Pe?a Nieto reacciona

M¨¦xico vuelve a enfrentarse a s¨ª misma. El pasado domingo 19 de junio murieron en Nochixtlan (Oaxaca) nueve civiles durante un confuso enfrentamiento entre maestros disidentes con las fuerzas de seguridad en el que, adem¨¢s, hubo 55 polic¨ªas lesionados y cerca de un centenar de heridos. El episodio ha vuelto a colocar al Gobierno de Enrique Pe?a Nieto ante una complicada situaci¨®n que debe encarar con la m¨¢xima transparencia. No se trata solo de enmendar el grave error que se cometi¨® en las primeras horas del conflicto, cuando las autoridades negaron, pese a las evidencias fotogr¨¢ficas, que la polic¨ªa hab¨ªa utilizado armas de fuego; es necesario ante todo restablecer la confianza ciudadana en las instituciones, gravemente deteriorada en los ¨²ltimos a?os. Para conseguirlo, m¨¢s all¨¢ de la investigaci¨®n que se ha abierto, el propio Ejecutivo ha de se?alar con celeridad qui¨¦n fue el responsable ¨²ltimo de ese enga?o y tambi¨¦n explicar satisfactoriamente qu¨¦ sucedi¨® durante esa negra jornada.

Mientras se aclaran esos puntos calientes, el presidente Pe?a Nieto ha tomado la direcci¨®n correcta en el terreno pol¨ªtico. La apertura de una mesa de negociaci¨®n con la radical Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educaci¨®n (CNTE) es un gesto decidido que busca la distensi¨®n en un ambiente cargado de dinamita ¡ªla poderosa agrupaci¨®n gremial de los maestros se opone dr¨¢sticamente a la evaluaci¨®n obligatoria del personal docente incorporada en la reforma educativa de 2013¡ª. Abierto el di¨¢logo y mostrada la voluntad de formalizar una amplia agenda de debate, corresponde a la CNTE, cuyas pr¨¢cticas clientelares son bien conocidas, abandonar el maximalismo y renunciar a la agitaci¨®n callejera. Es M¨¦xico quien lo necesita.