Opositorios

En Plumas de caballo, primer gran ¨¦xito de los hermanos Marx, Groucho es el profesor Quincy Adams Fagstaff, un acad¨¦mico que goza irrumpiendo en los claustros de sus colegas a la voz de ¡°?Me opongo!¡± (I'm against it!). Por supuesto, sin escuchar ni una palabra de lo que se estaba discutiendo en la reuni¨®n¡­ Parece que el profesor S¨¢nchez va a lograr ir todav¨ªa un paso m¨¢s all¨¢, porque ha decidido convertirse en oposici¨®n pero sin consentir que se forme Gobierno al que oponerse. Por lo visto no encabeza la oposici¨®n al Gobierno, sino la oposici¨®n a que forme Gobierno quien ha recibido m¨¢s votos para intentarlo. Pablo Iglesias le advierte de que si el PSOE favorece la investidura de Rajoy, por activa o pasiva, se convertir¨¢ en su aliado, como si ser presidente del Gobierno fuese una graciosa sinecura o como si encabezando la oposici¨®n cuando el Gobierno est¨¦ en activo no se pudiera combatir contra las medidas que se consideren err¨®neas o nocivas. Quien necesita una presidencia y un Gobierno constituido no es Rajoy, sino Espa?a.

Francamente, no imagino que S¨¢nchez pueda consentir que se llegue a las terceras elecciones. Entonces s¨ª que le har¨ªa un favor al PP, regal¨¢ndole la mayor¨ªa absoluta de los ciudadanos cabreados y reduciendo el PSOE a un minimalismo testimonial. Y a¨²n menos creo que vaya a intentar la alianza electoral con Podemos, como le aconsejan sus barones filonacionalistas (que son el mejor argumento contra ese pacto). Supongo m¨¢s bien que su rotunda negativa durar¨¢ hasta el borde del precipicio pero sin ir m¨¢s all¨¢ en el vac¨ªo, como el infortunado coyote de los dibujos animados. Por eso el astuto Talleyrand dec¨ªa que el lenguaje de los pol¨ªticos debe ser interpretado como el de las damas galantes de su siglo: cuando una dama dice no, quiere decir quiz¨¢; cuando dice quiz¨¢, debe entenderse un s¨ª; y cuando dice s¨ª, no es una verdadera dama. O sea¡­