Juntos por una Europa flexible
No debemos caer en el des¨¢nimo sino sacar las conclusiones correctas: necesitamos una UE que respete las diferencias y admita distintas velocidades sin excluir a nadie
Quien sigui¨® de cerca la fase caliente de los debates percibi¨® que el refer¨¦ndum sobre la permanencia de Gran Breta?a en la Uni¨®n Europea no pod¨ªa acabar bien. Qu¨¦ enormidades se dijeron y escribieron sobre Europa y cu¨¢nta gente las crey¨®. Aun vi¨¦ndolo venir, tambi¨¦n yo me siento todav¨ªa profundamente conmocionado. El voto de los brit¨¢nicos a favor de la salida de la Uni¨®n Europea ha causado pesar, desconcierto y decepci¨®n en toda Europa. Es una grieta profunda, dir¨ªa que hist¨®rica.
?A pesar de todo ello, no debemos caer en un des¨¢nimo paralizante o una vor¨¢gine voluntarista. Antes al contrario, lo que tenemos que hacer ahora todos juntos es sacar las conclusiones correctas para la Uni¨®n Europea.
Antes de nada un balance honesto de la situaci¨®n actual. Para buena parte de la ciudadan¨ªa europea en estos tiempos la Uni¨®n Europea no cotiza al alza. Mucha gente est¨¢ decepcionada y algunos tambi¨¦n se distancian porque piensan que la Uni¨®n Europea no ha cumplido o en el mejor de los casos solo ha cumplido en parte sus principales promesas de bienestar, democracia y paz. La crisis econ¨®mica y financiera ha abierto profundas heridas, que a¨²n est¨¢n lejos de haberse resta?ado. La afluencia de cientos de miles de refugiados y migrantes a Europa ha evidenciado algo m¨¢s que meras discrepancias. A muchos las decisiones europeas les resultan muy alejadas de sus propios anhelos, pensamientos y referencias vitales. Hasta la paz y la seguridad se han vuelto m¨¢s fr¨¢giles en Europa; baste pensar en el conflicto de Ucrania oriental y los horrendos atentados terroristas de Par¨ªs y Bruselas.
Con todo, tambi¨¦n hay muchas cosas que van bien en Europa. Esto es algo que no podemos perder de vista, por muy justificada que est¨¦ la autocr¨ªtica: hemos superado la fase m¨¢s grave y peligrosa de la crisis econ¨®mica y financiera, la eurozona ha mantenido su cohesi¨®n e incluso ha crecido. Europa puede hacer el mundo m¨¢s seguro y pac¨ªfico, como a trav¨¦s del acuerdo negociado por la pol¨ªtica exterior europea sobre el programa nuclear iran¨ª. Europa exporta estabilidad y seguridad, por ejemplo en los Balcanes Occidentales, donde siguen firmes la fe en Europa y el deseo de acercamiento. Hemos demostrado a nivel internacional lo que es capaz de lograr la UE cuando habla con una sola voz en el escenario mundial. E incluso en la crisis migratoria hemos hecho importantes avances, aunque se haya tardado demasiado.
A muchos las decisiones europeas les resultan alejadas de sus anhelos y referencias vitales
No obstante, para muchos la Uni¨®n Europea en estos momentos ha perdido fuerza de atracci¨®n. Esto no debe darnos igual. Tenemos un bagaje sin precedentes de 70 a?os de paz y estabilidad. Hace m¨¢s de 25 a?os superamos la divisi¨®n de nuestro continente. El proceso de la integraci¨®n europea es una historia de ¨¦xito sin parang¨®n. Su n¨²cleo, el acuerdo sobre un marco pol¨ªtico que llevara a los Estados miembros a regular sus relaciones y conflictos en el edificio del Consejo en Bruselas y desde luego en modo alguno a combatir en el campo de batalla, no ha perdido un ¨¢pice de su utilidad y significaci¨®n. No debemos ponerlo en riesgo. Nuestro deber es dejarles a las generaciones que vienen detr¨¢s un proyecto de paz europeo intacto.
Muchos critican a Europa desde un sentimiento de impotencia y a la par con un sentimiento de p¨¦rdida de control. Ello es comprensible en un mundo que parece desquiciado y en unos tiempos en los que la globalizaci¨®n se va adentrando en numerosas esferas de la vida, pero el miedo no es buen consejero. Y replegarse en el caparaz¨®n nacional tampoco ofrece protecci¨®n duradera contra los riesgos y peligros de un mundo percibido como amenaza.
Otros art¨ªculos del autor
?Qu¨¦ hacer, por tanto? Tenemos que mostrarles a las personas que la Uni¨®n Europea no es la causa de ese sentimiento sino, al contrario, el mejor instrumento de que disponemos para modelar activamente el mundo a nuestro alrededor, la globalizaci¨®n, en nuestro inter¨¦s europeo. Si en Europa jugamos en equipo, nos coordinamos estrechamente y actuamos con dinamismo, podemos vencer conflictos y superar muchos obst¨¢culos. Por el contrario, ning¨²n Estado miembro, tampoco Alemania o Francia y por cierto tampoco el Reino Unido, puede afianzarse a nivel internacional con tanto ¨¦xito como podemos hacerlo actuando juntos, como comunidad fuerte y solidaria.
Hoy queda claro: quien pretende acabar con Europa no resuelve sus problemas sino que incluso los agrava. Las turbulencias pol¨ªticas y econ¨®micas que atraviesa ahora mismo Gran Breta?a as¨ª lo evidencian. Y tambi¨¦n ponen de manifiesto que aquellos que no cesan de gritar ¡°?Fuera!¡± o ¡°?Abajo la UE!¡± de hecho no tienen una respuesta a la pregunta de c¨®mo seguir adelante tras una salida o incluso tras la disoluci¨®n de la UE. Esto no solo es insensato e irresponsable sino que tambi¨¦n supone jugar con fuego. Fran?ois Mitterand nos lo record¨® a todos nosotros al final de su vida, tan llena de experiencias pol¨ªticas y de vivencias de la guerra y el sufrimiento: ¡°Le nationalisme, c'est la guerre!¡± [¡°?El nacionalismo es la guerra!¡±].
Hay que mostrar que la UE no es causa de los sentimientos de riesgo, sino la soluci¨®n
A quienes se comportan destructivamente y alimentan las ansias de encontrar un supuesto refugio en lo nacional tenemos que desenmascararlos y contraponerles soluciones verdaderas.
Defendemos una Europa mejor que atienda cabalmente a las necesidades de la ciudadan¨ªa. Este es el objetivo de las propuestas que presentamos la semana pasada el ministro franc¨¦s de Asuntos Exteriores, Jean-Marc Ayrault, y yo. Tenemos algunas ideas concretas, con toda intenci¨®n en aquellas ¨¢reas en las que la gente espera con raz¨®n m¨¢s de nosotros, en aras de una mejor seguridad interna y externa, una pol¨ªtica migratoria decidida y una pol¨ªtica de crecimiento y empleo. Y esperamos poder contar con muchas otras propuestas valiosas y constructivas.
Pero escuchar el sentir de la ciudadan¨ªa tambi¨¦n significa que tenemos que implantar un nuevo sistema de funcionamiento en Europa. Una Uni¨®n Europea mejor, flexible, que respete las diferentes ideas acerca del futuro camino de Europa y admita diversas velocidades de desarrollo, sin excluir ni dejar atr¨¢s a nadie. En lugar de discutir por cu¨¢l ha de ser la meta ¨²ltima de la integraci¨®n europea, deber¨ªamos trabajar por resultados tangibles, ?hoy mismo!
Cada cual est¨¢ llamado a contribuir. Defendamos todos juntos a Europa haci¨¦ndola mejor.
Solo avanzamos si caminamos juntos. Por eso es tan importante que deliberemos en el ¨¢mbito de los 27, nos escuchemos atentamente los unos a los otros y despu¨¦s actuemos juntos.
Frank-Walter Steinmeier es ministro de Relaciones Exteriores de Alemania.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.