Pokemon Go: as¨ª es el videojuego del futuro
La nueva app de Nintendo Pokemon Go utiliza la realidad aumentada para que los Pokemon corran libres por las calles de nuestra ciudad. Aunque su lanzamiento est¨¢ siendo ca¨®tico, tambi¨¦n est¨¢ siendo un rotundo ¨¦xito del que todo el mundo habla. Y nosotros ya lo hemos probado
Pok¨¦mon Go ha llegado a la calle. De forma literal, porque ahora hay que usar el tel¨¦fono m¨®vil para observar la nueva realidad que se esconde en nuestras calles. Y es que estamos rodeados de Pok¨¦mon, aunque no los veamos. Dos conceptos del ma?ana se han unido para aportar una experiencia social a nivel tecnol¨®gico como pocas veces hemos podido disfrutar.
Por un lado, la realidad aumentada, que se sirve de las c¨¢maras de nuestros tel¨¦fonos m¨®viles y tablets para mezclar nuestro entorno real con los videojuegos y as¨ª poder ver monstruos en la palma de nuestra mano. Uno de los videojuegos de factura espa?ola m¨¢s vendidos en nuestra reciente industria es Invizimals, cuyos cromos en realidad aumentada causaron furor entre los m¨¢s j¨®venes. Es tan f¨¢cil como poner el cromo frente a la c¨¢mara de nuestro m¨®vil y aparecer¨¢ el monstruo correspondiente, penetrando en nuestra realidad como si fuera la ruptura fant¨¢stica, el elemento en discordia, en una novela de terror.
Por otro lado, Pok¨¦mon no es ajeno ya a casi nadie. El fen¨®meno japon¨¦s de los ¡°monstruos de bolsillo¡± lleva una docena de videojuegos, series, pel¨ªculas, c¨®mics y todo el merchandising que se pueda imaginar, con una colecci¨®n de ochocientos Pok¨¦mon y la friolera de veinte a?os en la brecha. En su ¨¦poca, cuando apareci¨® para la consola Game Boy, supuso una explosi¨®n de fans por todo el mundo. En Espa?a, sin ir m¨¢s lejos, el fen¨®meno se ha convertido no solo en un rentable negocio de videojuegos y productos derivados, sino en una importante parte del mundo cosplayer.
As¨ª pues, ?qu¨¦ sale si unimos realidad aumentada y Pok¨¦mon? Pues el ¨²ltimo as en la manga de Nintendo: Pok¨¦mon Go, el videojuego que trae los Pok¨¦mon a la realidad. Esta app gratuita nos transforma en un maestro pok¨¦mon y, sirvi¨¦ndonos ¨²nicamente de nuestro smartphone, podremos crear un avatar que camina por los mapas de nuestra ciudad y va cazando estos simp¨¢ticos monstruos. De modo que eliminamos los mundos inventados y ahora Pok¨¦mon se desarrolla en nuestras calles: as¨ª, la app nos obliga a movernos por nuestra ciudad para encontrar objetos, gimnasios y Pok¨¦mon.
En el metro de Madrid nos encontramos un buen surtido de Zubat y Ratata; en el Retiro se organizan ya algunas cacer¨ªas en grupo, pues abundan los Pok¨¦mon m¨¢s buscados. En todas las ciudades del mundo podremos blandir nuestra pokeball virtual y atraparlos a todos. A medida que avanzamos por un mapa parecido a los que podr¨ªamos encontrar en Google Maps cuando buscamos una direcci¨®n, nos encontraremos con Pok¨¦mon escondidos en parques, o a simple vista en mitad de la calle. Esa es la se?al para cambiar y utilizar nuestra c¨¢mara, viendo c¨®mo aparece el Pok¨¦mon ante nuestros ojos.
Es tan f¨¢cil como poner el cromo frente a la c¨¢mara de nuestro m¨®vil y aparecer¨¢ el monstruo correspondiente
Haciendo un sencillo ejercicio de imaginaci¨®n, es f¨¢cil olvidarse de que el tel¨¦fono est¨¢ por medio. El simp¨¢tico monstruo que no hace tanto no era m¨¢s que un dibujo en la Game Boy, ahora se mueve y salta a nuestro alrededor. Con un movimiento del dedo sobre nuestra pantalla, podremos lanzar la pokeball y atraparlo. A ese nivel de realismo ha llegado la saga que hace no tanto se contentaba con juntar unos cuantos p¨ªxeles y crear la ilusi¨®n de un mundo completamente. Ahora, el fen¨®meno asalta nuestras calles, nos obliga a movernos, a explorar, y pronto a combatir con otros maestros.
Este fen¨®meno social entorno a un videojuego no dista tanto del que se diera en los a?os 90 en muchas escuelas de nuestro pa¨ªs: los ni?os se reun¨ªan en los patios y jugaban en las Game Boy a los primeros t¨ªtulos de la exitosa saga, hasta el punto que muchas asociaciones de padres y directivas de colegios prohibieron llevar las consolas a clase. Si pens¨¢bamos que los videojuegos eran algo aislado, que recluye a la persona y la transporta a mundos virtuales alejados del contacto con otro seres vivos, la industria parece esforzarse en demostrar lo contrario: el contenido social en juegos como Pok¨¦mon Go es indiscutible, pues la ¨²nica forma de atrapar a los Pok¨¦mon es salir a la calle y recorrer los puntos estrat¨¦gicos.
Y ya que salimos, ?por qu¨¦ no hacerlo con otras personas que compartan nuestros gustos? Las Pokedadas se est¨¢n convirtiendo en algo com¨²n en el nuestro y en la mayor¨ªa de pa¨ªses, pero ahora gracias a Pok¨¦mon Go se est¨¢n volviendo algo mucho m¨¢s parecido al rol en vivo, con jugadores que utilizan sus tel¨¦fonos para rastrear la ciudad en busca de Pok¨¦mon que capturar. Ahora, nos dejamos de avatares y de consolas y nos lanzamos a las calles a capturar y buscar nuevos objetos para nuestro juego (objetos virtuales, claro).
Esto es solo la punta del iceberg: pronto llegar¨¢n los combates a Pok¨¦mon Go. Y con ellos, qui¨¦n sabe. Los videojuegos est¨¢n empezando a cambiar la forma en que nos relacionamos con el entorno y las dem¨¢s personas; ahora la realidad es el mayor campo de juegos y la tecnolog¨ªa parece reconciliarse con nuestro mundo natural. Lo friki es el nuevo sexy, dijeron, y los videojuegos son la nueva forma de romper el hielo entre desconocidos.
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