No se puede ser Che Guevara y madre a la vez
PorAlmudena D¨ªaz Pag¨¦s, @Almudipa, polit¨®loga, especialista en Relaciones Internacionales y editora de G¨¦nero de United Explanations.
Fotograma del documental 'A Syrian Love Story'.
¡°No se puede ser Che Guevara y madre a la vez¡±. Esta frase fue la que me cautiv¨® para querer saber m¨¢s sobreA Syrian Love Story, undocumental ¨ªntimo sobre el alto coste humano que implica para millones de familias sirias pedir asilo en Europa. Un testimonio conmovedor y real que, si en cualquier momento ser¨ªa esencial, hoy por hoy resulta ineludible.
A Syrian Love Storyha sido seleccionado en el festival del #DocsBarcelona, es una obra filmada durante m¨¢s de 5 a?os a manos del director Sean McAllister, que nos ofrece una visi¨®n ¨ªntima y real sobre la vida de una familia siria atrapada en conflictos pol¨ªticos y personales, desde antes de la primavera ¨¢rabe hasta nuestros d¨ªas.
Raghda y Amer se conocen en la c¨¢rcel. Tras meses de encarcelamiento, ambos se enamoran y al salir, deciden formar juntos una familia. A?os m¨¢s tarde, ella elabora una novela sobre su experiencia en la c¨¢rcel que la lleva de nuevo a prisi¨®n dejando atr¨¢s a su marido y sus hijos. Amer, responde movilizando protestas en las calles contra Al-Assad para conseguir la liberaci¨®n de prisioneros pol¨ªticos, y entre ellos, su esposa. Gracias a ello conoce a MacAllister, el autor del documental, quien absorbido por su relato, decide darle voz a trav¨¦s de su c¨¢mara.
El aumento de la tensi¨®n en las calles y la presi¨®n internacional fuerzan al Gobierno sirio a decretar una amnist¨ªa que libera de forma inesperada a cientos de prisioneros activistas, y Raghda vuelve a casa. Aunque no por mucho tiempo. El estallido de la primavera ¨¢rabe en Siria intensifica la represi¨®n del r¨¦gimen y McAllister es tambi¨¦n detenido por las fuerzas de seguridad y encarcelado durante d¨ªas. Raghda y Amer deciden huir con sus hijos al L¨ªbano.
Las dif¨ªciles condiciones a las que se enfrenta la familia en el L¨ªbano y las terribles noticias que llegan desde Siria erosionan la relaci¨®n de la pareja. Raghda, atormentada por la frustraci¨®n de no poder ayudar a su pueblo, decide volver a Siria y unirse a la oposici¨®n. Amer, hundido por la a?oranza de su pa¨ªs y de su mujer, trata de sacar adelante a sus hijos en el L¨ªbano en un contexto de grandes dificultades: sin dinero, sin trabajo, sin familia, sin derechos¡¡°Hab¨ªa d¨ªas en los que Amer ni siquiera pod¨ªa dar de comer a sus hijos¡±, nos cuenta el director.
Afortunadamente, Raghda consigue el estatus de refugiada pol¨ªtica lo cual permite la reunificaci¨®n de la familia en Francia. Pero ya no hay vuelta atr¨¢s. Amer es incapaz de superar el abandono de su mujer y Raghda, abrumada por tener que elegir entre su familia o luchar por la revoluci¨®n, atraviesa momentos terribles de depresi¨®n en el pa¨ªs galo. "No se puede ser Che Guevara y madre a la vez¡±, reniega entristecido Amer.
Raghda, que en ning¨²n momento olvida su deber como madre, se traslada a la frontera turca para trabajar como asesora pol¨ªtica y cultural de la oposici¨®n. No se disculpa por su compromiso con la revoluci¨®n pues defiende: ¡°que para que alg¨²n d¨ªa sus hijos puedan volver a su pa¨ªs, tiene que seguir luchando por una Siria libre¡±.
Amer, ya asentado con sus hijos en Francia, celebra que ¨¦stos puedan tener un futuro despu¨¦s del calvario atravesado siendo tan s¨®lo unos ni?os: ¡°un futuro que de ninguna manera habr¨ªan tenido en Siria¡±, enfatiza.
Es precisamente gracias a este hilo argumental, tan ¨ªntimo, que McAllister consigue un doble objetivo. Por un lado, acabar con los estereotipos creados alrededor de los refugiados que, si pudieran vivir con seguridad en su pa¨ªs de origen, sin duda lo har¨ªan. Y por otro, humanizar el drama de millones de sirios an¨®nimos que pagan un alto costo humano buscando asilo en una Europa que les responde poni¨¦ndoles cifras y n¨²meros, en vez de caras y nombres.
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