Portugal prueba el elixir de la victoria

Ya hemos aprendido que al patr¨®n oro hoy en d¨ªa se le llama ¡°confianza¡±. A diferencia del d¨®lar o el euro, de los que alguien puede ir tirando de la maquinita cuando se necesita, la confianza es un valor intangible que surge o se evapora por razones misteriosas. Pese a su volatilidad, date por muerto si tu pa¨ªs ha perdido la confianza de los mercados. As¨ª que al presidente de la Rep¨²blica de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, le faltaron minutos para condecorar a los campeones del f¨²tbol, recibirles en palacio y decirles delante de la naci¨®n: ¡°Hoy, gracias a ustedes, tenemos m¨¢s razones para confiar en Portugal¡±. Esta esquina de Europa acaba de conseguir en Par¨ªs lo imposible gracias a su confianza: ganar a los anfitriones y proclamarse los mejores de Europa. Con los n¨²meros en la mano, nadie daba un euro por ellos; ni por t¨ªtulos ni por dinero ni por futbolistas. Los datos, una vez m¨¢s, se han equivocado. La fuerza de estos parias de la Tierra no era su ranking como futbolistas ¡ªexcepto uno¡ª era su fe, su confianza en que juntos no eran inferiores a nadie. El triunfo de la selecci¨®n portuguesa refrenda una tendencia instalada en el pa¨ªs desde diciembre, primero con la llegada al gobierno de Ant¨®nio Costa y despu¨¦s con la presidencia de Marcelo Rebelo de Sousa. De diferencias ideol¨®gicas profundas, a ambos le une su optimismo, ¡°cr¨®nico¡± y ¡°realista¡±, respectivamente, seg¨²n definici¨®n del presidente. El optimismo no es una de las caracter¨ªsticas del pueblo portugu¨¦s, ni la confianza en sus propias posibilidades; pero una vez m¨¢s, el f¨²tbol, el deporte, ha conseguido transmitir a un pa¨ªs, algo imposible de inocular con cuentas de resultados o promesas electorales. Portugal vive una oleada de confianza y alegr¨ªa in¨¦dita que, con lo reacios que son al cambio, perdurar¨¢ en el tiempo.

Dicen los entendidos que esta Eurocopa no pasar¨¢ a la historia (probablemente se refieran a la suya). Se equivocan, Portugal ha cambiado las reglas. Gracias a la confianza de Fernando Santos y los suyos, el f¨²tbol es un deporte que dura 120 minutos y que acaba ganando Portugal. Casi nada.