Camaleones

Una de las alegr¨ªas de esta era es que el paisaje est¨¦tico de la pol¨ªtica se ha renovado y que la uniformidad de mechas, camisas y trajes impecables que antes dominaba los escenarios pol¨ªticos desde G¨¦nova a Ferraz se ha visto desafiada por las arrugas, los beb¨¦s, la silla de ruedas, las camisetas holgadas o el pelo que Dios nos dio. Pareciera que la gente com¨²n est¨¢ ah¨ª, como cuando salimos a la calle y comprobamos que no est¨¢n cortados todos por el mismo patr¨®n.

Hasta aqu¨ª, la buena noticia. A partir de ahora, la campa?a. O la est¨¦tica de campa?a.

Ya sabemos que la est¨¦tica es la disciplina que estudia los fundamentos filos¨®ficos del arte, pero aqu¨ª vamos a fijarnos en su acepci¨®n m¨¢s pr¨®xima al sal¨®n de belleza. Al disfraz. Un vistazo r¨¢pido a las primeras im¨¢genes de estos d¨ªas nos permite ver a Mariano Rajoy con bata blanca en la lonja de pescado de Santa Pola exhibiendo cercan¨ªa a los problemas de la gente y a Pablo Iglesias en corbata exhibiendo cercan¨ªa, si no a los problemas, a la est¨¦tica del Ibex. Ni la bata de Rajoy es para siempre, sino de usar y tirar, ni la corbata de Iglesias va con traje ni con un nudo ejemplar, sino que la lleva un tanto desmadejada. Pero ambos han decidido mostrarse capaces de acercarse a p¨²blicos no cotidianos como si tal cosa. Se llama campa?a. Y es que no es el momento de la autenticidad, sino de los camaleones. Que sepan que nos hemos dado cuenta.