Nanocosas
Los robots m¨¢s ¨²tiles, para bien y para mal, ser¨¢n los que no se parezcan a nosotros en nada
Olvide todo lo que sab¨ªa de los robots. La ciencia ficci¨®n m¨¢s popular del siglo XX hizo un esfuerzo entra?able por pintarlos con dos patas ¡ª?piernas?¡ª y una cabeza con dos ojos at¨®nitos, con m¨¢s o menos capacidades de razonamiento y hasta de sentimiento, pero construidos a imagen y semejanza de su creador, el homo sapiens. Uno de los autores m¨¢s inteligentes del g¨¦nero, Isaac Asimov, lleg¨® a formular las tres leyes universales de la rob¨®tica: (1) No atacar a los humanos; (2) obedecerles salvo conflicto con lo anterior, y (3) autoprotegerse salvo conflicto con todo lo anterior. Pero incluso Asimov imagin¨® a sus robots de ficci¨®n con un dise?o antropomorfo, y con unos ¡°cerebros positr¨®nicos¡± que consist¨ªan en una mera extrapolaci¨®n de los nuestros (o al menos del suyo).
Pero los tiros de la vanguardia rob¨®tica no van exactamente por ah¨ª. El cient¨ªfico de la computaci¨®n e inventor del Palm Pilot (el primer ayudante personal digital, PDA), Jeff Hawkins, lleva a?os insistiendo en que el objetivo de la rob¨®tica no es construir un ser humano: dice que eso ya lo sabemos hacer muy bien, y en solo nueve meses. Los robots antropomorfos no son producto del exceso de imaginaci¨®n de los escritores, sino m¨¢s bien de la falta de ella. Los robots m¨¢s ¨²tiles, para bien y para mal, ser¨¢n los que no se parezcan a nosotros en nada.
Tomen por ejemplo el ingenio que Daniela Rush y Shuhei Miyashita, dos cient¨ªficos del MIT (Massachusetts Institute of Technology, en Boston) han presentado en la ¨²ltima Conferencia Internacional de Rob¨®tica y Automatizaci¨®n, celebrada en Estocolmo el mes pasado. Si se parece a algo, es al envoltorio de un chicle, solo que mide menos a¨²n. De hecho. Est¨¢ dise?ado para que se lo trague un ni?o y, una vez llegue a su est¨®mago, localice un objeto extra?o, como las bater¨ªas de relojero que estas larvas de humano tienden a comerse por alguna raz¨®n, lo envuelva con su manto protector y lo acompa?e hacia la puerta trasera sin da?ar el intestino. Todav¨ªa no se ha probado en humanos, as¨ª que sigan intentando evitar que el ni?o se coma las bater¨ªas.
O tomen la flota de nano-robots que el f¨ªsico Stephen Hawking, el magnate ruso Yuri Milner y el creador de Facebook, Mark Zuckerberg, proyectan enviar en 20 a?os a Alfa Centauri, la estrella m¨¢s pr¨®xima a nuestro sistema solar. Gracias a lo muy distintos que son de nosotros, estos robots podr¨¢n viajar a 200 millones de kil¨®metros por hora y llegar a tiempo a su cita estelar.
Ni imagen ni semejanza: ese es el futuro.
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