Francisco contin¨²a su revoluci¨®n de la normalidad
Una periodista espa?ola es la primera mujer que har¨¢ de portavoz de un Papa
Al papa Francisco no le abandonan los focos. Tres a?os y cuatro meses despu¨¦s de ser elegido para dirigir una Iglesia conmocionada por la renuncia de Benedicto XVI ¡ª¡°las aguas bajaban agitadas y Dios parec¨ªa dormido¡±¡ª, cada decisi¨®n de Jorge Mario Bergoglio es seguida y analizada por los medios de comunicaci¨®n de todo el mundo en un intento de averiguar si ¡°la revoluci¨®n de Francisco¡± es tal o solamente un lavado de cara. Se trata, casi siempre, de un ejercicio que conduce a la melancol¨ªa: para el n¨²cleo duro, cualquier cambio es una traici¨®n; para el otro extremo ¡ªincluidos los que nunca comulgar¨¢n con la fe cat¨®lica¡ª, nada ser¨¢ suficiente.
El revuelo provocado por el nombramiento de una mujer como viceportavoz del Papa demuestra que en el Vaticano, regido a¨²n por viejos c¨®digos de cuotas y favores, la verdadera revoluci¨®n es la de la normalidad. La jubilaci¨®n de Federico Lombardi, un jesuita sabio y entra?able, ha permitido a Bergoglio afrontar el relevo como lo har¨ªa cualquier jefe de una gran compa?¨ªa para la que la comunicaci¨®n es vital. Francisco se ha tomado su tiempo hasta lograr cuadrar el c¨ªrculo. Por una parte, ha elegido a quienes considera que pueden transmitir mejor su mensaje, el periodista estadounidense Greg Burke, de 56 a?os y miembro del Opus Dei, y la espa?ola Paloma Garc¨ªa Ovejero, de 40 y hasta ahora corresponsal de la Cope en Roma.
Por otra parte, Bergoglio ha querido que la propia elecci¨®n se convierta en un mensaje: desea un Vaticano menos italianizado, con m¨¢s laicos y m¨¢s mujeres. Ya lo advirti¨® en julio de 2013, durante su comparecencia ante los periodistas en el vuelo de regreso de R¨ªo de Janeiro: ¡°No nos podemos limitar a las mujeres monaguillo, a la presidenta de C¨¢ritas, a la catequista. Tiene que haber algo m¨¢s. Hay que hacer una profunda teolog¨ªa de la mujer¡±.
Paloma Garc¨ªa Ovejero es la primera mujer portavoz de un Papa. Lo extra?o no es que sea una mujer. Lo extra?o es que sea la primera.
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