¡®Non Stop (sin escalas)¡¯ |Un beb¨¦ volador
Volar siempre me inquieta. Y hacerlo con un beb¨¦ ya es modalidad Premium de nervios
Volar siempre me inquieta. Y haber viajado con un beb¨¦ ya fue modalidad Premium de nervios.
Al menos empezamos bien. En el control de acceso del aeropuerto de Barcelona encontramos una fila especial para familias, con amables polic¨ªas que nos dieron todo el tiempo del mundo para pasar los tratos infantiles por el esc¨¢ner, carrito incluido. Pero en varios aeropuertos americanos sufrimos colas enormes y mixtas (de ¡°ni?eros¡± y sin ni?os) con polic¨ªas gru?ones, supongo que expulsados de Guant¨¢namo por mal car¨¢cter.
La mayor¨ªa de padres que viajamos con beb¨¦ ni somos traficantes ni terroristas. As¨ª que inspeccionarnos como a tales, con ¨®rdenes gritadas sin vocalizar en un idioma que no es el nuestro, mientras el beb¨¦ llora y hay que controlar maletas y trastos y pasaportes, no es el id¨ªlico inicio de vacaciones que uno espera.
A nivel pr¨¢ctico: te dejan pasar una botella de agua (aunque debes recalcar que es para el beb¨¦, no para explosivos), polvos de biber¨®n y medicamentos. Y puedes ir con su cochecito hasta la puerta de embarque, donde le pondr¨¢n una etiqueta y lo doblar¨¢n m¨¢s que a un Transformer bailarina. (Al salir del avi¨®n los carritos os estar¨¢n esperando junto a la puerta).
A las familias las dejan embarcar primero, as¨ª que no hay que vivir la t¨ªpica marabunta zombie para colocar la maleta en el portaequipajes. Te instalas de los primeros y¡ ?a gozar ya? Nooooooooooooooo.
?Sab¨¦is las t¨ªpicas personas adorables que sonr¨ªen cuando ven un beb¨¦ y quieren ganarse su cari?o? Pues no suelen viajar en avi¨®n.
En cambio, no faltan nunca los de resoplido y mirada de ¡°buf, 5 horas atrapado con un beb¨¦, matadme¡±. Su odio silencioso te crispar¨¢ durante todo el viaje.
Seg¨²n la compa?¨ªa, los beb¨¦s pagan distintos precios (pero todas te clavan) y o los llevas encima o pueden ir en la cuna que las azafatas te preparar¨¢n. Ojo, que solo las tienen para vuelos intercontinentales. Si es nacional (directo o de conexi¨®n, que en macropa¨ªses tipo EE UU pueden llegar a durar 9 horas), pues te fastidias.
De cunas hay pocas y casi nunca pueden reservarse por Internet, as¨ª que tras varias llamadas de 902 a las aerol¨ªneas, el ¨²nico recurso era llegar pronto al mostrador y dar pena para conseguir una.
Los pediatras recomiendan dar teta en los momentos de despegue y aterrizaje, para que el beb¨¦ no se asuste con el cambio de presi¨®n. (Esto no sirve con los padres, por miedo que tengamos, porque con las azafatas mirando queda feo).
Es vital llevar litros de agua (porque el personal no siempre est¨¢ en plan camarero a ver qu¨¦ nos falta), muchos pa?ales, ropa de recambio y juguetes para entretener (de los que no hacen ruido, para no cabrear m¨¢s a los de al lado). Si el beb¨¦ se duerme, aseg¨²rate de que est¨¢ bien protegido y aprovecha para descansar t¨².
Si el vuelo se te hace largo, piensa en lo felices que ser¨¦is al llegar al destino: sobre todo si volv¨¦is a casa y no ten¨¦is que pillar otro maldito avi¨®n en meses.
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