El futuro lleva el pelo rapado
El dise?ador ruso Gosha Rubchinskiy presenta en Florencia una colecci¨®n que reivindica el estilo de las gradas de f¨²tbol europeas
"Quiero lanzar un mensaje de colaboraci¨®n. Estamos mejor juntos que separados. Especialmente ahora, con lo que est¨¢ pasando en Inglaterra". El dise?ador ruso Gosha Rubchinskiy reflexionaba as¨ª la ma?ana de ayer, en una rueda de prensa, sobre la colecci¨®n que presentar¨ªa horas m¨¢s tarde como invitado especial de la feria de moda masculina Pitti Uomo de Florencia. Al caer la tarde, sin embargo, qued¨® claro que el alegato integrador del moscovita no es el habitual canto ?o?o a la multiculturalidad, sino una invocaci¨®n de la est¨¦tica que compart¨ªan los templos del techno y las gradas de f¨²tbol europeas hace veinte a?os: sudaderas con grandes logos de Fila o Sergio Tacchini, ch¨¢ndales sint¨¦ticos de Kappa, gruesas cadenas en el cuello y gafas aerodin¨¢micas con cristal amarillo.
El alegato integrador del moscovita no es el habitual canto ?o?o a la multiculturalidad, sino una invocaci¨®n de la est¨¦tica que compart¨ªan los templos del techno y las gradas de f¨²tbol europeas hace veinte a?os
Chic de grada, suavizado por una autoconfesa inspiraci¨®n en Pasolini y su l¨®gica consecuencia: que el c¨¢sting (30 j¨®venes delgad¨ªsimos y rapados, reclutados alrededor del mundo a trav¨¦s de Instagram), ten¨ªa poco que ver con los enormes hooligans rusos de verdad, esos que se pelean estos d¨ªas con sus cong¨¦neres brit¨¢nicos o eslovacos con la excusa de la Eurocopa. Las camisetas marineras sobredimensionadas y unos trajes amplios, como sacados del armario de un padre y puestos sobre la piel, acentuaban la fragilidad adolescente del hombre Rubchinskiy.
Lo que no es fr¨¢gil es el revuelo que Gosha genera. "Esto es el nacimiento de un nuevo orden", dec¨ªa entusiasmado el responsable de una tienda de moda que, en los ¨²ltimos a?os, ha visto c¨®mo el fen¨®meno Rubchinskiy se ha convertido en una m¨¢quina de hacer dinero. Cada entrega de su ropa se agota en cuesti¨®n de minutos ¨Cla marca establece pedidos m¨¢ximos a cada vendedor para fomentarlo¨C gracias a una generaci¨®n que se reconoce en la est¨¦tica cruda y callejera del ruso, y para quienes el aire postsovi¨¦tico les resulta m¨¢s ex¨®tico que las palmeras de Miami que hoy decoran cualquier camiseta de cualquier tienda.
Rubchinskiy, de 31 a?os, lleva casi diez a?os en el negocio, pero forma parte del contingente de dise?adores del este que llevan cosechando rendidos titulares los ¨²ltimos meses. El pr¨®ximo plato fuerte de la reci¨¦n comenzada temporada de desfiles primavera-verano 2017 lo servir¨¢ dentro de pocos d¨ªas su amigo Demna Gvsalia, l¨ªder de Vetements, cuando presente su primera colecci¨®n de hombre para Balenciaga en Par¨ªs. Esperen una receta parecida a la del ruso, solo que pasada por el lujo conceptual m¨¢s rudo.
La feria Pitti de Florencia celebra su 90? edici¨®n este a?o con el term¨®metro bien ajustado. En sus primeras ediciones, a principios de los a?os setenta, debutaron gigantes como Giorgio Armani o Ermenegildo Zegna antes de que se mudaran a los desfiles de Mil¨¢n; los ¨²ltimos diez a?os ha sabido capitalizar la vuelta a lo cl¨¢sico que ha dirigido el boom de la moda masculina, y hoy la cita se hace eco puntual de la tendencia skate que est¨¢ saltando de la calle a la moda con marcas como Supreme o Palace.
Una corriente que valora lo aut¨¦ntico antes que nada. "Esto no es dise?o", explicaba otro cliente durante el show. "Estas marcas tratan con los sentimientos, con las referencias comunes de una generaci¨®n". Lotta Volkova, la estilista que suele colaborar con Rubchinskiy, subrayaba este punto en la rueda de prensa: "Gosha es m¨¢s que ropa. Es el poder de la juventud. Es una visi¨®n de la soledad de la adolescencia... donde la moda es algo a lo que pertenecer". Incluso es m¨¢s que moda. "Es una conexi¨®n, como cuando eres joven y ves a alguien con una camiseta de tu grupo favorito", puntualizaba el propio Rubchinskiy.
Siempre es interesante presenciar c¨®mo se establece un nuevo orden en la moda, o lo intenta, y m¨¢s a¨²n por sus contradicciones. Relativas, como que esta antimoda de Gosha Rubchinskiy goza de la protecci¨®n de la respetada firma japonesa Comme des Gar?ons, que produce y distribuye sus colecciones. O de m¨¢s calado, como que sea inevitable extra?arse ante la inspiraci¨®n abiertamente homoer¨®tica y paneuropea de un dise?ador radicado en Mosc¨², capital del pa¨ªs occidental menos amable con ambos asuntos. Pero oigan, ?qu¨¦ ser¨ªa la moda sin un buen elefante en la habitaci¨®n?
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