La manifestaci¨®n fantasma
Quejas por la ausencia de informaci¨®n sobre una nutrida concentraci¨®n de pescadores y cazadores celebrada el pasado domingo
La cita era, a priori, perfecta. Domingo 5 de junio a mediod¨ªa. Antes de que la campa?a electoral, destinada a monopolizar la atenci¨®n de la prensa espa?ola, arrancara. Miles de pescadores y cazadores de toda Espa?a (150.000 seg¨²n los organizadores, 20.000 seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno a la que he pedido el dato expresamente) se manifestaron por el centro de Madrid. Los congregados pretend¨ªan hacer patente su rechazo a la sentencia del Tribunal Supremo por la que pasan a incluirse en el Cat¨¢logo de Especies Ex¨®ticas Invasoras, aprobado en agosto de 2013, el cangrejo rojo, la carpa, la trucha arco iris, el lucio o la perca americana, entre otras especies que se introdujeron en las ¨²ltimas d¨¦cadas en Espa?a.
Ni EL PA?S, ni la mayor parte de la prensa, inform¨® de esta concentraci¨®n. Y desde el mismo lunes mi buz¨®n empez¨® a acumular quejas de los participantes y organizadores del evento. El presidente de la Federaci¨®n de Caza de la Regi¨®n de Murcia y vicepresidente de la Real Federaci¨®n Espa?ola de Caza, Jos¨¦ Antonio Moreno Ruiz, me envi¨® una carta en la que se pregunta por las razones de que este diario ignorara la manifestaci¨®n. ¡°Si no se trata de una cuesti¨®n de valoraci¨®n informativa o de simple negligencia o ineptitud de alguno de los responsables que se encontraba de guardia (¡) quisiera saber si existe en EL PA?S alg¨²n tipo de criterio de car¨¢cter deontol¨®gico, editorial o similar que obligue a sus profesionales a ignorar las informaciones referidas a la caza (siempre que no sean de corte marcadamente negativo, en cuyo caso es evidente que les dan una gran cobertura, como lo demuestran recientes noticias sobre esa materia). Creo que un colectivo tan amplio como el que represento, y del que forman parte ciudadanos de todos los estratos sociales, econ¨®micos y culturales, que conviven con absoluta armon¨ªa en un mundo en el que no existen discriminaciones, pues la naturaleza y el deporte a todos nos hace iguales, tiene derecho a conocer si este medio de comunicaci¨®n tiene alg¨²n reparo instituido que obliga a ignorarlos, tanto a ellos como sus leg¨ªtimas reivindicaciones¡±.
No informar de la manifestaci¨®n ha sido un error
Lectores, como Antonio Reig P¨¦rez, me hicieron llegar su protesta por el mismo motivo: ¡°No entiendo c¨®mo el domingo no se cubri¨® la noticia de la manifestaci¨®n de protesta que tuvo lugar en Madrid. Quiero pensar que fue falta de informaci¨®n, o simplemente alg¨²n lapsus en la Redacci¨®n, porque es evidente que ni un simple eco a una manifestaci¨®n de casi 200.000 personas algo no fue bien. ?O es que la direcci¨®n manda acallar todo lo relacionado con el mundo rural?¡±. Y Ricardo Jim¨¦nez me comunicaba en su mensaje su estupor e indignaci¨®n por tal omisi¨®n informativa, que atribu¨ªa ¡°a la tiran¨ªa de lo pol¨ªticamente correcto¡±.
Rafa de Miguel, redactor jefe de Noticias, que estaba al frente de la secci¨®n ese domingo, reconoce el fallo: ¡°No previmos la dimensi¨®n de la manifestaci¨®n de cazadores y pescadores, y en ese sentido fue error nuestro no darle la cobertura correspondiente. En las informaciones sobre el asunto, sin embargo, procuramos mantener el equilibrio debido, sin sesgo alguno¡±.
De Miguel me recuerda que EL PA?S inform¨® detalladamente ¡ª en marzo pasado¡ª del fallo del Supremo, que ha dado pie a las protestas de pescadores y cazadores, ya que obliga al Gobierno a incorporar al Cat¨¢logo de Especies Invasoras a algunas de las presas preferidas de estos colectivos, aceptando parcialmente un recurso presentado por Ecologistas en Acci¨®n y otras asociaciones. Este peri¨®dico public¨® posteriormente un reportaje sobre la preocupaci¨®n que ha causado en Isla Mayor, un pueblo sevillano que depende en parte del cangrejo rojo, dicha sentencia que impedir¨¢ la comercializaci¨®n de la especie.
Considero, no obstante, que pescadores y cazadores tienen raz¨®n en sentirse agraviados, porque hemos informado m¨¢s de una vez de manifestaciones menos numerosas protagonizadas por otros colectivos. Y aunque la omisi¨®n no haya sido intencionada, hay que reiterar que el inter¨¦s de las noticias debe ser ajeno a cualquier prejuicio.
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