El dilema de la UE
En Europa ha primado el binomio integraci¨®n econ¨®mica y Estado-naci¨®n
El s¨ª al Brexit abre un per¨ªodo de gran incertidumbre en la Uni¨®n Europea (UE). En los pr¨®ximos meses asistiremos a vaivenes en los mercados, en los tipos de cambio, la prima de riesgo, y acaso, a nuevos referendos en otros pa¨ªses de la UE. En paralelo, el Consejo Europeo y el BCE actuar¨¢n con medidas decididas de apoyo al proyecto europeo y al euro que ayudar¨¢n a calmar las aguas. Ahora bien, a medio plazo, la UE enfrenta un dilema estructural en el que caben dos alternativas, bien alejarse de la integraci¨®n, bien alejarse del Estado-naci¨®n. La primera opci¨®n es por la que ha optado el Reino Unido, y es tambi¨¦n el camino perseguido desde opciones pol¨ªticas extremistas, tanto desde la derecha como desde la izquierda. En la Europa continental, socialdem¨®cratas, liberales y dem¨®cratas cristianos coinciden en que hay que seguir avanzando en la construcci¨®n europea, tanto por convencimiento, como porque desandar el camino de la integraci¨®n es mucho m¨¢s costoso. En la construcci¨®n del m¨¢s Europa, la teor¨ªa de la integraci¨®n tiene dos desarrollos fundamentales que ayudan a descifrar el dilema europeo: el trilema de Rodrik y la teor¨ªa de las ¨¢reas monetarias ¨®ptimas (AMO).
El trilema de Dani Rodrik (2011) se?ala que en los procesos de integraci¨®n se plantea una disyuntiva entre la globalizaci¨®n (o integraci¨®n econ¨®mica), el Estado-naci¨®n (o determinaci¨®n nacional de las pol¨ªticas) y la democracia. Son tres realidades, que no se pueden alcanzar plenamente de manera simult¨¢nea, y hay que optar por un equilibrio estable. Por ejemplo, se puede combinar integraci¨®n y democracia si se fijan estructuras internacionales de toma de decisiones, una suerte de federalismo democr¨¢tico europeo, lo que implica p¨¦rdida de autonom¨ªa nacional. Otra opci¨®n (la del Brexit) es limitar la integraci¨®n econ¨®mica y mantener todas las pol¨ªticas en el ¨¢mbito del Estado-naci¨®n y decididas democr¨¢ticamente en los parlamentos nacionales.
En Europa ha primado el binomio integraci¨®n econ¨®mica y Estado-naci¨®n. Los pa¨ªses retienen el nivel de decisi¨®n en el ¨¢mbito nacional, pero encorsetan el margen de acci¨®n transfiriendo pol¨ªticas a Europa y, por tanto, se cede democracia en el sentido de que estas pol¨ªticas se determinan en negociaciones internacionales, si bien ganando fortaleza en su implementaci¨®n ?los ejemplos m¨¢s claros son la cesi¨®n de las pol¨ªticas monetaria y comercial, dirigidas por el BCE y la Comisi¨®n, respectivamente?. El esquema de gobernanza de las pol¨ªticas europeas es en esencia intergubernamental. Se trata de un federalismo ejecutivo, en el que las principales decisiones se toman en el Consejo Europeo, a trav¨¦s de distintos esquemas de mayor¨ªas, sin el escrutinio de parlamentos nacionales (m¨¢s en unos pa¨ªses que en otros), y bajo un complejo procedimiento de codecisi¨®n con el Parlamente Europeo, con una l¨®gica de las negociaciones marcada en la pr¨¢ctica por el peso econ¨®mico del pa¨ªs.
En los procesos de integraci¨®n se plantea una disyuntiva entre la globalizaci¨®n, el Estado-naci¨®n? y la democracia
La centralidad del Estado-naci¨®n est¨¢ respaldada por el principio de subsidiaridad, que condiciona la intervenci¨®n comunitaria a que los Estados miembros no puedan alcanzar por s¨ª solos los objetivos deseados, y se enfatiza con los art¨ªculos 123 y 125 del Tratado de Funcionamiento de la UE, que establecen los principios de no rescate y no asunci¨®n de los compromisos de los Gobiernos de los pa¨ªses. Se establecen en cualquier caso esquemas de coordinaci¨®n de la pol¨ªtica fiscal (l¨ªmites al d¨¦ficit y a la deuda), y una serie de mecanismos de vigilancia de la consistencia de las pol¨ªticas nacionales con los objetivos europeos. Dentro de estos esquemas, el pa¨ªs retiene un amplio margen de autonom¨ªa para dise?ar sus pol¨ªticas fiscales, sociales o de reformas, lo que permite optar entre distintos modelos, desde el m¨¢s liberal brit¨¢nico o b¨¢ltico, pasando por el capitalismo renano alem¨¢n, o las socialdemocracias escandinavas o la francesa. Ahora bien, la autonom¨ªa del Estado se rompe cuando el pa¨ªs tiene que ser rescatado con un programa, y entonces se le impone condicionalidad.
La teor¨ªa de las AMO trata de determinar cu¨¢les son las condiciones que deben darse entre econom¨ªas integradas para que los beneficios de compartir una moneda ?un mercado m¨¢s amplio, la eliminaci¨®n del riesgo cambiario y de los costes de transacci¨®n ligados a las divisas, mayor credibilidad de la pol¨ªtica monetaria?, superen a los inconvenientes, principalmente, la p¨¦rdida de la pol¨ªtica monetaria como instrumento para modular el ciclo econ¨®mico. El centro del an¨¢lisis es la naturaleza sim¨¦trica o asim¨¦trica de los shocks econ¨®micos entre los pa¨ªses integrados. Si son sim¨¦tricos, no hay coste relevante porque la pol¨ªtica monetaria ir¨¢ en la direcci¨®n adecuada para todos los pa¨ªses miembros. Si son asim¨¦tricos o tienen una intensidad muy dispar, entonces el tono de la pol¨ªtica monetaria que ser¨ªa adecuado en cada pa¨ªs difiere, de manera que deben darse una serie de condiciones entre las econom¨ªas para compensar esa asimetr¨ªa. Esta segunda es precisamente la situaci¨®n de Europa.
Ante un shock asim¨¦trico caben dos tipos enfoques complementarios. Por un lado, reforzar las condiciones de flexibilidad de la econom¨ªa, reduciendo as¨ª el coste de la crisis en t¨¦rminos de recesi¨®n y desempleo. Son aspectos como la flexibilidad de precios y salarios, pero tambi¨¦n la movilidad de capital y de trabajadores entre sectores, en el pa¨ªs, y entre pa¨ªses (emigraci¨®n). Por otro, reforzar las pol¨ªticas dentro de la uni¨®n para corregir el desigual impacto de la crisis entre pa¨ªses. En los ¨²ltimos a?os, Europa ha avanzado en estas direcciones con nuevos compromisos nacionales, presupuestarios y de reformas que mejoren la competitividad (Pacto por el euro, Six-Pack, Two Pack); y tambi¨¦n con la Uni¨®n Bancaria y el establecimiento de un mecanismo de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad. Queda no obstante la asignatura pendiente de avanzar en la uni¨®n fiscal, hacia un Tesoro de la zona del euro con pol¨ªticas fiscales antic¨ªclicas y m¨¢s pr¨®ximas a los ciudadanos europeos (m¨¢s all¨¢ del rescate a los pa¨ªses). Es un tipo de propuesta repetida en los informes de los cinco presidentes ?del Parlamento, el Consejo, la Comisi¨®n, el BCE y el Eurogrupo?.
El Brexit ha situado a la UE en un nuevo punto de inflexi¨®n como tantos otros en la historia de la construcci¨®n europea. El Reino Unido siempre ha sido una china en el zapato europeo ¨Cretraso a la entrada en el mercado com¨²n, no entrada en el euro, contrario a la PAC (cheque brit¨¢nico), no adhesi¨®n al protocolo social del Tratado de Maastricht?, y su salida de la UE debe traducirse en un nuevo impulso a la construcci¨®n europea. El reto pasa por seguir mejorando el per¨ªmetro y la profundidad de las pol¨ªticas comunitarias, especialmente en el ¨¢mbito fiscal; y por reforzar la gobernanza institucional a costa del Estado-naci¨®n, es decir, m¨¢s Parlamento Europeo y menos federalismo ejecutivo, con un verdadero sometimiento de las instituciones europeas al Parlamento. El liderazgo en los grandes pa¨ªses de la UE ser¨¢ fundamental. Conviene no ser derrotista y confiar una vez m¨¢s en la capacidad de Europa para reaccionar ante las vicisitudes. Vaso medio lleno (bien salpicado, eso s¨ª, por el hielo del Brexit).
Pablo Moreno es economista del Estado y coautor del libro Socialdemocracia o Liberalismo. La pol¨ªtica econ¨®mica en Espa?a, ed. Catarata (2016).
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