente por la direcci¨®n. La sensaci¨®n de sofoco y angustia que me dio provoc¨® que mi mujer me prohibiera volver a la tienda. Yo no puedo ir nunca m¨¢s, a riesgo de poner en juego mi matrimonio.
La segunda, es que las casas se parecen y puede uno volverse loco cuando es invitado a cenar por alg¨²n amigo. Imag¨ªnese lo peor de todo: no hay en todo Ikea una sola reconstrucci¨®n de la ¨²ltima cena para presidir el comedor de casa, ni reproducciones en porcelana de golondrinas evolucionando en el aire en el recibidor.
Pero lo peor de todo es que hay que montarse las cosas. Ya sabemos, porque nos lo han advertido algunos como Anguita, que la socialdemocracia es un truco capitalista. Pues bien, ?alguien ha calculado lo que se va en horas de trabajo montando una c¨®moda para el dormitorio? El cat¨¢logo deber¨ªa llevar estos costes para que nadie se llame a enga?o.
Yo creo que voy a seguir obedeciendo a mi familia (mi hermana tambi¨¦n se ha sumado a la campa?a para que yo no vaya a la macrotienda, porque no soporta mi permanente desacuerdo con el secuestro), y no pienso volver, salvo extrema necesidad, a la tienda.
Me aterra la idea de que el programa sea para siempre. Quiero ir a tiendas de barrio.
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