La pol¨ªtica como espect¨¢culo

UN SERVIDOR ha vendido enciclopedias a domicilio y puede asegurarles que es duro, dur¨ªsimo. No sabes qui¨¦n te va a abrir la puerta, ni siquiera si te la van a abrir. Ya el solo hecho de que alguien responda a tus buenos d¨ªas con una sonrisa te parece un ¨¦xito. No digamos si te invitan a pasar y te ofrecen un vaso de agua. Cuando yo vend¨ªa enciclopedias, no hab¨ªa programas electorales. Ahora que hay programas electorales, no hay enciclopedias. Vueltas que da la vida y a las que nos tenemos que adaptar para sobrevivir de forma darwiniana, ya que no hay otra. Pues bien, aqu¨ª tenemos a Pedro S¨¢nchez vendiendo su programa a una anciana de M¨®stoles que le ha abierto la puerta. A ¨¦l y a su equipo. El l¨ªder del PSOE lo hab¨ªa anunciado el d¨ªa anterior:

¨CVoy a hacer una campa?a puerta a puerta.

Pero eso no es una campa?a puerta a puerta. ?C¨®mo no te van a abrir si sales en la tele y llevas detr¨¢s todo un equipo de t¨¦cnicos para inmortalizar el momento? M¨¢s que de un ¡°puerta a puerta¡± aut¨¦ntico, se trata de su representaci¨®n. La pol¨ªtica como fingimiento de la pol¨ªtica. Voy a fingir un ejercicio de venta del programa a domicilio para salir en el telediario, a ver si cuela. Ignoramos a cu¨¢ntas casas llam¨®, quiz¨¢ a dos o tres para cubrir el expediente antes del mediod¨ªa. Pero f¨ªjense la actitud de los fotografiados. ?Qui¨¦n tiene el aspecto de estar haciendo un favor al otro? Pedro S¨¢nchez, evidentemente. C¨®mpreme esta enciclopedia, por favor, parece rogarle la se?ora. Si Dios existe, habr¨¢ castigado electoralmente al pol¨ªtico por esta crueldad.

Uly Mart¨ªn