¡®Efecto La 2¡¯
El CIEMAT, la ¨²nica instituci¨®n p¨²blica espa?ola dedicada a desarrollar nuevas fuentes de energ¨ªa limpia, est¨¢ asfixiado por un hachazo presupuestario sufrido en 2010
Salga el lector a la calle con l¨¢piz y papel y pregunte a la gente si le preocupa el cambio clim¨¢tico. Todos le dir¨¢n que s¨ª, que mucho. Lo mismo responder¨ªa cualquiera de los cuatro candidatos, tenga o no un primo con estudios de f¨ªsica. Pero, ay, amigos, un solo dato vale m¨¢s que mil declaraciones, y basta para refutar la teor¨ªa m¨¢s brillante o las palabras m¨¢s bellas. Y el dato es este: el Centro de Investigaciones Energ¨¦ticas, Medioambientales y Tecnol¨®gicas (CIEMAT), la ¨²nica instituci¨®n p¨²blica espa?ola dedicada a desarrollar nuevas fuentes de energ¨ªa limpia, est¨¢ asfixiado por un hachazo presupuestario sufrido en 2010 (bajo la segunda legislatura de Zapatero) y mantenido con tenacidad por el Gobierno de Rajoy.
Es un caso claro de lo que podr¨ªamos llamar el efecto La 2. Si le preguntas a la gente lo que m¨¢s le gusta de la tele, todo el mundo responde que los documentales cient¨ªficos de la segunda cadena, pero basta una somera consulta de los ¨ªndices de audiencia ¡ªotra vez el dato¡ª para demostrar m¨¢s all¨¢ de toda duda razonable que mienten como bellacos. Debido al efecto La 2, casi dan ganas de alegrarse de que la investigaci¨®n en energ¨ªa no apareciera en el debate de los candidatos: habr¨ªan mentido como mentimos todos, con sa?a y avaricia, con labia y desverg¨¹enza. Las credenciales de los partidos tradicionales son p¨¦simas, y de los emergentes no tenemos datos. No hay razones para el optimismo.
Qu¨¦ tiempos aquellos, los anteriores a la crisis. Da pena, una pena profunda recordar que este pa¨ªs pudo haber sido un l¨ªder en la implantaci¨®n de la energ¨ªa solar y de la e¨®lica, por sus condiciones clim¨¢ticas privilegiadas y por las inversiones que las grandes empresas energ¨¦ticas hac¨ªan hace 10 a?os en ese sector. Lleg¨® la crisis, es cierto, pero ah¨ª, en la gesti¨®n de la crisis, es donde se ve la inteligencia pol¨ªtica. O la falta de ella, porque ser¨ªa muy dif¨ªcil haberlo hecho peor en este campo. Para recortar los presupuestos a hachazos no hace falta un ministro de Econom¨ªa, ni un Gobierno: basta con una calculadora de mano y una venda en los ojos. Alguien deber¨ªa haber pensado c¨®mo quer¨ªamos salir de la crisis, si con un regreso miope al ladrillo corrupto o con una apuesta decidida por la investigaci¨®n y los sectores de futuro. Y pocos lo son tanto como el desarrollo de energ¨ªas limpias. Pues en vez de eso, recortes y contrarreformas de la energ¨ªa solar. Genial.
La pr¨®xima vez que alguien le diga que est¨¢ muy preocupado por el cambio clim¨¢tico, recuerde el efecto La 2. Aqu¨ª seguimos en el que inventen ellos de Unamuno.
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