?Son resilientes las agencias de cooperaci¨®n?
La capacidad de adaptaci¨®n a un entorno cada vez m¨¢s complejo requiere dinero y, sobre todo, una visi¨®n clara y los medios pol¨ªticos e institucionales adecuados
Hace poco el think-tank ingl¨¦s Overseas Development Institute (ODI) organiz¨® un seminario sobre la construcci¨®n de agencias de cooperaci¨®n al desarrollo resilientes. La idea de aplicar el concepto de resiliencia a este sector puede parecer sorprendente, pues ¨²ltimamente se suele utilizar para hablar de c¨®mo hemos de abordar situaciones de fragilidad en el sur.
Sin embargo, el seminario nos recuerda que tal fragilidad tambi¨¦n afecta a las instituciones de cooperaci¨®n del norte. Evidentemente, se trata de otra distinta ¡ªno es cuesti¨®n de vida o muerte¡ª a la que observamos en los pa¨ªses m¨¢s pobres, pero compartimos algunos elementos que hace que pueda tener sentido hablar de agencias resilientes.
Antes de analizar qu¨¦ significa esto, vayamos a la definici¨®n b¨¢sica de resiliencia que se encuentra en el Diccionario de la Real Academia Espa?ola: ¡°Capacidad de adaptaci¨®n de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situaci¨®n adversos¡±.
En efecto, se trata de la capacidad de adaptaci¨®n de las agencias a un entorno cada vez m¨¢s complejo. De ese contexto se pueden resaltar diversos elementos. En primer lugar, una agenda de desarrollo que obliga a los donantes a hacer equilibrios entre su foco tradicional, centrado en sectores en el ¨¢mbito nacional, y nuevos ¨¢mbitos como los bienes p¨²blicos globales; y entre la atenci¨®n a crisis urgentes (y frecuentemente duraderas) y el apoyo al desarrollo de largo plazo.
La nueva situaci¨®n tambi¨¦n requiere tratar a los sectores y ¨¢mbitos de manera integral y a concebir el desarrollo como un desaf¨ªo de todo el mundo, no solo de los receptores de la ayuda. A la vez, se pide a las agencias que sean m¨¢s innovadoras ¡ªlo que conlleva una orientaci¨®n m¨¢s ¡°adaptativa¡±¡ª al mismo tiempo que se les exige resultados m¨¢s claros. Tambi¨¦n deben asumir un nuevo rol, menos enfocado en la ejecuci¨®n directa y m¨¢s en facilitar el esfuerzo colectivo de toda la sociedad a favor de un desarrollo sostenible. Adem¨¢s, las agencias deben esforzarse continuamente por mejorar su eficacia, al tiempo que se acostumbran a un nuevo escenario en el cual su ayuda se relativiza ante el auge de proveedores de pa¨ªses del sur, fundaciones filantr¨®picas y fondos multiactor que adquieren mayor peso en el sistema de cooperaci¨®n.
Queda mucho por hacer para que a las actuales agencias se les pueda colocar ¡ªcon rigor¡ª el adjetivo resiliente
Todo ello en un panorama de presupuestos restringidos y, en algunos pa¨ªses, un ambiente poco proclive a la ayuda exterior (ver, por ejemplo, la campa?a anti 0,7% en el Reino Unido que ha conseguido el apoyo de m¨¢s de 200.000 ciudadanos), y/o presiones crecientes para destinar los recursos a objetivos distintos del desarrollo, como la estabilidad, el apoyo a refugiados, la lucha contra el terrorismo, etc¨¦tera.
Volvamos, pues, a la pregunta del t¨ªtulo: ?son las agencias suficientemente resilientes? De alguna manera han empezado a abordar los desaf¨ªos se?alados, pero m¨¢s o menos con los mismos recursos y los mismos enfoques tradicionales que han tenido hasta ahora, con lo cual es dif¨ªcil pensar que vayan a ser efectivas en todos los frentes.
Aparte de abordar las opciones de pol¨ªtica que deben enfrentar las agencias, el seminario tambi¨¦n trat¨® dos temas institucionales que van a incidir mucho en el grado de resiliencia de estas entidades. Por un lado, ser una agencia resiliente implica una transformaci¨®n organizativa profunda, y por el otro, ampliar los horizontes de su trabajo a trav¨¦s de alianzas con otros actores del Gobierno y de la sociedad.
Un primer reto interno es definir el perfil que se busca, lo cual obliga a seleccionar aquellos objetivos ¡ªgeogr¨¢ficos, sectoriales e instrumentales¡ª en los que la agencia tiene un claro valor a?adido (?una tarea no sencilla pues se tiende a afirmar que lo que se ha hecho en el pasado es su principal ventaja comparativa!). Por ahora, este tipo de organismos siguen intentando hacer de todo en todas partes, y eso ya no tiene sentido.
Otro desaf¨ªo es adecuar la organizaci¨®n internamente. Esto significa tener la gente adecuada para el perfil elegido, los mecanismos e incentivos institucionales necesarios para conseguir los mejores resultados posibles del personal y cierto grado de descentralizaci¨®n para que las decisiones que se tomen reflejen las realidades locales, entre otros muchos aspectos.
Tambi¨¦n es importante fijarse en la solidez relativa de todo el ecosistema de cooperaci¨®n pues el desarrollo depender¨¢, en ¨²ltima instancia, de la capacidad de las entidades cooperantes ¡ªdel Norte, del Sur, p¨²blicas y privadas¡ª de trabajar conjuntamente dentro de un marco com¨²n.
En cuanto a las alianzas, el principio de universalidad de la Agenda 2030 sit¨²a a las agencias ante la disyuntiva de posicionarse en un marco nacional sin que se diluyan los objetivos propios de la cooperaci¨®n al desarrollo.
Al final del seminario, uno queda con la sensaci¨®n de que todas las agencias est¨¢n en una situaci¨®n incipiente ante el desaf¨ªo de ser m¨¢s resilientes, pero claramente hay m¨¢s dificultades en algunos pa¨ªses. En este marco cabe mencionar un ejercicio no publicado de ODI de generar un ¨ªndice de resiliencia de agencias (algo que a¨²n requiere de profundizaci¨®n para ser ¨²til). Entre los primeros del ranking se encuentran ¡ªprincipalmente¡ª los miembros del club del 0,7%, lo cual no sorprende porque aparte de tener el enfoque adecuado, la agencias que quieren ser resilientes necesitan recursos suficientes.
Pero, ser resiliente no es solo ni principalmente una cuesti¨®n de dinero. Se requiere de una visi¨®n clara y los medios pol¨ªticos e institucionales adecuados. El riesgo de no lograr cierto grado de resiliencia es que el trabajo de las agencias sea cada vez menos relevante en cuanto a resultados duraderos, es decir, mejoras reales en las vidas de las personas en los pa¨ªses socios. Algo de ello lo podemos observar ya en contextos de crisis cr¨®nicas (o los mal llamados estados fr¨¢giles) en los cuales los instrumentos t¨ªpicos de acci¨®n humanitaria y cooperaci¨®n para el desarrollo no han sido tan eficaces hasta ahora.
En suma, queda mucho por hacer para que a las actuales agencias se les pueda colocar ¡ªcon rigor¡ª el adjetivo resiliente.
Christian Freres es investigador asociado del Instituto Complutense de Estudios Internacionales y experto en la Aecid. Las opiniones expresadas son de responsabilidad exclusiva del autor y no reflejan la posici¨®n oficial de las entidades a las cuales est¨¢ asociado.
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