Varapalo a Pek¨ªn

La resoluci¨®n emitida ayer por la Corte Permanente de Arbitraje que da la raz¨®n a Filipinas en el litigio que mantiene con Pek¨ªn sobre las aguas de Mar del Sur de China marca un punto de inflexi¨®n en la disputa territorial que el gigante asi¨¢tico sostiene con cuatro de sus vecinos. De acuerdo con la Corte, que tiene su sede en La Haya, China ha violado los derechos de Filipinas al tratar de explotar los recursos de unas aguas que no son suyas. No solo eso; ha da?ado gravemente la naturaleza de la zona al ampliar artificialmente varios islotes y ha realizado peligrosas y agresivas maniobras ante embarcaciones filipinas.

En sus relaciones exteriores, el r¨¦gimen chino se ha acostumbrado a una permanente pol¨ªtica de hechos consumados, amedrentando a sus vecinos con una ret¨®rica agresiva e ignorando el derecho internacional. Ya lo hizo en T¨ªbet, zona que invadi¨® en 1950 y luego se anexion¨®. Ahora repite el mismo comportamiento sobre unas aguas ricas en recursos pesqueros y minerales de las que reclama nada menos que el 90%, entrando en colisi¨®n directa con Filipinas, Indonesia, Malasia y Vietnam, que tambi¨¦n las reclaman.

En su fallo, la Corte no ha hecho sino advertir de la ilegalidad manifiesta de la actuaci¨®n china, cuyo Gobierno se ha negado siempre a someter estas disputas a los organismos internacionales correspondientes. Aunque Pek¨ªn dice creer en una soluci¨®n negociada, en la pr¨¢ctica mantiene una agresiva y nada diplom¨¢tica pol¨ªtica de ocupaci¨®n y fortificaci¨®n de estos arrecifes, vertiendo miles de metros c¨²bicos de roca y hormig¨®n sobre ellos para convertirlos en islas artificiales, construir en ellas bases militares y defender por la v¨ªa de los hechos una soberan¨ªa que est¨¢ en disputa. Por estas aguas circula un tercio del tr¨¢fico mar¨ªtimo mundial. No se trata pues de una remota disputa regional, sino de un conflicto que puede tener consecuencias globales.