Seis ejemplos de resiliencia
Los desastres naturales, el cambio clim¨¢tico o la violencia amenazan la vida de millones de personas. As¨ª se lucha en diferentes pa¨ªses para resistir el golpe y recuperarse
El golpe puede llegar en cualquier momento, sin avisar. Un terremoto, una sequ¨ªa, un tif¨®n, un volc¨¢n que despierta o una oleada de violencia. Millones de personas en el mundo viven bajo la impredecible amenaza de las iras de la naturaleza y del ser humano. Por eso, cada vez son m¨¢s las organizaciones, instituciones y Gobiernos que advierten que hay que estar preparados para encajar la sacudida y reponerse r¨¢pido. Lo llaman construir resiliencia.
La tierra tembl¨® con una dureza no vista en 240 a?os en Hait¨ª. Fue el 12 de enero de 2010 y el terremoto de 7,3 escala Richter mat¨® a 300.000 personas y destruy¨® gran parte del pa¨ªs m¨¢s pobre de Am¨¦rica Latina. Diez meses despu¨¦s, el c¨®lera se ceb¨® con una poblaci¨®n que no ten¨ªa acceso apropiado a agua potable, infraestructuras de saneamiento, ni unas condiciones de higiene adecuadas. Seis a?os despu¨¦s, el pa¨ªs todav¨ªa est¨¢ en reconstrucci¨®n, ladrillo a ladrillo. El caso de Hait¨ª es un buen ejemplo de la necesidad de contar con planes de resiliencia. La prevenci¨®n ante el riesgo no habr¨ªa evitado el se¨ªsmo, pero s¨ª habr¨ªa reducido el impacto de las tragedias que se sucedieron despu¨¦s y que, a¨²n hoy, perduran.
Muchos son los que han aprendido de la lecci¨®n de Hait¨ª. Desde entonces, el concepto de resiliencia se ha incorporado a las leyes nacionales, los planes de ayuda humanitaria de diferentes agencias de la ONU y los programas de las organizaciones no gubernamentales.
En Madrid, Oxfam ha reunido recientemente a medio centenar de sus expertos en la materia, procedentes de 25 pa¨ªses, para intercambiar sus experiencias en la implementaci¨®n de proyectos orientados a la "capacitaci¨®n de mujeres, hombres y ni?os para hacer valer sus derechos y mejorar su estado de bienestar a pesar de los shocks, las tensiones y la incertidumbre", en t¨¦rminos de la organizaci¨®n. De Per¨² a Etiop¨ªa, todos los responsables de programas de resiliencia expon¨ªan una idea com¨²n: las personas, con las herramientas adecuadas, luchan ante la adversidad para recuperar tan pronto como puedan sus vidas. He aqu¨ª seis ejemplos de resiliencia.
Per¨², donde el terremoto acecha
"La b¨²squeda de supervivientes contin¨²a pese a la falta de agua, luz y alimentos". As¨ª se informaba en EL PA?S del se¨ªsmo de magnitud ocho en la escala de Richter que sacud¨ªa Per¨² el 15 de agosto de 2007. Dej¨® 596 muertos, casi 2.300 heridos, 76.000 viviendas totalmente destruidas y 431.000 personas resultaron afectadas.
El calendario alerta que un terremoto parecido podr¨ªa ocurrir en cualquier momento en el pa¨ªs. As¨ª lo creen las autoridades y las ONG. Por eso, se afanan en hacer efectiva sobre el terreno su Ley que crea el Sistema Nacional de Gesti¨®n del Riesgo de Desastres (SINAGERD) de febrero de 2011.
"M¨¢s que prevenir, se trata de asegurarnos de que las personas vulnerables puedan afrontar las consecuencias ante un terremoto", dice Elizabeth Cano, la coordinadora regional de ayuda humanitaria de Oxfam en Per¨². Para ello, dice, es necesario "saber d¨®nde viven, la calidad del suelo y la fortaleza de las estructuras". Con esta informaci¨®n se puede elaborar una respuesta en caso de se¨ªsmo que debe ser conocida por las comunidades. "C¨®mo evacuar, cu¨¢les son las zonas seguras, el plan de reencuentro entre miembros de las familias...", enumera. Esta labor de colecci¨®n de datos y confecci¨®n de un protocolo en caso de desastre es precisamente lo que se est¨¢ haciendo junto con la ONG local Predes en San Juan de Miraflores.
Otro punto del programa de resiliencia es establecer c¨®mo se llevar¨¢ a cabo la distribuci¨®n de agua en caso de que el sistema de canalizaci¨®n y saneamiento colapse. "Tiene que haber un protocolo de abastecimiento coordinado y conjunto de las municipalidades, las empresas y las ONG", se?ala Cano. "Antes del desastre", apostilla. Su propuesta pasa porque los gobiernos locales cuenten con almacenes de agua con tanques flexibles y, por tanto, resistentes a la sacudida. "Era habitual que ante la falta de agua, un cami¨®n la distribuyera con una manguera en los bidones que llevaba la gente. Pero de esa manera se perd¨ªa agua y tiempo", explica la experta. "Si pones tanques con grifos, puedes elegir d¨®nde colocarlo, en lugares a la sombra, y evitas el desperdicio", abunda. Una l¨®gica de seguridad y dignidad que debe guiar tambi¨¦n la instalaci¨®n de letrinas separadas para hombres y mujeres.
Finalmente, la tercera pata de la resiliencia es la higiene. "Tenemos un programa de voluntarios para que promuevan h¨¢bitos de limpieza en sus comunidades. Porque cuando ocurre un desastre, no va a haber una epidemia r¨¢pidamente, pero si no se tiene cuidado, en cinco o seis meses puede haber brotes por ejemplo de c¨®lera, como pas¨® en Hait¨ª", detalla. Con estos mimbres, Cano se muestra positiva en cuanto a la respuesta que se puede dar en caso de que "muy probablemente" la tierra tiemble de nuevo en Per¨².
Agricultura y ganader¨ªa en Sud¨¢n
En Sud¨¢n, la palabra resiliencia tiene muchas acepciones, tantas como amenazas se ciernen sobre el bienestar de la poblaci¨®n. Pero, sobre todo, significa luchar contra todo aquello que ponga en riesgo la seguridad alimentaria de sus habitantes, bien sea una sequ¨ªa que eche a perder la cosecha o una enfermedad que se lleve por delante la vida del ganado.
"Nuestro objetivo es evitar que las personas caigan en situaci¨®n de malnutrici¨®n", indica Hassan-Alattar Osman, responsable del programa de resiliencia en Sud¨¢n. Para ello forman a los agricultores y ganaderos para preservar las principales fuentes de alimento y sustento: las cosechas y los animales.
En Darfur, donde se implementa uno de los programas de resiliencia de Oxfam, la organizaci¨®n detect¨® que la poblaci¨®n desplazada en 2003 por el conflicto en la zona, comenz¨® a retornar a sus hogares en 2011, pero hab¨ªan perdido todo y carec¨ªan de conocimientos suficientes para cultivar de manera eficiente. "Ha habido muchos a?os de sequ¨ªa y en muchas comunidades no sab¨ªan c¨®mo sacar adelante sus cosechas", detalla Osman. "De hecho, no podemos ayudarles cuando no llueve, pero s¨ª podemos ense?arles a que produzcan de manera eficaz cuando s¨ª llueve y que produzcan lo suficiente para resistir dos o tres a?os de sequ¨ªa", a?ade. Lo consiguen con t¨¦cnicas de protecci¨®n de la cosecha, por ejemplo, que tengan distintos cultivos al mismo tiempo y que algunos de ellos sirvan para refertilizar la tierra, y sistemas de riego eficientes.
Para proteger al ganado, Oxfam implementa junto con otras organizaciones y las autoridades un programa de formaci¨®n de veterinarios en Wadkota. "Hemos entrenado a unos 1.000. Son ganaderos de la comunidad con experiencia previa en el cuidado de la salud de los animales a los que adem¨¢s se les ense?an nociones b¨¢sicas de negocios", precisa Osman. Con esto consiguen un doble objetivo: evitar que el ganado muera por enfermedades que se pueden evitar o curar, y que los especialistas puedan obtener beneficios extras de sus servicios de veterinaria.
Etiop¨ªa. Asegurar la cosecha frente al clima
M¨¢s de 10 millones de et¨ªopes no tienen asegurada comida suficiente para subsistir de forma adecuada, seg¨²n datos confirmados por el Gobierno. Las cosechas acusan la "peor sequ¨ªa en 30 a?os", en palabras del secretario general de la ONU Ban Ki-moon. La falta de lluvia no solo se lleva el sustento directo, sino las ventas e ingresos de los agricultores que no pueden afrontar el pago del precio al alza (al haber menos oferta) de alimentos en el mercado.
?Qu¨¦ soluci¨®n puede haber para sortear los efectos de una sequ¨ªa inevitable? "Que tengan asegurada su cosecha", responde Munaye Tesfaye Makonnen, coordinadora del programa R4 de resiliencia rural en Etiop¨ªa. Este proyecto que Oxfam Am¨¦rica desarrolla junto con el Programa Mundial de Alimentos de la ONU consiste precisamente en facilitar un seguro que amortig¨¹e la ca¨ªda en caso de desastre y facilite la remontada. As¨ª, si no llueve y no crece lo que debiera en sus terrenos, tendr¨¢n un dinero para poder adquirir alimentos antes de llegar al punto de comer menos, vender su ganado o emigrar, detalla la experta de Oxfam.
"Para quienes no pueden afrontar el pago del seguro, disponemos de un programa de comida o dinero por trabajo", apostilla. Para evitar que se llegue a este extremo, se crean en las comunidades grupos de ahorro para emergencias. "El cambio clim¨¢tico se ha intensificado y va a peor. Es impredecible", advierte Tesfaye Makonnen. Por eso, cualquier precauci¨®n es poca.
Rep¨²blica Dominicana. Lo que aprendi¨® de Sandy
El hurac¨¢n Sandy asol¨® la regi¨®n del Caribe en octubre de 2012. Hait¨ª, Cuba, Rep¨²blicana Dominicana, Jamaica y Bahamas se vieron afectados por sus iras. Las posibilidades de que un desastre similar ocurra de nuevo son elevadas. "Tambi¨¦n la sequ¨ªa, terremotos, epidemias como el dengue, c¨®lera, zika o chikungunya", a?ade Carlos Arenas, responsable de la ayuda humanitaria de Oxfam en Rep¨²blica Dominicana. A esta ristra de amenazas hay que a?adir que el pa¨ªs tiene un 40% de poblaci¨®n en situaci¨®n de pobreza, el 8% extrema. El resultado de la suma de una cat¨¢strofe natural y la vulnerabilidad de las personas: "Desastre". "Nuestro trabajo es reducir las consecuencias", apostilla Arenas.
Tras el paso de Sandy por Rep¨²blica Dominicana, la respuesta inicial de la organizaci¨®n fue realizar trasferencias de efectivo a los afectados a cambio de trabajo (cash for work). Este programa de recuperaci¨®n implementado por varias ONG con el apoyo financiero de la Uni¨®n Europea pretend¨ªa garantizar la seguridad alimentaria ¡ªalgo as¨ª como saber que se va a popder comer al d¨ªa siguiente¡ª de aquellas personas en situaci¨®n de vulnerabilidad que hab¨ªan perdido su medio de vida a consecuencia del impacto del hurac¨¢n Sandy.
Despu¨¦s de esa primera fase de ayuda, toc¨® hacer balance de lo que hab¨ªa fallado. Una encuesta a la poblaci¨®n sac¨® a la luz algunos errores. "El primero fue la falta de abastecimiento de agua. A partir de ah¨ª, creamos puntos de suministro en caso de desastre junto con el Gobierno". Otro de los fallos que se identific¨® en este trabajo poscat¨¢strofe fue que muchas personas declararon que no hab¨ªan evacuado sus casas porque no quer¨ªan abandonar su ganado. "As¨ª que identificamos lugares altos donde pod¨ªan dejar a los animales a salvo y as¨ª poder refugiarse en los albergues".
Arenas cree que pronto tendr¨¢n la oportunidad de comprobar si el trabajo "de resistencia y recuperaci¨®n" que est¨¢n realizando es efectivo. "Ahora hay sequ¨ªa, pero con el fen¨®meno meteorol¨®gico de La Ni?a hay alta probabilidad de huracanes", dice preocupado. Y zanja: "Comunidades m¨¢s organizadas y autoridades m¨¢s concienciadas dan una mejor respuesta. No se trata de que las ONG sustituyan al Gobierno, sino que se coordinen bajo su direcci¨®n".
Abono para El Salvador
En cada regi¨®n del mundo, pa¨ªs, distrito o comunidad, los efectos del cambio cim¨¢tico tienen su particular impacto y su correspondiente soluci¨®n. A falta de la receta para frenar el calentamiento global, en comunidades de las zonas bajas cercanas a la costa de El Salvador han dado con una f¨®rmula para asegurarse el sustento, as¨ª se seque o inunde la tierra.
"Lo primero es que adaptamos los ciclos de siembra aprovechando la lluvia, pero combinada con sistemas de riego por goteo de bajo coste, que son m¨¢s eficientes". Por si la inestable naturaleza falla, explica Jorge Figueroa, encargado del proyecto CAMEL de Oxfam en El Salvador. Esto, sumado con la elaboraci¨®n de abonos e insecticidas org¨¢nicos a base de microorganismos de monta?a ¡ªhongos, bacterias, micorrizas, levaduras y otros organismos ben¨¦ficos¡ª no solo ahorra a los agricultores la compra de agroqu¨ªmicos, sino que adem¨¢s mejora la cantidad y calidad de sus cosechas.
"Las familias del programa han podido comprobar los beneficios de estas sencillas t¨¦cnicas de cultivo. Tanto es as¨ª que obtienen ganancias extra de vender sus excedentes a la comunidad que, al no seguir este sistema, necesita comprar alimentos cuando la falta de agua mata por inanici¨®n sus cosechas", explica Figueroa.
Asegurar el cultivo es tanto como garantizar la supervivencia de estas comunidades costeras en las que el 80% de la poblaci¨®n vive de la agricultura y la pesca. "Cuando se da una sequ¨ªa grave como la de 2014, las familias cuyos cultivos no prosperan acaban por vender su medio de vida, como una vaca de la que obtienen la leche para el autoconsumo, para poder comprar alimentos. Y dejan de contratar gente para trabajar la tierra, con lo que otros tampoco tienen empleo y dinero. Todo esto deriva en una situaci¨®n generalizada de inseguridad alimentaria", detalla Figueroa. Un escenario que un emplaste de hongos, semolina de arroz y melaza bien mezclados y reposado en un barril puede evitar, tal como asegura el especialista de Oxfam. "Es evidente que funciona. Lo hemos comprobado con las familias beneficiarias del proyecto que se puso en marcha hace tres a?os", subraya.
Paralelamente, en las comunidades se han creado grupos para identificar sus riesgos y elaborar sus propios planes de resiliencia. "Puede ser el mantenimiento de los canales de drenaje de agua para evitar inundaciones o construir puentes donde el agua puede cortar una v¨ªa o un camino", termina de explicar Figueroa.
Resistir al desierto y el olvido en el S¨¢hara
La supervivencia del pueblo saharui depende de la ayuda humanitaria. As¨ª ha sido durante los ¨²ltimos 40 a?os y seguir¨¢ siendo, mientras no llegue una soluci¨®n pol¨ªtica, porque no hay programa de desarrollo que haga crecer campos de tomates en el desierto. Una de las principales amenazas que enfrentan los refugiados es que decaigan los fondos destinados a proveerles de alimentos y servicios b¨¢sicos. Por eso, su resiliencia consiste en aguantar la ca¨ªda de la atenci¨®n y provisiones de la comunidad internacional.
El proyecto de seguridad alimentaria de Oxfam consiste en la distribuci¨®n de alimentos frescos como complemento a la canasta b¨¢sica que reparte el Programa Mundial de Alimentos. Para evitar la dependencia total, se ha empezado a cultivar zanahoria en cooperativas locales para que la producci¨®n forme parte del siguiente lote mensual. "Pero la cosecha apenas alcanza para cubrir el 0,7% del total de comida que distribuimos", describe Fran?ois Eyt, coordinador de programas en los campamentos saharahuis de Oxfam. Pese a estos esfuerzos, "la fragillidad ante la ca¨ªda de fondos es enorme", lamenta, "la dieta empeora y aparece el riesgo de enfermedades como la diabetes o la anemia".
Otro reto en este sentido es la conservaci¨®n de los alimentos a 50 grados cent¨ªgrados a la sombra. La innovaci¨®n ha salido al rescate de las cebollas y las patatas. Unos refrigeradores construidos con arena, los zeers, mantienen fresca la comida. El ingenio consiste en dos cubos de barro (uno dentro de otro como las mu?ecas matrioska, pero separados por tierra que debe ser humedecida con agua peri¨®dicamente y tapados por un pa?o mojado. Con este frigor¨ªfico de fabricaci¨®n casera, las familias ya no necesitan consumir r¨¢pido los frescos, asegur¨¢ndose un men¨² m¨¢s equilibrado a lo largo de las semanas.
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