La ruta de la muerte
Casi todos los pa¨ªses sufrir¨ªan una goleada si se enfrentasen a los n¨®rdicos en cualquier dimensi¨®n pol¨ªtica o social
Cuando hace varias semanas Espa?a perdi¨® el partido de la Eurocopa frente a Croacia, cundi¨® la alarma entre la afici¨®n porque la derrota colocaba a la selecci¨®n en la llamada ruta de la muerte, en referencia a la calidad de los equipos con los que deb¨ªa cruzarse en lo que quedaba de campeonato. Aunque Espa?a no pas¨® de la primera parada del fat¨ªdico itinerario, la victoria de Portugal fue sentida por algunos como algo propio, en una especie de solidaridad meridional que lava en la gloria futbolera el orgullo herido por el ninguneo pol¨ªtico en Europa.
En realidad, si los Estados tuvieran que medirse en un campeonato de calidad pol¨ªtica e institucional quedar¨ªa claro que, como en el f¨²tbol, los favoritos son los de siempre. Los ¨²ltimos datos de la encuesta social europea son incontestables: la ruta de la muerte para cualquier pa¨ªs europeo ser¨ªa competir con Dinamarca, Finlandia, Suecia o Noruega. En casi cualquier dimensi¨®n pol¨ªtica o social ¡ªsatisfacci¨®n con la democracia, confianza en el pr¨®jimo, en los pol¨ªticos y en las instituciones, valoraci¨®n cultural de la inmigraci¨®n, sentimientos de eficacia pol¨ªtica o grado de felicidad¡ª, la goleada est¨¢ asegurada. Son los verdaderos champions europeos, aunque sus selecciones apenas consigan clasificarse en los grandes torneos de f¨²tbol.
?Puede Espa?a aspirar a compartir cartel con semejante grupo? Ya lo hace en algunas cuestiones. La sociedad espa?ola est¨¢ a la altura de los pa¨ªses n¨®rdicos en tolerancia hacia la diversidad, entendida en sus diferentes formas ¡ªsexual o cultural¡ª. Tampoco est¨¢ lejos en nivel de felicidad, aunque ello pueda considerarse tanto un defecto como una virtud. En cambio, la creencia de que a los pol¨ªticos no les interesa lo que piensa la gente, la baja satisfacci¨®n con la democracia o la desconfianza hacia los partidos pol¨ªticos y las instituciones nos sit¨²an en el furg¨®n de cola europeo. Acompa?ados en esas posiciones, por cierto, del flamante campe¨®n de la pasada Eurocopa.
Es cierto que ahora nos parecemos algo m¨¢s a los escandinavos porque tenemos un sistema de partidos m¨¢s fragmentado. Pero para ser Borgen nos hace falta casi todo lo dem¨¢s.
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