Adi¨®s al mercado de los bichos en Pek¨ªn
Donghuamen, el mercado de alimentaci¨®n nocturno c¨¦lebre por sus pinchos ex¨®ticos, echa el cierre
Pinchos de escorpi¨®n, que se agitan a¨²n vivos esperando su destino en la sart¨¦n. Larvas a la barbacoa, estrellas de mar fritas o ciempi¨¦s crujiente. Son algunos de los piscolabis que pod¨ªan probarse en uno de los mercados con m¨¢s solera de Pek¨ªn, y que m¨¢s morbo generan entre los turistas. Pero, para dolor de los visitantes gastron¨®micamente osados, el mercado de comida nocturno de Donghuamen, en una de las zonas m¨¢s exclusivas de la capital china, dejar¨¢ de funcionar este viernes.
Un aviso a la entrada del mercado, una fila de 300 metros de puestos junto a la avenida Wangfujing -una de las grandes arterias comerciales pekinesas-, deja saber que el permiso para servir comida en la v¨ªa p¨²blica expir¨® en marzo y los comerciantes tienen tres meses para cerrar sus negocios.
Fundado en 1984, el primer mercado de comida nocturno que se autorizaba en Pek¨ªn desde la fundaci¨®n del r¨¦gimen comunista en 1949, inicialmente se concibi¨® como una ventana para promover los tentempi¨¦s tradicionales de Pek¨ªn, como los raviolis de carne o los jianbing, unos crepes rellenos de carne y verduras. Con el tiempo se fueron a?adiendo platos t¨ªpicos de otras regiones y alimentos menos ortodoxos.
¡°Las cucarachas son buenas para el h¨ªgado; la serpiente ayuda a enfriar el cuerpo; los escorpiones, como son de naturaleza venenosa, absorben las toxinas¡±, cuenta Lin Yingfu, mientras exhibe con orgullo su mercanc¨ªa. Los escorpiones m¨¢s peque?os, cuenta, vienen de la provincia de Shandong, en el este chino. Los m¨¢s grandes llegan importados de Tailandia.
Cada noche se aglomeraban curiosos que llegaban para ver los pinchos m¨¢s ex¨®ticos, turistas en busca de aventuras para el paladar y locales atra¨ªdos por la fama del puesto de la familia de Lao Teng y sus¡± fideos-para-cruzar-el-puente¡±, una sopa t¨ªpica de la regi¨®n de Yunnan a base de tallarines de arroz y pollo.
Precisamente el ¨¦xito del mercado parece haber sido la causa de su fin. Seg¨²n comentan algunos vendedores, los vecinos de la zona -donde los precios de un apartamento de 100 m2 superan de lejos el mill¨®n de euros- se quejaron del nivel de ruido y los olores que produc¨ªa el mercado cada noche. La masa de visitantes tambi¨¦n afectaba la circulaci¨®n del tr¨¢fico.
¡°La verdad es que s¨ª me parece un poco un riesgo para la salud tener la comida tan cerca de los coches¡±, admite Liang Xiancheng, que como Lin se quedar¨¢ en el paro el viernes y tendr¨¢ que volver a Dongbei, el noroeste y donde naci¨®, despu¨¦s de m¨¢s de 20 a?os en Pek¨ªn sirviendo platos de su regi¨®n de origen.
La prensa local pekinesa ha incluido entre las razones para el cierre el c¨²mulo de desperdicios que se amontonaba cada noche en la calle. Tambi¨¦n la preocupaci¨®n de las autoridades municipales por las condiciones en las que se almacenaban los alimentos.
Aunque Donghuamen no es el ¨²nico mercado con solera que ha recibido la orden de echar el cierre en los ¨²ltimos tiempos. Le preceden otros favoritos de los turistas como Panjiayuan, especializado en antig¨¹edades, el mercado de ropa a granel del Zoo de Pek¨ªn o, recientemente, el mercado de abastos de Longfusi, entre los preferidos de los pequineses para proveerse de alimentos frescos. Su traslado al extrarradio pekin¨¦s, o incluso a otras ciudades de los alrededores, forman parte de la estrategia del gobierno para crear otros centros de actividad econ¨®mica en una gran ¨¢rea alrededor de la capital, para tratar de estabilizar el nivel de poblaci¨®n en una metr¨®polis que supera los 20 millones de habitantes.
¡°Creo que el cierre es una decisi¨®n basada en que quieren librarse de nosotros los inmigrantes, no quieren que estemos en las grandes ciudades¡±, opina Xiao Yu, originaria de Anhui, en el puesto en el que cocina caldo de callos de cordero.
Pero si el mercado de Donghuamen desaparecer¨¢, no lo har¨¢ su legado. Lao Teng ya tiene apalabrado un local donde trasladarse para seguir ofreciendo sus fideos. Y los turistas con ganas de hacerse selfis ech¨¢ndose un caballito de mar a la goleta no deben desesperar: apenas unas decenas de metros m¨¢s all¨¢, la ¡°calle de los snacks¡± de Wangfujing continuar¨¢ sirviendo a quienes lo deseen cigarras fritas, saltamontes y otras tantas supuestas delicias.
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