La convenci¨®n
El abrazo que protagonizaron esta semana Mariano Rajoy y Ana Pastor es una oda a la amistad, al amor como Dios manda y a sus hijos: el poder y el ¨¦xito
Puede que Mariano Rajoy se vuelva invisible en medio de la contienda pol¨ªtica y que consiga alianzas sorprendentes con demostrada habilidad. Pero, en lo que m¨¢s me parezco a Mariano Rajoy es en que yo tambi¨¦n soy de tener buenas amigas. Las venero, las coloco en un pedestal y me dedico a cultivar ese inter¨¦s mutuo, igual que Mariano, como acaba de demostrar colocando a Ana Pastor al frente del Congreso. El abrazo que protagonizaron esta semana es una oda a la amistad, al amor como Dios manda y a sus hijos: el poder y el ¨¦xito. Se le ve casi m¨¢s emocionado en ese abrazo que durante el beso a Viri, su esposa, en el balc¨®n durante la noche electoral. Todo indica que Mariano ve House of Cards y que de ah¨ª rescata ideas, como la de reunirse en secreto con los nacionalistas catalanes y dar as¨ª el sorpasso.
Rajoy y los nacionalistas son una pareja fuera de lo com¨²n, pero m¨¢s cohesionada que la de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, que han veraneado en la misma isla, Ibiza, pero con yates muy distintos, tanto en dise?o como en actitud y protocolos. El yate de Messi es m¨¢s familiar, un campamento con hijos, sobrinos, cu?adas y t¨ªas, barrigas cerveceras, ropa y toallas dejadas a secar en la popa o colgando en cualquier parte con un cierto aire de parrilla en permanente elaboraci¨®n. En cambio, en el yate de Cristiano todo es cool, millennial y entre amigotes. Son hombres en diferentes estados de depilaci¨®n y tonificaci¨®n. Reaparece su amigo el boxeador marroqu¨ª y ese otro, menos conocido, pero al que le gusta presumir de panza y calva ofreciendo una especie de cable a tierra a la estratosf¨¦rica atm¨®sfera en la que gusta disfrutar el astro del bal¨®n. En ese ambiente diferente, Cristiano ha recurrido a la alta tecnolog¨ªa usando un ba?ador confeccionado con un tejido que deja pasar los rayos solares permitiendo el bronceado integral. ?Pueden imaginarlo? Debido a ese capricho se ha abierto el debate de si es er¨®tico el bronceado total o es m¨¢s sexy la marca blanca protectora. Mi amigo Miguel, que no toma el sol, se ha manifestado radicalmente promarca blanca de ba?ador, ¡°nada como el bronceado de alba?il¡±. Mientras que en centros de est¨¦tica femeninos, alguna valiente ha manifestado que prefiere el bronceado integral. Pero todos estamos de acuerdo en que el futbolista est¨¢ llevando el homoerotismo a otro nivel, a la cultura de masas.
Precisamente, en Am¨¦rica y en la conquista por la Casa Blanca se ha producido una situaci¨®n extrema: la esposa de Donald Trump, Melania, plagi¨® parte del discurso de Michelle Obama en la convenci¨®n dem¨®crata de 2008 en su intervenci¨®n en la reciente convenci¨®n republicana. Melania debe de estar pas¨¢ndolo mal, pero en la serie House of Cards siempre nos muestran c¨®mo quedar en rid¨ªculo puede convertirse en un ¨¦xito si sabes levantarte, re¨ªrte un poquito del traspi¨¦ y que un mal inicio no siempre significa que no vaya a haber mejor final.
Antes de ese final, podr¨ªamos repasar las esposas de Trump. Empezando por Ivana, la primera, exesquiadora ol¨ªmpica de la desaparecida Checoslovaquia. En los ochenta, Ivana y Donald eran la imagen del despiporre, el gasto exuberante, los trajes largos de lam¨¦ dorado y hojarasca de tela y alambres en un solo hombro. Los reyes de Mar-a-Lago, una suntuosa villa mezcla del Hotel de Par¨ªs de Montecarlo y una nave espacial complicada. Harto de sol y d¨®lares, Donald se enamor¨® de su segunda esposa, Marla, tambi¨¦n buena esquiadora, durante un viaje de esqu¨ª en Aspen. Ivana pidi¨® el divorcio y mantuvo en vilo a millones de trabajadores que deseaban saber cu¨¢ntos millones le arrebatar¨ªa al millonario. El divorcio catapult¨® a Ivana a la portada de ?Hello! y a un puesto entre los 10 divorcios m¨¢s caros de la historia. Ella regres¨® a Europa, se enamor¨® de un italiano m¨¢s joven, ofreciendo quiz¨¢s una imagen pel¨ªn caricaturizada de s¨ª misma. Marla Maples tambi¨¦n tuvo portadas y un delicioso reportaje en ?Hola! con su hija Tiffany junto al magnate e inmensos platos de cereales transg¨¦nicos y cartones de leche sobre una mesa de m¨¢rmol anaranjado. Un poquito despu¨¦s, tambi¨¦n se divorci¨® aportando sobre Donald la leyenda de mal car¨¢cter y de que quer¨ªa m¨¢s a sus edificios que a su familia. Trump estuvo sin novia, pero se hizo propietario del concurso de belleza Miss Universo, hasta que sus inclinaciones centroeuropeas le llevaron hacia Eslovenia y hasta Melania.
Repasando la historia sentimental de Trump nos damos cuenta de que en una carrera presidencial tambi¨¦n existen peque?os divorcios. Como los de Mariano con Ana Mato y, m¨¢s recientemente, con Mar¨ªa Dolores de Cospedal. Melania y Donald dieron as¨ª el sorpasso y Ana y Mariano, unidos, pudieron ganar su convenci¨®n.
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