El miedo y el rencor, los peores consejeros
La masa de votantes que ha decidido que el Reino Unido salga de la Uni¨®n Europea se moviliz¨® por resortes emocionales
La salida del Reino Unido de la Uni¨®n Europea tras la celebraci¨®n del refer¨¦ndum que convoc¨® David Cameron ha venido a confirmar que no hay mejor combustible para alimentar el nacionalismo que el miedo y el rencor (o tambi¨¦n, la ira, el resentimiento, la indignaci¨®n). Europa se ha visto brutalmente sacudida por la reciente crisis econ¨®mica y lleva ya una temporada sin levantar cabeza. Se ha convertido as¨ª en el blanco perfecto donde proyectar todas las frustraciones y temores que se han ido gestando en estos tiempos dif¨ªciles.
Para que esos pesares echen ra¨ªces y vayan creciendo y terminen produciendo una cat¨¢strofe de las dimensiones que puede llegar a generar la salida del Reino Unido de la Uni¨®n hace falta, sin embargo, que exista alg¨²n tipo de movilizaci¨®n que los haga visibles, y relevantes pol¨ªticamente: hace falta que la masa de potenciales votantes se pronuncie.
El comportamiento de esa masa se convirti¨® en uno de los grandes asuntos que obsesionaron a Elias Canetti, el escritor de origen b¨²lgaro que se expres¨® en lengua alemana y que gan¨® el Premio Nobel de Literatura en 1981. En sus memorias cuenta la primera experiencia que tuvo de la masa. Ten¨ªa cerca de veinte a?os, acababa de llegar a Fr¨¢ncfort y, de pronto, se encontr¨® presenciando una marcha obrera. ¡°Avanzaban formando un grupo compacto y lanzando miradas desafiantes a su alrededor; sus exclamaciones me emocionaron, como si se dirigieran a mi persona¡±. Al rato, y sin quererlo, estaba ya totalmente implicado, una gota m¨¢s en medio de la embriaguez.
M¨¢s all¨¢ de lo que refiere Canetti, ?no siguen hoy funcionando los mismos mecanismos que producen esa efervescencia que congrega a una colectividad en torno a unas cuantas emociones y al margen de las ideas y los argumentos? El miedo a los refugiados y la ira contra Europa han sido suficientes para que millones de brit¨¢nicos decidieran que era mejor romper los viejos lazos con el continente.
¡°La masa me hab¨ªa subyugado¡±, reflexion¨® m¨¢s tarde Canetti, ¡°era un delirio en el que uno se perd¨ªa y se olvidaba, sinti¨¦ndose monstruosamente vasto y a la vez pleno; lo que uno sent¨ªa, no lo sent¨ªa para s¨ª: era una especie de altruismo absoluto (...)¡±.
Hay momentos en que las sociedades se encuentran tan rotas, tan maltratadas por la experiencia de una guerra o de una crisis econ¨®mica salvaje, en los que no resulta dif¨ªcil que prenda esa particular llama a la que se refer¨ªa el autor de Masa y poder, y desencadene una corriente imparable.
El nacionalismo es particularmente eficaz para producir esas distorsiones que hacen que los individuos se sientan plenos en esa masa que los devora. Muchos brit¨¢nicos votaron irse de Europa creyendo que as¨ª recuperar¨ªan el vasto poder del imperio. Al d¨ªa siguiente acaso descubran que son m¨¢s fr¨¢giles, puesto que hay zonas ¡ª?Escocia, Irlanda del Norte, Gibraltar?¡ª que han dejado de encontrar acomodo en la nueva situaci¨®n.
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