Europa necesita encontrarse a s¨ª misma
Los Estados miembros de la Uni¨®n deben volver a situar al ciudadano en el centro de un proyecto atractivo de futuro
Desde su adhesi¨®n al proyecto integrador de Europa, en 1973, el Reino Unido ha sido una especie de enfant t¨¦rrible que ha querido, en cada ocasi¨®n que se le ha presentado, hacer notar hasta donde estaba dispuesto a ceder soberan¨ªa a favor de una construcci¨®n de Europa m¨¢s profunda.
Otro art¨ªculo del autor
No podemos olvidar su tradicional enfoque librecambista de la econom¨ªa, como buenos fundadores de la EFTA (European Free Trade Area Association), frente al de una integraci¨®n de pa¨ªses, basada en un mercado ¨²nico, impulsado por pol¨ªticas comunes y evolucionando hacia una uni¨®n econ¨®mica y monetaria, cuyo fin ¨²ltimo fuese la uni¨®n pol¨ªtica.
La Uni¨®n Europea, desde entonces y hasta ahora, ha experimentado transformaciones muy importantes, consecuencia de que si hay una constante que caracteriza al entorno que la rodea, esa es, precisamente, el cambio permanente.
La visi¨®n tradicional brit¨¢nica de conservar en el Parlamento de Westminster una parte muy significativa de sus competencias, junto con su pragmatismo al concebir a la Uni¨®n Europea con una aproximaci¨®n de gran mercado, contrasta con la visi¨®n, particularmente de los pa¨ªses fundadores de la misma, en la que dicho mercado es un medio, pero no el fin en s¨ª mismo.
La salida del Reino Unido ¡ªes decir de uno de sus Estados miembro¡ª de la Uni¨®n Europea, hecho que no tiene precedente alguno, pone frente al espejo, no s¨®lo al propio Reino Unido, sino tambi¨¦n a la Uni¨®n.
Es evidente que para el pa¨ªs que abandona, en principio y a corto plazo, se presentan los efectos mas evidentes, algunos de los cuales ya se est¨¢n viviendo en los primeros momentos tras conocerse el resultado del refer¨¦ndum.
Lo ocurrido el pasado 23 en el Reino Unido pone sobre la mesa la oportunidad de someter a la democracia directa un tema muy complejo de entender
Lo ocurrido el pasado 23 en el Reino Unido, adem¨¢s de poner sobre la mesa la oportunidad de someter a la democracia directa un tema muy complejo de entender, cuestiona la validez de una democracia parlamentaria, muy consolidada, que se sustenta en un Gobierno que ha sido elegido para tomar decisiones de gran alcance para toda una naci¨®n.
La incertidumbre originada por dicho resultado que, no porque fuese posible, finalmente no ha dejado de sorprender a muchos de los que pens¨¢bamos que la sensatez y el sentido com¨²n acabar¨ªan imponi¨¦ndose, afecta y de que manera al proceso de integraci¨®n de Europa. Precisamente, en una coyuntura muy desfavorable por la crisis ¡°poli¨¦drica¡± a la que tiene que hacer frente (Grecia, refugiados, Eurozona, falta de crecimiento, seguridad frente al terrorismo, etc).
La inestabilidad y la incertidumbre son las peores compa?eras de la confianza y esta, a su vez, es la mejor amiga de la asunci¨®n de riesgos, por tanto, de la inversi¨®n, pieza fundamental de cualquier sociedad que quiera generar riqueza y bienestar.
Europa necesita encontrarse a s¨ª misma para enfrentarse a los retos actuales con soluciones comunes. Ahora, eso si, volviendo a situar al ciudadano en el centro de un proyecto atractivo de futuro, por el cual sea un ejemplo de democracia en lo pol¨ªtico, de crecimiento, innovaci¨®n y creaci¨®n de empleo en lo econ¨®mico-social y de creatividad en lo cultural.
Un proyecto basado en la defensa y el respeto de los valores que nos caracterizan frente a otras sociedades y que nos han permitido, a lo largo de seis d¨¦cadas, construir un modelo de convivencia pac¨ªfica. Asumamos nuestro compromiso trabajando, d¨ªa a d¨ªa, por aquello en lo que creemos.
Jos¨¦ Isa¨ªas Rodr¨ªguez Garc¨ªa-Caro es consejero en Llorente y Cuenca.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.