El triunfo de Manzanares
Ha sido uno de los triunfadores de la Feria de San Isidro. Hijo de una de las figuras del toreo, trabaja por estar a la cabeza de una fiesta con un futuro incierto
Hace a?o y medio que falleci¨® su padre, y a¨²n lo echa de menos. A pesar del tiempo transcurrido, mantiene en su rostro ese rictus de tristeza que pase¨® por los ruedos durante la temporada pasada, vestido de catafalco y azabache, en recuerdo del maestro desaparecido. Ha abandonado el luto, pero no la melancol¨ªa. Quiz¨¢ por eso, horas despu¨¦s del gran ¨¦xito alcanzado en la plaza de Las Ventas, que lo ha reconocido como el triunfador de la pasada Feria de San Isidro, Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares (Alicante, 1982) reconoce con voz tenue y apagada que est¨¢ ¡°relativamente tranquilo¡±. ¡°Tengo mis cosas interiores¡±, a?ade, ¡°pero ahora mismo estoy feliz¡±.
Ha cambiado el reluciente grana y oro de luces por un impecable traje azul que despierta la admiraci¨®n de un grupo de paisanas que lo reconoce en la madrile?a plaza de Santa Ana; momentos despu¨¦s, en una cl¨¢sica biblioteca de mediados del pasado siglo, Manzanares mantiene la gravedad de su rostro, se acaricia el pelo, carraspea con frecuencia, duda y parece sentirse inc¨®modo. Aclara que solo es t¨ªmido, desconfiado con los extra?os y celoso de s¨ª mismo. Y, a rengl¨®n seguido, reconoce que ¡°lo de Madrid¡± ha significado un antes y un despu¨¦s en su carrera. ¡°Ha sido un sentimiento intenso que ha supuesto mucho interiormente, pero no va a cambiar mi planteamiento inicial sobre la temporada¡±, afirma. ¡°Estoy inmerso en un proceso de evoluci¨®n profunda para mejorar mi concepto del toreo; el d¨ªa del triunfo pude ver resultados de esa progresi¨®n en la que estoy empe?ado desde que falleci¨® mi padre¡±.
Manzanares emocion¨® el 1 de junio, en la corrida de Beneficencia a una plaza abarrotada porque se mostr¨® como un torero diferente. ?l lo explica as¨ª: ¡°Pretendo alcanzar la m¨¢xima naturalidad sin perder la pasi¨®n. Esa era la obsesi¨®n de mi abuelo: los talones encajados, los ri?ones metidos, acompa?ar la embestida con todo el cuerpo hasta llegar al abandono f¨ªsico, sin perder la entrega en cada muletazo¡±.
El torero est¨¢ convencido de que as¨ª enamor¨® a Las Ventas. Pero no ha sido f¨¢cil llegar hasta ah¨ª; tanto es as¨ª que dice haberse sentido incomprendido durante el proceso de cambio: ¡°No he salido de un bache art¨ªstico, como muchos creen; no buscaba el triunfo f¨¢cil y toreaba m¨¢s para m¨ª que para la galer¨ªa. Y es verdad que todav¨ªa arrastro un componente emocional por lo de mi padre; son muchos los recuerdos y queda un vac¨ªo que a¨²n no he superado¡±.
Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares cumpli¨® 34 a?os en enero, y est¨¢ a punto de ser padre por tercera vez. A¨²n permanece erguido en el sof¨¢, pero esboza la primera sonrisa cuando se dispone a hablar de su familia. Las distancias con los extra?os se van acortando. ¡°Mi hijo mayor solo tiene cuatro a?os y medio, pero la vida me ha dado un vuelco en los ¨²ltimos tiempos. Me ha cambiado todo como persona y como matador. Ten¨ªa raz¨®n mi padre cuando afirmaba que cada d¨ªa costaba m¨¢s. Y yo le contestaba: ¡®S¨ª, pap¨¢, pero ganas en experiencia¡¯, y ¨¦l me replicaba que aumentaba el miedo y la responsabilidad. Y es verdad. Pero estoy tranquilo. Soy una persona inestable, y mi familia me proporciona serenidad. Adem¨¢s, sufro mucho porque soy muy perfeccionista y disfruto muy poco. Pero en este momento, estoy feliz¡±.
¡°Soy alguien inestable, y mi familia me proporciona serenidad. Adem¨¢s, soy muy perfeccionista¡±
¡ª?Es usted un buen marido y padre?
¡ªS¨ª, un buen padre, s¨ª. Amo a mis hijos por encima de todo, y eso lo aprend¨ª del m¨ªo, que fue extraordinario, e intento hacer lo mismo. Pero lo paso mal porque en Alicante, donde vivimos, hay pocas ganader¨ªas y debo pasar tiempo fuera de casa, en la finca de mi padre o en la de mis apoderados, y los echo mucho de menos.
El torero y los hombres de su cuadrilla mantienen la costumbre de encerrarse en el campo despu¨¦s de la fiesta de Reyes hasta que finaliza la Feria de San Isidro, dedicados al entrenamiento intensivo para la temporada.
¡ª?Se cuida mucho?
¡ªAntes hac¨ªa much¨ªsimo deporte, pero en este momento me dedico m¨¢s al toreo de sal¨®n. Si est¨¢s muy fuerte f¨ªsicamente, lo aprend¨ª de mi padre, los movimientos se vuelven m¨¢s toscos y brutos. Por esa raz¨®n trabajo menos el cuerpo. Mi padre estaba muy fuerte, pero fue siempre muy delgado; yo he salido a la familia de mi madre, que es m¨¢s corpulenta.
Corpulento o fuerte, lo cierto es que el f¨ªsico de Manzanares despierta el inter¨¦s del p¨²blico y, en consecuencia, de la industria de la moda. Ha trabajado con prestigiosos fot¨®grafos, se ha enfundado caros trajes de marcas de lujo y ha lucido su cuerpo en portadas de revistas. La mirada del torero adquiere un tono de gravedad, se remueve en el asiento, se toca el pelo por en¨¦sima vez, carraspea para aclarar la voz y se perfila para lo que considera una aclaraci¨®n importante: ¡°Intento que mi relaci¨®n con ese mundo tenga que ver con el toro o con lo que soy. Odio asistir a un evento en el que se me pueda considerar solo un modelo. Yo soy torero, y vivo por y para el toreo. Hacer incursiones en la moda en las que se vea a un torero me parece que es importante. Pero no tengo tentaci¨®n de ser modelo ni me atrae ese mundo¡±.
¡ª?Se pueden mantener los pies en el suelo cuando se alcanza el ¨¦xito siendo muy joven y le recuerdan a cada instante que es un icono de la belleza masculina?
¡ªEs dif¨ªcil. Hay muchas tentaciones, muchas distracciones¡ Por eso me encierro tanto tiempo en el campo, porque el cuerpo tiende a la vanidad. Hay momentos en que todo el mundo te dora la p¨ªldora. A todos nos gusta que nos digan palabras bonitas, pero hay que ser inteligente para saber d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite. Es complicado combinar la juventud y la gloria, y lo ¨²nico que te salva es la gente buena que est¨¢ a tu lado, que te aconseja bien. Hay que saber escuchar y a qui¨¦n escuchar; debo usar mucho la mano izquierda. Pero, s¨ª; creo que mis zapatillas est¨¢n bien asentadas.
A estas alturas de la conversaci¨®n, Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares ha roto la distancia, se muestra relajado y sonr¨ªe cuando se le pregunta qu¨¦ hay detr¨¢s de esa mirada enigm¨¢tica y seductora de gal¨¢n de cine. ¡°Soy bastante t¨ªmido cuando no conozco a las personas, pero muy divertido y bromista con mis amigos; y cari?oso con ellos y con todo el mundo. Soy sensible, muy sensible, todo me afecta mucho. Y una persona muy familiar y casera. As¨ª creo que soy¡±.
Tiene un recuerdo para Sevilla (¡°la plaza de la Maestranza es lo m¨¢s especial de mi vida¡±); asegura que le preocupa el momento actual de la fiesta (¡°est¨¢ en peligro, pero no creo que desaparezca¡±), y espera que su carrera sea muy larga (¡°me queda mucho por hacer, y me gustar¨ªa estar mucho tiempo, pero no s¨¦ hasta cu¨¢ndo¡±).
Ha sido uno de los triunfadores de la Feria de San Isidro. Hijo de una de las figuras del toreo, trabaja por estar a la cabeza de una fiesta con un futuro incierto
Y su padre¡ Qu¨¦ pena, se lamenta, que el maestro, tambi¨¦n Jos¨¦ Mar¨ªa Manzanares, no estuviera en Las Ventas para gozar con su triunfo. Ya en el hotel lo celebr¨® con su esposa, Roc¨ªo, ¡°que est¨¢ embarazad¨ªsima y con miedo, porque deber¨¢ someterse a la tercera ces¨¢rea para que podamos ver a nuestra segunda ni?a¡±. Mientras, junto a Roc¨ªo y sus dos hijos, trata sin ¨¦xito de recordar la faena del triunfo. ¡°Me sent¨ª aislado; intento revivir la respuesta del p¨²blico y no lo consigo. Tengo algunos flashes, destellos, pero es como si hubiera toreado en otro lugar. No fue la faena perfecta, pero hubo momentos que se acercaron a lo que yo voy buscando. Para ello trabajo, y espero que as¨ª se comprenda¡±.
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