Ni m¨¢s ni menos que una de las patas para acabar con el sida
Las pastillas profil¨¢cticas para frenar el contagio del VIH pueden ser una herramienta fundamental contra el virus, pero solo como un complemento entre poblaciones de riesgo
El tratamiento profil¨¢ctico contra el sida (conocido como PrEP por sus siglas en ingl¨¦s) fue una de las estrellas en el congreso internacional de sida que se celebr¨® hace justo un a?o en Vancouver. Aunque la Agencia Estadounidense del Medicamento (FDA) lo hab¨ªa aprobado en 2012, los estudios que se presentaron en Canad¨¢ sirvieron para certificar, con consenso cient¨ªfico, que el uso de estas pastillas entre la poblaci¨®n de riesgo puede ser una herramienta eficaz para acabar con la epidemia del VIH. Este es, nada menos, el objetivo que se ha propuesto la comunidad internacional de aqu¨ª a 2030, dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El tratamiento, una combinaci¨®n de principios activos antirretrovirales, ha demostrado una eficacia del 90% a la hora de frenar la transmisi¨®n sin preservativo. Muchos de los investigadores implicados en los diferentes ensayos que se presentaron en Vancouver aseguraban que la protecci¨®n se aproximaba mucho al 100% entre los sujetos que tomaban la medicaci¨®n religiosamente.
Todo esto ha propiciado que la propia Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) recomiende, como precauci¨®n adicional, el uso de PrEP en la poblaci¨®n de riesgo: trabajadores sexuales, transexuales, hombres homosexuales, personas que coitan sin protecci¨®n. Los especialistas lo contemplan como una de las patas sobre las que se tiene que asentar la lucha contra la enfermedad, junto al tratamiento antirretroviral para todos los infectados en cuanto se detecta el virus. Con ambas medidas ¡°se podr¨ªan evitar 21 millones de muertes y 28 millones de nuevos casos de aqu¨ª a 2030¡±, seg¨²n la OMS.
Esto no quiere decir que los cient¨ªficos alienten dejar el cond¨®n de lado. Seguir¨¢ como un arma crucial contra el sida, entre otras cosas, porque el PrEP tardar¨¢ en llegar a todos los que lo necesitan y porque no es un tratamiento indicado para la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n. No deja de ser un agresivo c¨®ctel farmacol¨®gico entre personas sanas, y todo medicamento tiene efectos secundarios. Si insisten en sus bondades es porque se ha asumido como inevitable que no todo el mundo use preservativos, que se rompan o que haya descuidos, as¨ª que puede ser un buen complemento. Han concluido que los riesgos son menores que los beneficios, siempre entre estos grupos de riesgo.
Una de las preocupaciones que se expresaron en Vancouver fue que al sustituir los condones por este nuevo tratamiento se disparasen otras infecciones de transmisi¨®n sexual (ITS). Sin embargo, los estudios que se han hecho hasta el momento han demostrado que la prevalencia de otras ITS entre quienes usaron PrEP no hab¨ªa aumentado.
En unos d¨ªas comenzar¨¢ la edici¨®n de este a?o del congreso mundial sobre sida, esta vez en Durban (Sud¨¢frica). Varios de los estudios que all¨ª se presentar¨¢n mostrar¨¢n m¨¢s detalles sobre el ¨¦xito (o no) de este tratamiento.
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