Del 'lolailo' al 'bakala': los chiringuitos de playa que debes evitar este verano
?Se puede comer decentemente en un bar a pie de playa de Espa?a? Si sigues los consejos que te damos a continuaci¨®n, s¨ª. Pero lo m¨¢s f¨¢cil es equivocarse y acabar en un local poco aconsejable...
Se dice que el primer chiringuito que abri¨® en Espa?a fue en Sitges en el a?o 1913. Un siglo despu¨¦s, el fen¨®meno chiringuito playero se ha diversificado de tal modo que ya se puede ir a la playa a la carta. Atr¨¢s quedaron las estampas del chiringuito cl¨¢sico del cine del landismo, con sus turistas suecas y su tinto de verano en copa de c¨®ctel. Hoy en d¨ªa, comer y beber en la playa puede llegar a ser un deporte de alto riesgo. Sobre todo, si encuentras chiringuitos como estos:
- El chiringuito lolailo
Es muy f¨¢cilmente reconocible. El chiringuito lolailo aparece de la nada a golpe de Mar¨ªa del Monte, Ecos del Roc¨ªo, Manolo Escobar y El Fary. Es algo as¨ª como concentrar en unos pocos metros cuadrados la Feria de Abril, la de M¨¢laga, el Roc¨ªo, la Semana Santa de Sevilla y hasta los carnavales de C¨¢diz. Suele ser ruidoso y estar superpoblado por algo parecido al casting de Cocoon, tres d¨¦cadas despu¨¦s, al completo. En el peor de los casos incluso alg¨²n nonagenario se arranca por sevillanas. Y se suele comer bien.
Normalmente optan por una oferta gastron¨®mica muy de siempre; de pipirranas y ensaladas camperas hasta gazpacho e incluso alb¨®ndigas en salsa. Y no todos est¨¢n en Andaluc¨ªa, pero los de la Costa del Sol son de traca. Tambi¨¦n ellos inventaron la paella con sabor a combustible para submarinos, inundada en colorante alimentario y limones del tama?o de un pomelo. Y los hay peores, los de las ¡°chordinas¡±, es decir, aquellos que te sirven sardinas con sabor a chorizo. Es lo que tiene usar una parrilla para todo. Eso es as¨ª.
- El chiringuito Playskool
La playa es un encuentro para las familias; eso es un hecho desde que el agua del mar es salada. Pero en muchas ocasiones, cuando los padres quieren divertirse, independientemente de las demandas de diversi¨®n de sus hijos, algunos chiringuitos playeros se convierten en improvisados jardines de Playskool.
A ver, los ni?os son ni?os, quieren jugar, correr y divertirse. Los ni?os se pegan, lloran, se cuelan por todos lados y buscan tesoros entre las chanclas de quien se ponga por delante. ?Por qu¨¦ hay tan pocos chiringuitos con zonas infantiles y tanto padre desalmado que pasa m¨¢s tiempo en una barra que con un cubo y una pala? ?por qu¨¦ los detractores de este chiringuito no se dan cuenta de que no son esos locos bajitos los responsables? Los ni?os no molestan, tan s¨®lo se aburren y protestan. Si no ves la soluci¨®n y eso te molesta, no te queda m¨¢s remedio que volver a una hora golfa.
- El chiringuito narcosala
Que algunos os flip¨¦is maltratando vuestro cuerpo con psicotr¨®picos a los dem¨¢s no nos parece ni bien ni mal. Pero venir con la p¨¢jara del sol, con la piel pegajosa del salitre y arena en partes del cuerpo donde nunca sospechar¨ªas, buscar un miserable daiquiri que te saque de esa tortura y encontrarte que el chiringuito es una narcosala que apesta a porro, es un asco.
Hace dos a?os, una operaci¨®n policial desmantel¨® una red de maleantes que se dedicaban a traficar con marihuana en los chiringuitos de las playas valencianas del Grao, pero a¨²n as¨ª no aprendemos. Estos chiringuitos suelen tener apariencia de jaima o de choza que se ha llevado por los aires una tormenta monz¨®nica y no se ha reparado desde entonces. Es por eso por lo que no se aconseja pisar determinadas zonas de Tarifa, por poner un ejemplo.
- El chiringuito pokero
?Qui¨¦n dijo que la ruta del bakalao hab¨ªa muerto? Completamente incierto, no hay m¨¢s que investigar un poco por Benidorm, Santa Pola o la isla de Mallorca. Y es que hay miles de chiringuiteros que a¨²n siguen empe?ados en convertir sus vacaciones en una nueva temporada de Gand¨ªa Shore.
El chiringuito pokero, el rey de los cubatas de garraf¨®n en vaso de pl¨¢stico, te acoge en sus brazos al son de un hardcore tan atronador que se hace imposible que la gente se pueda llegar a entender si no es con lenguaje de signos, braille o se?ales de humo. Como pesadilla que es para los amantes de la tranquilidad, este chiringuito se suele situar en las zonas de la playa cercanas a los lugares de fiesta de la gente m¨¢s joven. Dicen que fueron el germen de turismo como el de Magaluf, pero el caso es que los hay en toda Espa?a. Son, definitivamente, un horror; pero lo petan.
- ?Esto es un chiringuito?
Algunos chiringuitos son tan cuquis, tan cuquis, tan cuquis, que parece que en vez de estar en uno de ellos te encuentras en la sala de exposici¨®n de una tienda de muebles. Est¨¢ muy guay que cada vez se busque mayor confort, elegancia y esa sensaci¨®n de falso lujo que nos hace pensar que somos lo m¨¢s mol¨®n que pisa la playa, pero mod¨¦rense. Hay chiringuitos en los que incluso puedes llegar a encontrar una cama redonda para doce, donde posiblemente lo ¨²ltimo que te apetezca sea refrescarte con un mojito.
Reconocer¨¢s que est¨¢s en uno de ellos cuando te da cosa tocar el mobiliario, por si se rompe, se raya o no est¨¢ a la venta. De hecho, hay mucha gente que evita este tipo de chiringuitos porque tanta pulcritud puede llegar a dar yuyu, y el postureo instagramero es bastante indecente. Lo bueno es que muchos de estos sitios tienen una oferta gastron¨®mica que va m¨¢s all¨¢ del plato de aceitunas. Aceptamos barco.
CONSEJOS PARA ACERTAR CON EL CHIRINGUITO
La oferta en las playas espa?olas es espectacular si se elige bien. Si andas perdido y eres de los que no quiere pasar hambre a cambio de un dineral, atiende:
- No entres nunca en el chiringuito como alma que lleva el diablo. Lo barato sale caro. Date una vuelta por las mesas y observa primero el g¨¦nero y despu¨¦s a la gente. Evitar¨¢s sorpresas desagradables.
- Pierde el miedo a los chiringuitos que parecen restaurantes caros. Normalmente en los que est¨¢n m¨¢s cerca de la playa se come peor y se paga m¨¢s.
- Las fiestas en los chiringuitos de la playa, esas con un mont¨®n de Djs y m¨²sic¨®n son lo m¨¢s. Pero recuerda, est¨¢s en la playa. Deja los tacones en casa. De nada.
- Busca el producto t¨ªpico y pregunta a la gente. Ya no podr¨¢s vivir sin las quisquillas de Motril, las gambitas de Isla Antilla o las papas arrug¨¢s de Fuerteventura.
- En los chiringuitos se puede comer sano. Si quieres agarrarte la cogorza hay miles de sitios. Pero si quieres una experiencia sana y rica, est¨¢s de suerte si te pillan a mano las playas catalanas, donde hay una inmensa oferta de actividades deportivas y chiringuitos para la superhealthy people. ?Viva la Costa Brava!
- No dejes de montarte tu propio chiringuito en la playa. Una sombrilla, una nevera y el altavoz del iPod pueden convertirse en tu particular Florida Park. Y no, no es cosa de abuelos.
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